Mezcla medio vaso de Malditos Bastardos, con dos dedos de referencias cómic y unas gotas de Lee Marvin en Los Doce del Patíbulo. ¿A qué sabe el cóctel? A Brothers in Arms Furious 4. Ubisoft no se siente cómoda apostando por lo tradicional y lejos de acomodarse reinventa su saga bélica de la Segunda Guerra Mundial de la forma más loca y anárquica posible. Alístate con GearBox para borrar a los nazis del mapa.
Ubisoft va camino de reinventar buena parte de sus franquicias, y es que tras los drásticos cambios experimentados en los últimos tiempos por sagas como Ghost Recon, Rainbow Six o más recientemente Splinter Cell, el nuevo título que se suma a esta política de cambios es la marca Brothers in Arms. Nacida como una serie de acción bélica realista y de corte táctico, GearBox y Ubisoft han decidido alterar la base de la saga hasta tal punto que han convertido un juego serio y bastante riguroso en un título en el que las referencias cómic y cinematográficas más gamberras están a la orden del día.
Durante el pasado E3 tuvimos oportunidad de ver lo más nuevo de GearBox en movimiento, un videojuego que va a desconcertar tremendamente a los más hardcore de la serie pero que sin duda es tan original y genuino que merece la pena seguirlo de cerca. Adiós a la inconclusa historia de Matt Baker y el resto de su pelotón en la Operación Market-Garden, hola a estos cuatro bastardos que van a cambiar el rumbo de la Segunda Guerra Mundial.
Los Cuatro del Patíbulo
La narrativa de Brothers in Arms siempre ha sido muy importante, hasta tal punto que la forma de contarnos la historia de Hell's Highway es recordada todavía por aficionados como una de las que se han contado con más estilo e interés dentro del género de la acción bélica. Obviamente Furious 4 no va a apostar por el estilo solemne y grave de su predecesor, más bien todo lo contrario, pero lo que sí podemos asegurar es que se va a tomar el guión y su forma muy en serio.
En el juego, de hecho, habrá un narrador, que contará con tanta importancia que casi parecerá un personaje más del juego. Habrá cierto componente humorístico en su presencia, pero principalmente será quien nos describirá los planes y quien explicará a estos Cuatro del Patíbulo los propósitos tomándolos poco menos que por estúpidos, algo que no difiere demasiado de la realidad y es que su verdadero punto a favor es una fuerza bruta desaforada, no una inteligencia superior.
Uno de los mayores elementos característicos de este Furious 4 es su alocado multijugador cooperativo para hasta cuatro usuarios. Una posibilidad que va a disparar el atractivo de la campaña del título, y que a este nivel y con este grado de ambición y tamaño es completamente debutante en la saga Brothers in Arms. Cada uno de los cuatro personajes tendrá una identidad, un carácter y unas habilidades bien diferenciadas; algo que resulta tradicional en este tipo de programas.
Por ejemplo el mayor protagonista de la demostración jugable mostrada en la feria ha sido Montana, el más grande de los personajes, uno que carga con un cañón gatling de tamaño descomunal. El armamento, eso sí, no es nada limitado y dentro del caos de deliciosos anacronismos que componen nuestras herramientas de matanza se incluyen hasta sierras mecánicas (sic). Es obvio que a GearBox el rigor histórico le importa más bien poco, y lo que busca en realidad es maximizar la diversión con infinidad de pequeños detalles como, por ejemplo, el hecho de que la retícula de apuntado se transforma en un smiley sonriente cuando vamos a hacer trizas a un nazi con nuestra motosierra.
Hasta tal punto estamos ante un videojuego premeditadamente anacrónico, que en un momento determinado de la demostración aparece un helicóptero en escena abriendo fuego sobre los cuatro personajes, y generando uno de los momentos más espectaculares y demenciales de la versión de prueba.
Brothers in Arms Furious 4 se pondrá a la venta en un momento todavía por determinar del año 2012. Desde este preciso instante hasta el momento de su lanzamiento veremos qué forma adopta un título que, ya desde su anuncio, se ha visto rodeado de una enorme polémica por su radical cambio de prisma.