El agente Jack y su mejor amigo, el perro Shadow, regresan en una aventura renovada repleta de acción, borbotones de sangre y un poco de sigilo. Grant City está en problemas y tiene más delincuencia que nunca, una buena excusa para sacar nuestras armas y puños dentro de un videojuego que quiere aportar su particular visión sobre el explotado género de los shooters en tercera persona.
Todos sabemos lo explotado que está ya el mundo de los shooters en tercera persona, pero la realidad es que la demanda es tan alta que cualquier aportación al género es siempre bienvenida, máxime cuando de lo que se trata es de rescatar franquicias con un buen puñado de seguidores. Este es el caso, por ejemplo, de la serie Dead to Rights, propiedad de Namco Bandai.
Con tres títulos ya en el mercado desde que la saga naciera allá por el año 2002, el policía Jack Slate y su fiel perro Shadow protagonizan nueva aventura gracias a Volatile Games, la compañía responsable de conseguir una renovación absoluta de la licencia, una "reimaginación" que no se deje por el camino todos los elementos que han hecho grande a Dead to Rights hasta la fecha.
Para lograrlo, se apuesta una vez más por la violencia, la cual nos va a permitir librar a Grant City, una vez más, de todos sus malhechores. Y lo que es más, la metrópolis ficcional en esta ocasión será más oscura y apocalíptica que nunca, una auténtica pesadilla con villanos fuera de la ley que ayudan a introducir una narrativa oscura, trágica, repleta de peligros, pero también con una ambientación puramente cinematográfica que se vale del superior potencial de Xbox 360 y PlayStation 3.
Acción visceral al lado de la ley
Dead to Rights: Retribution, no obstante, se preocupa especialmente por mantener su estilo clásico de juego, basado en una campaña individual (de momento se descartan posibilidades multijugador) protagonizada por Jack Slate, un hombre visceral al que no le importa dar un par de puñetazos a sus contrincantes antes de incrustarles una bala entre los sesos.
El videojuego contiene altas dosis de acción y de violencia. Es un recorrido lineal de misiones, un espectáculo de disparos con poderosos enemigos de final de nivel y, en definitiva, un shooter donde lo importante es disparar y luego preguntar.
Como grandes novedades, vamos a disponer de un sistema de cobertura optimizado, con la habilidad de disparar a ciegas, aunque lo más atrayente de todo será la habilidad de Jack para quitar el arma a sus enemigos en caso de que nos hayamos quedado sin balas. Eso si no optamos por el sistema de batalla cuerpo a cuerpo introducido, que mediante sólo tres botones (ataque débil, ataque fuerte y bloqueo) nos va a permitir usar de escudo humano a un enemigo o darle en su defecto -tampoco estará mal- un par de puños o rodillazos antes de rematarlo con una de las muchas e impactantes ejecuciones especiales incluidas en el título.
¡Shadow, a la yugular!
No es esta una obra para menores de 18 años, y la dureza de las imágenes y secuencias hablan por sí mismas. No obstante, no todo será acción, balazos y puños a diestro y siniestro. Para otorgar más variedad al conjunto, los desarrolladores han decidido dar más protagonismo en esta entrega a Shadow, un perro policía (mezcla entre lobo y malamute de Alaska) que acompañará a Jack a lo largo de su vengativa aventura. Estará siempre junto a su amo, apoyándole y mordiendo a todo aquel que nosotros le digamos, ya sea para crear una distracción o para sacar de su escondrijo a un pistolero que se nos resista.
Y aunque Shadow esté frecuentemente en un segundo plano y pueda incluso caer en combate (podremos ir a socorrerle), no podemos dejar de comentar la posibilidad de controlarlo directamente en algunas misiones, las cuales no versarán sobre disparos, sino sobre sigilo.
De hecho, su naturaleza canina le servirá de mucho ya que, aparte de ladrar para llamar la atención, va a disponer de una visión especial (monocroma) para enfatizar la localización de rivales (en rojo), incluso a pesar de que haya muros de por medio. ¿El resultado? Ejecuciones por sorpresa desde detrás de las líneas enemigas. Vamos, que el perrito se las traerá. Hasta será capaz de esconder cuerpos abatidos para que nadie se percate de sus obras...
[t]Una retribución de balas, puños y mordiscos[/b]
En definitiva, dos estilos de juego, acción y sigilo, que prometen compenetrarse entre sí gracias a Jack y Shadow, una pareja eficaz y, por encima de todo, muy sangrienta. Y por si fuera poca la sangría, a las heridas visibles de los protagonistas hemos de sumar la presencia de escenarios destructibles, una característica que apoya la naturaleza de un título dispuesto a aprovechar la tecnología de Xbox 360 y PlayStation 3, y no sólo para inundar nuestra pantalla de glóbulos rojos.
Así, el aspecto del título está a la altura del género, con una adecuada iluminación y texturas detalladas. Hemos detectado algunos fallos en la animación del perro, el cual no se comporta de una manera tan natural como se pudiera desear, aunque su inteligencia artificial no le jugó malas palabras al representante de Volatile Games durante la demostración jugable.
Una demostración que vino seguida de una prueba personal, un nivel en que notamos que nuestro protagonista no tiene vida, sino una pantalla que se torna roja dependiendo de cuánto le acierten. Y es que, al fin y al cabo, Dead to Rights: Retribution es otro shooter más... ¿o puede que no? Lo descubriremos a principios de 2010, cuando Jack y su perro Shadow estén definitivamente preparados para mostrar todo lo nuevo que pueden aportar a este curtido género.