Atención al detalle y exquisita dirección artística son dos términos que a menudo se repiten en el género de las aventuras gráficas. No es la excepción de Machinarium, una original y prometedora reformulación de este tristemente abandonado estilo de videojuegos.
Los chicos de Amanita Design preparan su primer gran proyecto tras sus geniales primeros pasos con la inclasificable saga Samorost. El pequeño estudio checo se lanza bajo el divertido nombre de Machinarium a hacerse un sitio en el reino de los grandes estudios de aventuras gráficas.
Para conseguirlo preparan un título que rebosa encanto y detallismo artístico en cada pixel, y que cuenta con una historia sorprendente y que atrapa, condiciones fundamentales para tener éxito en el género.
Pasión por el Arte
En Machinarium se nos planta en mitad de un mundo habitado por robots y en el que encarnamos a un simpático androide. Nuestro héroe llega a un planeta extraño a bordo de una nave de recogida de basura, que vacía su contenido con nuestros maltrechos restos en mitad de un montón de detritos.
Una vez superada esta pequeña exposición, el título comenzará a ofrecernos los clásicos elementos de cualquier aventura gráfica que se precie. Así pues podremos desplazar a nuestro pequeño robot haciendo click con el ratón por el escenario, y accederemos a la lógica interacción con los objetos pulsando sobre ellos para almacenarlos, emplearlos, etcétera.
El inventario, precisamente, está oculto para no estorbar los preciosos visionados de los detallados escenarios, y surge en forma de barra horizontal en la parte superior de la pantalla cuando pasamos el ratón por ahí.
Los elementos originales de Machinarium llegan por la toma de decisiones de sus creadores a la hora de plantearnos resoluciones de puzzles. Por ejemplo una de las capacidades de nuestro personaje es la de incrementar drásticamente su tamaño o la de reducirlo también de forma notoria. ¿Qué se consigue con esto? Que el usuario piense de forma vertical, algo poco habitual en las aventuras gráficas, y también que como jugadores tengamos la posibilidad de resolver rompecabezas de una forma muy innovadora.
En Machinarium, al contrario que en sus predecesores, el planteamiento es muy abierto, y si bien los primeros niveles son básicamente habitaciones cerradas en las que debemos emplear únicamente elementos de esos cubículos, no tardaremos demasiado en encontrar las primeras sucesiones de pantallas complejas con diferentes objetos que recoger y aplicar en unas y otras.
Según sus creadores Machinarium tiene 30 localizaciones diferentes y más de 30 personajes con los que deberemos tratar, componiendo una campaña que durará en torno a las 8-10 horas. Contará con una banda sonora orquestada de gran calidad, y hay registradas más de una hora de animaciones. Números muy interesantes teniendo en cuenta el pequeño tamaño del estudio creador.
Machinarium llegará en octubre a Steam, y podrá ser adquirido por un módico precio que rondará los 10-20 euros dependiendo de la fórmula de compra. Será una nueva oportunidad de reconciliar al aficionado con un género en franco desuso, el de las aventuras gráficas, pero sobre todo para darle la importancia que merece a un videojuego que rezuma cariño, amor y dedicación por todos sus poros.