Análisis de Beautiful Katamari

Análisis de Beautiful Katamari
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Uno de los juegos más originales y cautivadores de los últimos años por fin cuenta con una versión Next-Gen. Se trata de Beautiful Katamari, la inclasificable genialidad de Namco que debuta en Xbox 360. Rueda con El Príncipe del Cosmos recogiendo todo lo que encuentres a tu paso para restaurar el orden en la galaxia.

Cada día cuesta más encontrar propuestas originales e innovadoras en la industria del videojuego, por eso sorprende aún más dar con videojuegos tan especiales, estrambóticos y creativos como los que conforman las series Katamari.

Nacido en 2004 en PlayStation 2, y considerado por muchos una joya atemporal, Katamari Damaci fue uno de los juegos más surrealistas y sorprendentes de los últimos cinco años. Concebido como un juego de puzzles con gotas de juego de acción y plataformas, el juego fue un triunfo incontestable en términos de crítica y cosechó unas ventas muy razonables, lo que dio pie a una secuela al año siguiente y a una versión para la portátil de Sony. Ahora es Xbox 360, consola muy necesitada de nuevos géneros por su sobresaturación de shooters, la que recibe con los brazos abiertos a Beautiful Katamari, la nueva entrega de la saga.

Monty Python y la Gran Bola de Nieve
El Rey del Cosmos se encuentra de vacaciones con su familia haciendo deporte, concretamente jugando al tenis. Debido a su incontestable fuerza en un pequeño lapsus de precisión manda una bola al cielo rompiendo una pared del universo, y haciendo que todos los planetas y estrellas se escapen por un agujero diminuto.

El Rey, apesadumbrado, busca rápidamente como enmendar su falta de precisión, y encarga la dura labor al Príncipe, un pequeño ser que recorrerá diferentes mundos recopilando material armado con su Katamari, una bola que actúa como imán y que recoge todo lo que toca a su paso.

El argumento es tan demencial y descacharrante como sugiere esta somera descripción de su guión, y es tan sólo un delirante pretexto para ponernos a visitar mundos con nuestro “juguete”.

Beautiful Katamari supone el debut de las series de Namco en la nueva generación. El juego camina firme en sus primeros pasos en Xbox 360, y acumula las mismas virtudes que le hicieron grande en PlayStation 2 y PSP.
Beautiful Katamari supone el debut de las series de Namco en la nueva generación. El juego camina firme en sus primeros pasos en Xbox 360, y acumula las mismas virtudes que le hicieron grande en PlayStation 2 y PSP.

Beautiful Katamari, al igual que sus predecesores, utiliza una deliciosa estética para las cinemáticas que parece directamente inspirada por los sketchs de animación de los geniales Monty Python. El aspecto del Rey del Cosmos es un auténtico delirio “pop” que mezcla ropa, rostro y formas de vertientes totalmente dispares y difícilmente descriptibles, pero que encaja a la perfección con el estilo del videojuego. El Príncipe, protagonista, tiene un aspecto algo más convencional y es literalmente un monigote de cabeza cilíndrica y hechuras de dibujo infantil.

El Imán del Universo
Todo esto está muy bien, pero ¿qué es en realidad Katamari? Pues para empezar un juego complicado de describir. Encajado por algunos en el género de los puzzles y enmarcado por otros en el de las plataformas, lo cierto es que la saga de Namco es tan complicada de etiquetar por su condición de redefinidora de varios estilos simultáneamente.

Lo grande de las series de Katamari es que por su condición frenética, desafiante y adictiva acerca a un público muy concreto un estilo de juego –el de los rompecabezas- que en realidad puede resultar más bien minoritario para estos aficionados. Pero en esencia Beautiful Katamari, como las entregas anteriores, es un gigantesco puzzle en sí mismo, y un título que nos obliga a ser tan hábiles con las manos como con la mente.

Las series Katamari consisten en esencia en guiar al pequeño Príncipe del Cosmos por escenarios empujando precisamente el Katamari –que ya hemos descrito como una pequeña bola a la que se le queda pegado todo lo que toca-. El funcionamiento es sencillo: en los peculiares menús escogemos el escenario en cuestión, y al principio de cada nivel se nos dirá el tamaño que tiene que alcanzar la bola para superarlo.

En esencia Beautiful Katamari no aporta nada nuevo a la fórmula, el juego viene a ser una revisión de los anteriores juegos de la saga, con todo lo bueno y malo que ello conlleva.
En esencia Beautiful Katamari no aporta nada nuevo a la fórmula, el juego viene a ser una revisión de los anteriores juegos de la saga, con todo lo bueno y malo que ello conlleva.

Lógicamente no podemos coger a la primera el objeto más grande del escenario, debemos tratar de absorberlos progresivamente para hacer la bola más y más grande y de este modo poder recoger elementos cada vez mayores. De esta forma el reto consiste en ir escogiendo qué queremos que se “pegue” a nuestra bola en cada momento para alcanzar así el tamaño propuesto.

Así podemos comenzar una partida recogiendo lapiceros, botes de pintura o piezas de puzzle para unos cuantos niveles más adelante acceder a una ciudad y hacer una bola con edificios, puentes, barcos, etc. Esto es tremendamente divertido y de una gran adicción pese a lo sencillo de la propuesta, y puede dar lugar a situaciones hilarantes como el empujar nuestro Katamari alrededor del mundo y recoger con éste los diferentes continentes que lo conforman.

Pese a la diversión intrínseca del juego también es cierto que Beautiful Katamari es bastante ligero en cuanto a contenidos. La campaña es demasiado corta, y puede ser completada sin demasiados problemas en 5-6 horas, y el juego cuenta con un multijugador que es algo escaso en opciones. Para jugar acompañados podremos hacerlo offline y online, teniendo como alternativas el fallido modo cooperativo en el que los dos manejaremos el mismo Katamari repartiéndonos un eje para cada uno, y el divertido versus que reta a los dos jugadores a hacer una bola más grande que la de su rival.

Tecnológicamente Discreto
Decir que visualmente Beautiful Katamari es discreto es ser, ciertamente, generosos. Sus virtudes artísticas y de diseño quedan fuera de toda duda, pero el programa en los aspectos más técnicos es muy pobre.

Gráficamente Beautiful Katamari es un juego realmente simpático. Los diseños están muy cuidados y todo destila una imagen muy cómica e ingeniosa, no obstante el juego peca de no sacar partido de las capacidades tecnológicas de Xbox 360.
Gráficamente Beautiful Katamari es un juego realmente simpático. Los diseños están muy cuidados y todo destila una imagen muy cómica e ingeniosa, no obstante el juego peca de no sacar partido de las capacidades tecnológicas de Xbox 360.

Lógicamente lo último que preocupaba a Namco con este juego es su aspecto gráfico, y no le resta un ápice de valor a su sobresaliente apartado jugable, pero también es cierto que en consolas de nueva generación debemos exigir una adecuación real a las posibilidades de las máquinas.

Lo sonoro si que es, de nuevo, un apartado de sobresaliente. Desde el genial score musical del programa hasta los divertidísimos efectos de audio todo en el sonido de Beautiful Katamari brilla. Mención especial merece la voz del Rey del Cosmos compuesta únicamente por scratches de DJ, así como algunos temas musicales, de corte claramente nipón y de indiscutible calidad.

Muy Bueno

Recomendado

Beautiful Katamari

Por: El equipo de 3DJuegos
Recomendado

Beautiful Katamari es un maravilloso ejemplo de que no hacen falta gráficos de nueva generación ni presupuestos desorbitados para realizar un videojuego de calidad contrastada. Tan pobre gráficamente como innovador en lo jugable y tan simple como adictivo, este juego es uno de esos títulos a los que por extravagantes y originales hay que, como mínimo, darles una oportunidad.

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Jugadores: 1-2, 4 online
Idioma:
Duración:
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