Es un cambio ridículo pero necesario: El nuevo Counter-Strike debe acabar con una tradición de hace más de 20 años

Todas las informaciones apuntan a que estamos a punto de recibir una nueva versión de Counter-Strike. Puede que llegue en forma de gran actualización para Global Offensive o a modo de secuela directa del videojuego más jugado de Valve. Sin embargo, tras años de espera, parece que al fin vemos la luz al final del túnel. Los rumores hablan de un anuncio inminente y hasta del lanzamiento de una beta antes de que acabe este mes de marzo. Oportunidad perfecta para hacer grandes cambios que la compañía debería aprovechar para algo que, aunque os va a sonar absurdo, es verdaderamente relevante.

¿Un Counter-Strike sin terroristas?

La medida que ha ganado cierta tracción en redes es un simple cambio de terminología. "Con suerte, Counter-Strike 2 cambiará las palabras 'terrorista' y 'antiterrorista' por atacantes y defensores", decía el tuit original. La motivación de este usuario era que el juego fuese aceptado en las ligas de esports de las escuelas, aunque las consecuencias serían mucho más notables de ello. Solo hay que pensar en Valorant. El título de Riot Games es el gran competidor de CS:GO y no utiliza en ningún momento términos que pudieran dar a entender violencia. Los bandos no tienen un nombre fijo y ni siquiera existe una bomba como tal. En su lugar el dispositivo se llama "Spike", algo que realmente no tiene connotaciones negativas.

Hay varios motivos por los que esto es importante. Parece improbable que, solo con eso, la calificación por edades de Counter-Strike se reduzca. Sin embargo, sí haría más fácil llegar a acuerdos de patrocinio. CS:GO es, como Valorant, un título enfocado de forma muy clara en su vertiente competitiva. Lo que pocas veces se dice de los eventos de esports es que también son herramientas de marketing. Es la forma más 'sencilla' de hacer un juego que perdure en el tiempo. Valve apenas añade nuevo contenido, pero el espíritu competitivo es suficiente para hacer que su juego de disparos haya alcanzado hace apenas unos días su pico histórico de jugadores simultáneos.

Utilizar una terminología más amable hace más fácil encontrar grandes colaboradores. Es lo que se define como "seguridad de marca". Si estás leyendo esto, probablemente no te importa qué términos usen los videojuegos porque los conoces de sobra. Sin embargo, las marcas quieren cuidar su imagen y no asociarse con títulos que usen palabras con connotaciones negativas. Pensad en ellas como ese algoritmo de YouTube sobreprotector que desmonetiza a vuestros creadores favoritos. "Bomba" y "terrorista" no son cosas que los patrocinadores quieren escuchar mientras su logo aparece en la pantalla.

En este sentido, no es casualidad que la mayoría de patrocinadores de los grandes torneos de Counter-Strike sean marcas ya acostumbradas al sector, casas de apuestas o enfocadas a un público joven. Quizás a Monster no le importa vincularse a estas actividades siempre y cuando sean ficticias, pero te costará más convencer a Amazon u otros proveedores de servicios. A esto hay que añadir algo importante. Las marcas ajenas al sector de los videojuegos son las que más pagan por los acuerdos de patrocinio. No poder atraerlas por dos tristes palabras supone un problema mucho más serio para el juego de lo que parece en primer término.

Lo que hará Valve es un misterio, porque para ser verdaderamente efectiva esta medida debería venir acompañada de otros cambios que no gustarían a los jugadores. Eliminar la sangre o sustituir la bomba por otro dispositivo son ajustes en los que probablemente la comunidad de Counter-Strike trazaría la línea. Sin embargo, simplemente pasar a llamar atacantes o defensores a los equipos no parece muy problemático. Un miembro de la comunidad incluso sugirió en Twitter en término "Takers" y "Counter Takers" para mantener la nomenclatura T y CT sin otorgarle connotaciones negativas.

Insistimos en la misma idea, no se trata de lo que opinemos tú o yo ni de que no sepamos que estas palabras significan apenas nada, pero os recordamos que hubo un auténtico escándalo cuando se estrenó CS:GO por el hecho de que los personajes llevaban txapela y capucha blanca. Estas cosas a las marcas no les gustan ni un poquito.

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