Ya es oficial la compra de Electronic Arts por parte del fondo soberano de Arabia Saudí y los fondos de inversión Silver Lake y Affinity Partners. La oferta ha sido de 55 mil millones de dólares, la segunda más cara dentro de la industria del videojuego después de la de Activision-Blizzard-King. Hasta aquí los hechos, los cuales también se pueden repasar en el artículo original; ahora es el momento de entender bien qué quiere decir esto y, lo más importante, qué repercusiones pueden tener para los juegos y los jugadores.
Lo primero que hay que tener en cuenta es la naturaleza de la oferta realizada. Para empezar, hay que destacar que la oferta es por el 100% de Electronic Arts, pero que el PIF saudí ya contaba con un 9.9% de la compañía, y que hay que quitarse de la cabeza que ha sido un Bizum de 55.000.000.000 dólares. Ese número tan redondo sale de pagarle 210 dólares por acción a cada accionista, un 25% más de los 168.32 dólares que tenían de valor el pasado jueves 25 de septiembre.
Pero de esa suma, hay 36.000 millones de dólares en efectivo... Y otra parte de 20.000 millones en deuda. Esto es lo verdaderamente interesante, porque implica que los compradores "han pedido un crédito", de hecho figura el nombre de JP Morgan como financiador de esta operación, el banco más grande de Estados Unidos. De igual manera, en el propio comunicado han afirmado que de esos 20 mil millones, 18 estarían devueltos cuando la operación de compra finalmente se cierre (algo que no será antes de 2027, según estimaciones).
Una cifra: 20.000 millones de dólares
Por un lado hay una explicación muy simple para este hecho, como es que por muy pudientes que sean las tres compañías que ejecutan la compra de Electronic Arts, no necesariamente disponen de todo el dinero "en mano". Por otro, una que puede ser complementaria, y que es la posibilidad de que los compradores vean la posibilidad de sacarle más rentabilidad a Electronic Arts de la que consigue de forma anual o incluso trimestral.
Según se cuenta en el medio económico Financial Times, estos nuevos compradores confiarían en el uso de la inteligencia artificial para "aumentar los beneficios de EA en los próximos años". De hecho, hacen alusión a como consideran que hecho les permitirá "gestionar una gran deuda con una compañía que históricamente ha tenido una deuda neta pequeña". Más allá de la promesa del aumento de la productividad, la implementación de IA en el desarrollo de videojuegos hasta ahora han tenido desenlaces como los sufridos en King.
Los nuevos dueños confiarían en el uso de la IA para "aumentar los beneficios de EA en los próximos años"
Sin paños calientes: estoy hablando de recortes. O usando las palabras propias del mundo empresarial al que pertenecen los nuevos dueños de la compañía, estamos hablando de maximizar los beneficios dentro de la nueva Electronic Arts, a la vez que se minimizan los gastos. No es una maniobra que no hayamos visto, de hecho es casi lo contrario: compañías que cierran proyectos de nuevas IPs, se centran en las que más dinero dan de forma recurrente y arriesgan menos en proyectos caros. Algo muy similar hemos visto con Warner y las cancelaciones de Wonder Woman y Multiversus.
De igual forma, el periodista Jason Schreier apuntó en sus redes sociales a una de las posibles repercusiones de esta compra para nosotros, los jugadores. El PIF ya adquirió la desarrolladora Scopely hace dos años, y en este tiempo muchos son los jugadores que se han quedado de la enorme cantidad de micropagos aparecidos en varios de los juegos; algo que ha llegado a permear incluso a Pokémon GO, una de sus últimas adquisiciones.
Lo razonable es que las franquicias deportivas sigan su curso, aunque con ciertos cambios liderados por EA Sports FC. Esta fue la primera saga en deshacerse de la colaboración con la FIFA para maximizar los ingresos, cosa que podría pasar con otras. Madden NFL termina su acuerdo con la liga de fútbol americano en 2026 y la competición comandada por Roger Goodell ya habría rechazado una oferta a la baja de EA Sports; F1, por su parte, tuvo confirmación de una renovación por dos años más, cosa que después fue negada por la misma fuente. De igual forma, Battlefield parece una apuesta segura para los de Andrew Wilson.
Más complicado lo tendrían divisiones como Bioware, que lleva desde Mass Effect: Andromeda y Anthem en la cuerda floja, y a la que no le ha ayudado el escaso éxito comercial de Dragon Age: The Veilguard. Y las dudas estarían con Motive y ese Iron-Man del que aún no hemos visto demasiado, si tendremos más juegos de Star Wars por parte de Respawn o el interés que pueden suscitar a los nuevos dueños proyectos como publisher más pequeños como los de Josef Fares y su Hazelight Studios.
Foto de portada de Dragon Age: The Veilguard
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