Rubén Márquez
Editor - TriviaLa saga de fútbol de EA representa una de las mayores paradojas de la industria del videojuego. Por un lado su continuismo y la necesidad de lanzar una entrega completa de forma anual, que en septiembre llegará en forma de EA Sports FC 26, hace que sea tachado de ser siempre el mismo juego. Por el otro, las quejas de la comunidad se amontonan año tras año para declararlo el peor de la historia. Tras esa aparentemente contradictoria idea de ser siempre igual, pero cada vez peor, en EA Vancouver se han visto obligados a seguir una estrategia que pocas veces se ve en el mundo del desarrollo: hacer caso a la comunidad. En el peligro de caer en la imposibilidad de dar forma a una experiencia que contente a todos por igual, EA Sports FC 26 quiere acercarse lo máximo posible a esa utopía.
Después de publicar un tráiler de presentación en el que no les ha temblado la mano a la hora de poner sobre la mesa gran parte de las vergüenzas vividas el último año, hemos acudido hasta las oficinas de EA Vancouver en Canadá para comprobar hasta qué punto esa intención no sólo está sobre el papel, sino también a nivel jugable. Estas han sido nuestras primeras sensaciones con un EA Sports FC 26 obsesionado con una simple idea: crear un mejor gameplay.
Su mayor evolución no está en el juego, sino fuera de él
La buena recepción del tráiler, al menos en general y en contraposición a presentaciones de otros años, dejan entrever que, como mínimo, el enfoque y la intención es tan buena como acertada. Tras el cambio drástico vivido en enero del año pasado en EA Sports FC 25 para corregir el rumbo de un barco que iba a la deriva en la valoración de la comunidad, la necesidad de crear un toma y daca con los usuarios para evitar nuevas oleadas de quejas se antojaba imprescindible.
Como alguien hastiado de los ritmos y problemas que venía arrastrando la saga, puedo decir que hay razones para sonreír
Desde lejos da la intención de ser una entrega poco revolucionaria. Los cambios, aunque presentes, no dejan de seguir la estela de más animaciones, más eventos en vivo, más retoques aquí y allá, a la que nos tiene acostumbrada la franquicia. Desde dentro, una vez a los mandos y viendo la obsesión que se respira entre sus desarrolladores no sólo del citado mantra, sino de esa misión de contentar a los fans, empieza a respirarse y termina palpándose. Entiendo hasta qué punto es un desafío lanzar una entrega anual en un momento en el que el salto gráfico ya no puede ni acercarse al vivido en momentos como en el salto de PS2 a PS3, y también hasta qué punto debe de ser un trago difícil de digerir el sentarse en una reunión con directivos para decidir qué narices debe ser el gran caballo de batalla de cada nueva entrega para que dar el salto de una a otra resulte realmente significativo.
Lejos de acudir a las mejoras en los pases, la personalización o las cucamonadas personalizables en forma de mascotas o estadios, ese salto evolutivo no está ni en una mejora visual alucinante ni en una reinvención de Ultimate Team. Está en Reddit, en Instagram, en los comentarios de YouTube y en las reseñas de Steam. Está en el hecho de asomarse al pozo que supone acumular todas esas críticas, consejos, recomendaciones y peticiones, y crear una plataforma en la que dichos comentarios se autorregulen, se organicen en bloques, y lleguen a la misma mesa de decisión para que, con los datos en la mano, alguien pueda decir: esto es lo que hay que hacer para que la gente deje de abandonar el barco. El siguiente paso es hacerlo, claro, y como alguien hastiado de los ritmos y problemas que venía arrastrando la saga desde hace varios años, puedo decir que hay razones para sonreír.
EA Sports FC 26 es una oda a la agilidad
La lista de mejoras es enorme y, cuando dentro de unos días nos asomemos a modos y avances concretos como los de Carrera y Ultimate Team, será significativo echar la vista atrás y empezar a repasarlos con detalle. Hasta entonces, lo que probablemente más os llamó la atención durante el tráiler de EA Sports FC 26, y la razón por la que probablemente habéis llegado hasta aquí, está en descubrir si esas promesas de agilidad, control y regates son algo más que un espejismo.
"Queremos que cada movimiento con balón responda instantáneamente a lo que el jugador pretende, sin lentitudes artificiales". Así comentaba Sam Rivera que habían enfocado la solución a que, mientras un balón rápido se acercaba a tus pies con un tiempo de reacción ínfimo, en el último frame el jugador fuese capaz de agarrarse a la animación adecuada para pasar con precisión al primer toque con un ángulo que, sin llegar a los 360 grados, se queda lo suficientemente cerca como para no frenar el juego.
Dentro de la comunidad la llegada de nuevas animaciones se veía, hasta cierto punto, como algo a lo que temer. Más variables de movimientos implica más esfuerzo para la inteligencia artificial, más dificultades al saltar de una animación a otra y, en consonancia, un juego que respondía más lento a algo tan simple como continuar una jugada con todo el potencial para darle la vuelta al partido. Para algunos, deshacerse de esa variable podía implicar perder realismo o espectacularidad en las animaciones, pero el riesgo a correr era menos si la experiencia terminaba siendo mejor.
Resulta que el problema no eran las animaciones en sí, sino cómo el juego respondía a ellas de una forma tan ineficaz como desesperante. La solución era tan simple como que el motor entendiese que, frente a la premura con la que el jugador pulsa el botón del pase y marca una dirección, el juego debe ser lo suficientemente ágil y preciso como para recortar todos los procesos de la animación que evitasen alcanzar ese hito.
El resultado, afortunadamente para quienes nos criamos entre juegos de marcado carácter y velocidad arcade, quienes crecimos haciendo el tiki-taka algo más que marear la perdiz, es una agilidad endiablada en la que saber leer jugadas ajustadísimas, y pases al hueco a ras de suelo que deben colarse por el agujero de un alfiler, por fin, funcionan a las mil maravillas. No es que la defensa haya fallado, es que el pase se ha hecho justo cuando tocaba, ni antes ni después, y es emocionante comprobar hasta qué punto marca la diferencia.
Si pierdo en FC 26, que sea culpa mía
Con la premisa de un juego más ágil y preciso, que quede lejos de los pelotazos de patio de colegio y esté más cerca de representar el mejor nivel de unos señores que cobran millones precisamente por saber patear bien un balón, esa mezcla de juego enfocado al gameplay, pero sin dejar de lado el realismo, se traduce en regates mucho más ágiles y con la pelota lo suficientemente cerca de los pies.
Lo justo y necesario para que esa anticipación a la hora de saltar de una animación a otra, de virar hacia la izquierda para seguidamente después hacerlo hacia la derecha, no sólo sea posible, sea lo más accesible posible para evitar la frustración.
No es sólo un tema de abrir el juego a cuanta más gente mejor, donde las mejoras de accesibilidad dan un salto significativo en forma de componentes completamente personalizables como la saturación de jugadores o la implementación de regates más fáciles de realizar para aquellos con movilidad reducida, es darle al jugador la certeza de que si un jugador no llega, si el balón termina robado, ha sido culpa suya.
Ya se encargará la inteligencia artificial de despejar un balón sin que el rebote vaya a los pies del contrario, de que un mastodonte sea capaz de frenar con el cuerpo cuando defiende la llegada de un balón, y que el portero estire los malditos brazos como si quisiera dislocarse el hombro para frenar el gol del empate en el minuto 90. No debemos estar preocupándonos por cubrir esos fallos adelantándonos a ellos, merecemos tener la seguridad de saber que el juego va a responder como lo haríamos si pudiésemos controlar también esa situación a los mandos.
Con dos meses por delante hasta su llegada, primero con su acceso adelantado el día 19 de septiembre y con el lanzamiento final programado para el 26, aún queda mucho para comprobar hasta qué punto lo visto durante esta demo de EA Sports FC 26 es sólo la punta del iceberg de lo que está por llegar. No sólo por lo que incluyan en la versión definitiva de la mano de una agilidad que no sólo debe aplicarse a los pases, sino también a cómo EA responde a las peticiones y críticas de la comunidad con la misma velocidad con la que, por fin, puedo dar un pase atrás al primer toque.
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