En mi viaje a Los Angeles para asistir tanto a los Play Days organizados por el Summer Game Fest, como al evento de prensa previo al Ubisoft Forward pude ver y probar videojuegos esperadísimos como Alan Wake 2, Assassin's Creed Mirage o Mortal Kombat 1. Sin embargo, algo que no me veía venir en absoluto es que una de las mayores sorpresas del evento para mi fuera a acabar siendo Fae Farm.
Los Play Days del Summer Game Fest, la versión presencial del evento organizado por Geoff Keighley, se quedan en muy poco si no tienes citas concertadas para probar los títulos ofrecidos. Muy pocos de ellos disponen de huecos para entrar en el momento a probarlos, lo que limita la posibilidad de descubrir cosas si no sabías lo suficiente de un título como para haberle hablado al responsable de prensa de los videojuegos antes de viajar.
Sólo he podido ver o jugar a dos títulos sin contar con cita previa en este viaje. De uno de ellos aún no os puedo hablar (pero no falta mucho para poder hacerlo), mientras otro es este Fae Farm. Y sí, es un juego de granjas protagonizado por hadas con poderes mágicos.
En este texto os vengo a convencer de que este juego no sólo merece la pena, si no que tiene una de las decisiones de diseño más inteligentes que he visto en los últimos tiempos. Deja los prejuicios en esta introducción y creo que podrás entender lo que te digo.
La sorpresa de mi viaje a Los Angeles es un juego de granjas
Por cómo soy como jugador, los juegos de granjas tendrían que gustarme mucho más. Me encantan los mánagers deportivos y los simuladores industriales como Dyson Sphere Program, ya que encuentro una gran satisfacción en la optimización de múltiples factores en los videojuegos para maximizar el rendimiento. Los juegos de granjas, más allá de plantar chirivías en vez de fichar brasileños prometedores o crear una línea de trabajo que empiece en hierro y acabe en reactores nucleares, van de lo mismo.
Sin embargo, una pata importante de estos títulos es la decoración. Gran parte de la recompensa que recibes en títulos tan distintos y a la vez tan parecidos como Animal Crossing o Stardew Valley, son objetos con los que decorar tu casa o parcela.
Y ahí es donde está ubicado mi problema con los juegos de granjas. Soy una persona con un sentido estético completamente atrofiado, lo que hace que no encuentre satisfacción en decorar mi casa en los Sims, pero tampoco en conseguir contenidos cosméticos en cientos de títulos. No es que no aprecie las cosas bonitas, simplemente no soy capaz de producirlas por mi mismo.
Por eso, una de las patas más importantes en los juegos de granjas y que los desarrolladores usan como recompensas para los jugadores, como es la decoración, es completamente inocua para mi. Pues bien, eso no me sucede con Fae Farm.
La clave está en su Cozy System
Después de poder probar el título en los Play Days, he constatado que sus desarrolladores han pensado en esto. ¿Cómo lo han resuelto? Pues haciendo que cada objeto decorativo que pongamos en nuestra casa, mejore una de las tres barras de nuestro personaje: vida, aguante y magia. Además, se justifica narrativamente con que el protagonista tiene una casa más acogedora y así puede descansar mejor.
Esto establece un sistema más, una capa de progresión adicional a un género que vive por y para la progresión. El crafteo y el hallazgo de muebles no sólo satisface a los más estetas, si no que permite que Fae Farm relacione aún más y mejor los sistemas sobre los que está construido.
Y por si esto fuera poco, la magia nos permite hacer hechizos con los que regar y recolectar de golpe grandes porciones de la huerta sembrada previamente. Un añadido que también posee una progresión implícita, al tener que mejorar tanto nuestras herramientas como nuestros sortilegios.
Fae Farm saldrá a la venta el próximo 8 de septiembre para PC y Nintendo Switch, y ya se puede reservar en las tiendas digitales Steam, Epic Games Store y la eShop de Nintendo.
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