Fui un niño que creció comprando todas las revistas de videojuegos posibles, haciendo que debajo de casa de mi madre aún estén un par de cajas enormes repletas de estas reliquias. Habré pasado cientos de horas leyendo y releyendo cada una de ellas, pero si pienso en ellas me vienen a la cabeza tres cosas muy concretas: las revistas Pokémon de la Nintendo Acción y los consultorios sobre la Isla Espejismo de Pokémon Zafiro que nunca se me apareció, una ajada revista que pertenecía a mi primo y los Lickers de Resident Evil 2 que me aterraron durante semanas, y un reportaje sobre Alan Wake en Hobby Consolas.
Años después aprendí que aquella preview pertenecía a un evento muy especial de Xbox y que, aunque el juego de Remedy no cumplió su promesa de brindar un mundo abierto, sí que recuerdo leer aquel reportaje sorprendido. En un momento en el que los desarrollos, al menos los que me llegaban, eran realmente derivativos y estaban ensimismados en emular, mejorar o incluso crear algo dentro de los videojuegos, Alan Wake parecía algo distinto. ¿Un escritor como protagonista?, ¿inspiraciones en la literatura y el cine? Aquello me impactó.
Todos hemos seguido a Remedy durante estos años, ¿verdad? Más allá de que Quantum Break fue un proyecto tan ambicioso y especial como mejorable, y de que Control les volviera a poner en el primer plano de forma merecidísima, son un estudio que siempre llama la atención. Y más cuando después de todo lo aprendido durante estos años, se produce el anuncio de Alan Wake 2 para cerrar un ciclo.
Aunque la polémica ha golpeado al juego a causa de su lanzamiento exclusivamente en formato digital tanto en consolas de nueva generación como en PC, lo cierto es que es imposible no esperar con ganas la nueva aventura del escritor. El primero es un notable juego, con algunas cosas por mejorar, claro, pero con una interesante historia y una lucha contra la oscuridad en el hasta entonces idílico Bright Falls que te atrapa. Pero lo visto hasta ahora de la secuela parece querer demostrar algo que muchos pensamos: lo bien que encajaría ese primer Alan Wake en las tendencias del singleplayer cinemático actual.
Alan Wake está de vuelta
Durante los Play Days del Summer Game Fest hemos tenido la oportunidad de ver una demo de alrededor de media hora, jugada en tiempo real delante nuestro, donde fue posible conocer mucho más sobre Alan Wake 2. O más bien deberíamos decir sobre Saga Anderson, co-protagonista de la secuela y agente del FBI que llega trece años después a Bright Falls y sus alrededores a investigar una serie de sucesos extraños. Y sí, su compañero es el inigualable Sam Lake, AKA, Alex Casey en el juego.
La demo arranca con Saga y Alex persiguiendo al agente del FBI Robert Nightingale… O quizás deberíamos decir su cadáver, ya que se nos cuenta que cuando se encuentra el cuerpo de este y se traslada a la morgue, vuelve a la vida convertido en un monstruo y escapa. No sin que antes Saga practique una autopsia exprés en la que extrae una hoja de sus entrañas. Dicha hoja, lo habéis adivinado, son palabras escritas por el desaparecido hace más de una década, Alan Wake.
Un verdadero juego de detectives
Su narración (y el rastro de Nightingale) lleva a la pareja de agentes a las afueras, a Cauldron Lake. La recolección de pistas, que ya habíamos visto en algunos juegos con tintes detectivescos, tiene una función en absoluto accesoria aquí. Resulta que Saga cuenta con una partición en su mente, casi como si fuera un disco duro, que tiene forma de sala de detectives en una comisaría. Ahí, Saga puede ordenar las pistas en una pared al estilo clásico (chinchetas y cuerda roja), repasar perfiles de sospechosos y más cosas que no hemos visto.
Lo que en otros juegos es un monólogo interno, aquí es una mecánica de detectives, uno de los géneros que, paradójicamente, menos ha evolucionado desde la llegada de la visión de detective en Batman Arkham. Ese rincón es accesible en todo momento y tiene todo el sentido cuando vemos las capacidades de Saga para resolver casos irresolubles, tal y como se nos cuenta.
Pero sigamos con la demo. Saga pronto se aleja de su compañero y resuelve un problema en la casa de la bruja, tal y como comentaba una hoja escrita por Wake. No sin antes aparecer el primer cultista, el cual es eliminado de la misma forma que todos recordamos del primer juego: linterna y luego balas.
De lo mejor del Summer Game Fest
Ciertos lugares tendrán la función de salas de descanso, donde podremos guardar la partida, y también hacer algo que no pudimos ver, pero que sí nos confirmaron: cambiar el personaje jugable y el punto de vista entre Saga y Alan. No serán dos campañas distintas al estilo Resident Evil 2, si no que tendremos la posibilidad de cambiar en ciertos momentos concretos entre ambos.
El desarrollo de la misión nos llevará a esa dimensión oscura, donde espera Nightingale. Saga y su recién conseguida escopeta acaban con él, activando la escena final de la demo, la que nos presenta a un Alan Wake que lleva trece años peleando contra estas terroríficas fuerzas y que finalmente está de vuelta en Bright Falls… Al igual que la amenaza que pretendía sellar.
Salí de la sala emocionado. Alan Wake 2 vuelve a apoyarse en la literatura, el cine y las series para crear un videojuego con una atmósfera muy especial. Pero es que además técnicamente es apabullante, con una iluminación maravillosa. Uno de los mejores títulos vistos en Los Angeles, y que saldrá a la venta el 17 de octubre en consolas de última generación y PC a través de la Epic Games Store.
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