Quiero empezar este texto quitando caretas: jamás había jugado antes a un Gears of War. Nunca he sentido la adrenalina de serrar a un Locust con un Lancer, ni he comprobado cuánto puede llegar a molar Marcus Fenix más allá de su nombre, pero siempre he sentido mucha envidia de los que sí pudieron. Esas míticas tardes del multijugador de Gears of War que he escuchado a muchos conocidos, puede que ya no vayan a volver, pero Gears of War: Reloaded supone la oportunidad para mí y otros muchos jugadores de comprobar lo que nos hemos perdido todos estos años. ¿Mi conclusión tras el fin de semana de beta? Ojalá hubiera tenido una Xbox 360 de adolescente para jugar a esta maravilla.
Gears of War: Reloaded es un juego que me hace querer volver atrás en el tiempo, te pone una trampa de nostalgia que es imposible esquivar, rememorando aquella época de PS3/Xbox 360 donde tanto nuestras vidas como los juegos que disfrutábamos parecían más sencillos. Tras jugar varias horas al modo Team Deathmatch, no puedo esperar a jugar la versión completa de este juego. Y es que después de comprobar de primera mano lo divertido que es el multijugador de Gears of War: Reloaded espero que su lanzamiento traiga consigo una comunidad online viva y activa que siempre esté dispuesta a unas partidas rápidas de sencilla y maravillosa diversión sin adulterar.
El multijugador que marcó a una generación
Sin meternos a analizar su contexto o su argumento, ya que solo hemos podido jugar a una parte muy pequeña de su esfera multijugador, podemos hablar de Gears of War: Reloaded como el epítome de los shooters de coberturas que arrasaron varias generaciones atrás. Muchos no lo recordaréis, pero en la séptima generación de consolas también había manías en la industria, siendo una de ellas una sobrepoblación de shooters que usaban coberturas y modos online que los implementaran sin ninguna clase de coherencia. ¡Hasta hubo una línea de juegos de Harry Potter que usaba este esquema jugable, adaptando los hechizos como si fueran armas!

Hay varios nombres propios a los que culpar de esa tendencia, pero sin duda el principal responsable es el arrollador éxito del que gozó la marca Gears of War en aquellos años. El título original se lanzó hace casi 20 años, en el 2006, y apareció únicamente en Xbox360. Gears of War: Reloaded es una remasterización, no de esa primera entrega, sino del Gears of War: Ultimate Edition que se lanzó hace aproximadamente 10 años, que sí que mejoraba directamente el original. Por ello, aunque el aspecto visual del juego es muy superior al de la primera entrega, tampoco llega a lucir como un juego de la actual generación, a falta de verlo en situaciones más espectaculares de su Modo Campaña. Sí que ofrece, por otro lado, mejoras sustanciales del rendimiento, llegando hasta los 120 FPS en multijugador, resolución 4K y compatibilidad con Dolby Vision-Atmos y HDR. De todas formas, como os podéis imaginar, una vez te pones a los mandos lo de menos son los gráficos.
Muchas partidas de Gears of War: Reloaded parecen la vertiente shooter de Dark Souls
Hemos podido jugar en la PS5, la experiencia morbosa por definición, y hay un añadido que también le sienta muy bien al título: la implementación del DualSense. La vibración que ofrece el mando de Sony, junto a la contundencia y la pesadez del movimiento y los disparos de los personajes, es una absoluta gozada a nivel kinestésico. También incluye muchos sonidos integrados, como la activación de la motosierra y algunos avisos y efectos, que también le dan una capa extra de inmersión. Además, todas las versiones incluyen unas muy agradecidas opciones de accesibilidad a elegir desde el principio del juego.

Si esta franquicia te pilla totalmente de nuevas, Gears of War: Reloaded es un shooter en tercera persona con un fuerte énfasis en el uso de coberturas. Es tosco, es muy sangriento, pero también es muy divertido gracias a la contundencia de sus tiroteos. Todas sus armas son extremadamente destructivas, desde las granadas hasta la sierra del Lancer, una de las mejores armas del mundo del videojuego, pasando por una escopeta que te hará explotar en mil pedazos con un solo disparo si te acierta de pleno.
En este primer fin de semana hemos podido jugar al Team Deathmatch clásico en tres mapas: Raven, Fiebre del oro y Punto Muerto. Son mapas muy directos y nada intrincados, pero repletos de obstáculos y escombros en los que parapetarse. Hay una amplia selección de personajes y skins para las armas entre los que elegir, pero todos partiremos con las mismas armas: una escopeta, una ametralladora-motosierra y una pistola. Contamos con un golpe físico que, en el caso del Lancer, serrará en dos a nuestro rival con una sangrienta y espectacular animación. A no ser que hayas hecho explotar al contrario, habrá que confirmar rápidamente la baja rematando el enemigo; si no, puede recuperarse del daño y seguir luchando, o le puede revivir un compañero.

Pura acción y diversión, ni más ni menos
Gears of War: Reloaded es un juego que no te deja descansar y da una capa de frenetismo a todas sus interacciones; por ejemplo, fue uno de los primeros juegos en introducir una recarga activa de la munición, o tendremos que aporrear un botón para levantarnos si nos derriban. Es pura adrenalina, sin freno y con un generoso sistema de reaparición.
El juego con las coberturas es muy ágil: podremos deslizarnos rápidamente hacia ellas mientras corremos, disparar por encima de ellas (a ciegas o apuntando), trasladarnos a otra… todo de forma muy sencilla e intuitiva. La otra clave para dominar la partida no reside tanto en nuestra puntería, sino en la movilidad, ya sea a través de carreras o de volteretas. Muchas partidas de Gears of War: Reloaded parecen la vertiente shooter de Dark Souls, pero es fundamental despistar al rival con movimientos rápidos para después explotarlo de un escopetazo.

No hay mecánicas complejas, ni objetivos más allá de destruirse mutuamente o condiciones especiales: puro entretenimiento arcade sin complicaciones. Es posible que, si te falta el gancho emocional de la nostalgia, en los primeros momentos cueste entender la magnitud del fenómeno; sin embargo, una vez te acostumbras a sus particulares sensaciones, es un multijugador increíblemente adictivo, que resulta hasta refrescante gracias a su sencillez y rapidez. Gears of War: Reloaded llegará el próximo 26 de agosto a PS5, Xbox Series X/S (Game Pass incluido) y PC , con cross-play y cross-save confirmados. Aunque nosotros solo hemos podido probar Team Deathmatch, si participas en su siguiente beta los próximos días también podrás jugar a Rey de la Colina.
Como alguien que ha adoptado el sistema, lo mejor que puedo decir es que me siento enormemente afortunado como jugador, no solo de poder disfrutar de la mejor forma posible de esta experiencia mítica, sino de al fin tener acceso a este pedazo tan importante de la historia del videojuego. Y es una maravilla que cada vez más gente vaya a poder descubrir el motivo por el que la marca Gears of War marcó a toda una generación de jugadores. ¿La actual generación de jugadores sabrá apreciar esta propuesta? ¿Su online llegará solo tan lejos como permita la nostalgia, o alcanzará a las nuevas sensibilidades multijugador? Cada vez falta menos para descubrirlo.
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