Con sus gigantescos robots dieselpunk y brutales batallas campales con explosiones y disparos aquí y allá, Iron Harvest es uno de esos juegos de estrategia a los que cuesta resistirse. Los jugadores de PC lo compraron hace ya un año, y ahora le toca el turno a los fans de PS5 y Xbox Series pero… ¿qué tal se ha adaptado a consolas?
Hace tiempo ya que dejamos atrás el miedo a ver en consolas cierta clase de juegos "típicos de PC", como los RPG más tradicionales o incluso la estrategia en tiempo real. Hoy en día hay un buen puñado de ejemplos como Diablo 2 en consolas, los formidables Divinity: Original Sin, o incluso titanes de la estrategia como Civilization 6 adaptados al mando. Esta es la razón por la que tenía muchas ganas de ver en Xbox Series X|S y PlayStation 5 un juego tan notable como Iron Harvest. Con su fabulosa estética y lo espectacular de su acción, este RTS desarrollado por King Art Games supo ganarse a los fans del género con una emocionante campaña repleta de misiones variadas, brutalmente frenéticas y, sobre todo, divertidas. ¿Consigue el mismo resultado en consolas de nueva generación? Sí… en parte, porque en este caso siento que se podría haber afinado mucho más el sistema de control para que fuera realmente cómodo dirigir a tu ejército.
No funciona mal, al final te acostumbras; pero en los momentos de máxima intensidad, cuando los enemigos atacan desde todos los frentes, sufrirás más de la cuenta para dirigir correctamente a tus tropas. Y esto le pasa factura. Te atrapa con su historia, que es sorprendentemente buena, te conquista con su arte y el diseño de sus máquinas de guerra, pero no terminas de disfrutar al máximo de su emocionante acción porque, básicamente, cuando el caos se apodera del campo de batalla te sientes más como un espectador involuntario, que como ese general que debería estar dando órdenes precisas. ¿Es una mala adaptación? Tampoco es eso. Se puede jugar y sin duda te lo pasarás genial destrozando los imponentes carros de combate del ejército enemigo, aquí transformados en robots bídepos de estética dieselpunk / steampunk. Pero es inevitable no sentirse algo decepcionado cuando, justo en los momentos en los que deberías estar pasándolo en grande, andas más preocupado de seleccionar a las tropas sin equivocarte que de aplastar al rival a base de cañonazos y fuego.
Jugar a Iron Harvest con mando
En la línea de la formidable serie Company of Heroes, en Iron Harvest las coberturas son esenciales para sobrevivir a unas batallas en las que los enemigos golpean desde todos los frentes con gran virulencia. Por eso es tan importante dominar el escenario. Si estás bien posicionado, a cubierto, resistirás mejor los disparos y explosiones. Y si es el enemigo el que está tras las trincheras, tu máxima prioridad será la de flanquear y atacar por la retaguardia ya que de lo contrario, sufrirás más de la cuenta para derrotarles. Esto exige de ti que estés muy encima de las tropas en cada batalla porque una mala posición puede acabar con tu ejército hecho trizas. Algo con lo que no he terminado de sentirme cómodo en esta adaptación a consolas. Como os decía, te acostumbras rápido al manejo de las tropas y la gestión de tu pequeño centro de operaciones, e incluso a la hora de combatir en pequeñas escaramuzas, es fácil sacar provecho de las habilidades únicas de cada escuadra. ¿El problema? Las batallas más multitudinarias.
Te atrapa con su historia, que es sorprendentemente buena
Si algo me falta en esta versión de Iron Harvest son más opciones para agrupar fácilmente a las tropas que tienes en pantalla; o que fuera más sencillo y rápido crear grupos para desplazarte entre ellos de forma instantánea. Tienes algunos atajos y puedes usar los botones superiores para saltar de una unidad a otra pero, ahora, imaginaos haciendo esto en mitad de una batalla campal con gigantescos robots derribando edificios y escupiendo llamaradas. Es un caos visualmente espectacular pero, con un mando en las manos, un caos difícil de controlar. Me cuesta buscar coberturas mientras me peleo conmigo mismo localizando a cada pelotón de soldados, a cada robot y máquina de guerra dispersa por el mapa. Y me sorprenden ausencias como la opción de pulsar y mantener el botón para seleccionar tropas, que viene genial para agrupar soldados en los momentos de máxima tensión.
La interfaz de usuario está bien planteada en el sentido de que, al seleccionar una tropa, te muestra de un vistazo cuatro acciones básicas a las que puedes acceder de inmediato pulsando un botón, como lanzar granadas, construir barricadas o usar un grito de guerra que les haga inmunes al fuego de supresión. Cada tipo de soldado tiene sus propias ventajas tácticas, así que es importante conocerlas; pero estas son solo una parte de las opciones a tu alcance, pues al pulsar el gatillo izquierdo desplegarás un menú radial con otras tantas opciones que amplían tu abanico estratégico. Con esto quiero decir que Iron Harvest se deja jugar en consolas, se maneja bien, pero cuanto más exigente se pone el juego, más echas en falta el combo teclado y ratón. Hay además otros aspectos incomprensibles como el control de la cámara invertido, que no puedes cambiar (al menos no he encontrado esa opción), o algunos problemas de la propia interfaz, que a veces no muestra bien las opciones que debería mostrar, como atacar a un enemigo.
Los mechas dominan el campo de batalla
Iron Harvest es ante todo un gran juego de estrategia en tiempo real pero sin duda, si algo llama la atención de él es su poderosa puesta en escena y el diseño dieselpunk de sus imponentes máquinas de guerra. Tomando como referencia el trabajo del artista polaco Jakub Rozalski, que a su vez dio origen a un juego de mesa llamado Scythe, en nuestro análisis de Iron Harvest en PC ya te contamos que esa extraña fusión de ficción y realidad funcionaba a la perfección al transportarnos a una versión alternativa de las guerras de principios del siglo XX, con mechas en lugar de tanques. Con un buen diseño de misiones y una acción brutalmente intensa, era y es difícil no pasarlo bien con este RTS de King Art Games. Con esta versión completa, además, recibimos un montón de nuevos contenidos, incluyendo las dos expansiones Revolución de Rusviet y Operación Águila, que amplían la historia con más misiones, héroes y unidades de combate.
Me apena que en consolas se pierda parte de esa épica por culpa del control
No es poca cosa teniendo en cuenta que el argumento no solo es importante, sino que además es bueno hasta el punto de implicarte en la historia de los héroes que encabezan la lucha al frente de las diversas facciones de Iron Harvest. Por eso me apena que en consolas se pierda parte de esa épica por culpa del sistema de control. Incluso en lo visual el juego se ha adaptado bien a Xbox Series X|S y PlayStation 5, con un buen acabado gráfico pero sobre todo, con un buen rendimiento que nos deja con 60 imágenes por segundo bastante estables. Obviamente en las distancias cortas verás que las tropas no están muy detalladas y que algunas texturas del escenario son algo planas; pero a vista de pájaro, cuando tienes una panorámica de todo el campo de batalla, este es sin duda uno de los RTS más espectaculares de la actualidad. Lástima que los vídeos entre misiones estén tan comprimidos que pierdan calidad. Otro detalle que afea el resultado final de una Complete Edition que con luces y sombras.
Por otro lado la inteligencia artificial de los enemigos me ha decepcionado en tanto son tan agresivos, que se olvidan de protegerse cargando como salvajes sin tener en cuenta las coberturas. Sí, buscan atrincherarse, pero en no pocas ocasiones lo hacen justo delante de tus narices, creando algunas escenas un tanto ridículas, como esos tiroteos en Los Simpsons, en los que varios pistoleros se atacan a pocos metros de distancia sin atinar ni un solo disparo. Habría estado genial que durante este año de desarrollo extra se hubieran pulido esta clase de detalles para ofrecer un juego de estrategia más refinado; y es sorprendente porque luego Iron Harvest tiene en cuenta otros detalles que denotan la pasión con la que se ha creado este proyecto. Uno que me gusta mucho es la opción de poner las voces nativas de cada ejército, aunque de serie hablan en inglés con subtítulos en español.
Un buen juego de estrategia que destaca por su apartado artístico
En definitiva Iron Harvest es un buen juego de estrategia que destaca por su apartado artístico, el diseño de sus misiones y la contundencia de sus batallas en tiempo real. El problema en consolas es que a veces cuesta adaptarse más de la cuenta a la intensidad de estas escaramuzas, lo que hace que no termines de disfrutar al máximo de sus por otro lado emocionantes duelos a muerte entre soldados y mechas. No te diría que no lo compres, porque estoy seguro que te lo vas a pasar bien destrozando a cañonazos a los ejércitos rivales, pero si lo haces, ten en cuenta que a veces su acción puede volverse algo frustrante simplemente porque dirigir a tu ejército en mitad del caos no es tan cómodo como debiera.
La intensidad de su acción y su espectacular puesta en escena logran que sea fácil disfrutar de los emocionantes combates estratégicos de Iron Harvest. Sin embargo, en su adaptación a Xbox Series X|S y PlayStation 5 debes lidiar con un sistema de control que en los momentos de máxima intensidad, cuando el caos se apodera del combate, no termina de responder con la efectividad deseada. Se deja jugar y se siente cómodo la mayor parte del tiempo, pero si decides dar el salto a este llamativo universo dieselpunk, tenlo en cuenta.
Comprar Iron Harvest: Complete Edition- Se inspira en el trabajo del artista polaco Jakub Rozalski: las guerras de principios del siglo XX con mechas en lugar de tanques.
- Iron Harvest Complete Edition incluye dos expansiones y abundantes DLC, con varias horas de juego extra.
- Aunque se puede jugar bien, en los momentos de mayor caos, el control puede ser algo estresante.
- Los tiempos de carga en consolas son apenas inexistentes.
- Además de las campañas en solitario incluye multijugador para hasta 6 jugadores.
