Tras la sorpresa que supuso el primer Moss y la no buena sorpresa de su "continuará", llega la segunda entrega para seguir la historia de Quill en busca de las reliquias para salvar su mundo. Descubre cómo ha evolucionado todo en el análisis de Moss Libro II.
Es curioso, pero creo que el ecosistema de PlayStation VR abre y cierra con el mismo juego. Moss fue el primer título que realmente disfruté con las gafas de Sony y esta segunda entrega será el último antes de la llegada del siguiente modelo. Todavía recuerdo las sensaciones de la primera parte, que han aflorado con su continuación: un título en el que se nota la artesanía y la sensibilidad de sus autores. Hay algo muy especial en la forma en la que Polyarc está construyendo su obra. El jugador nota constantemente que es partícipe del mundo de Moss; no solo por lo cautivador que es, sino por algo que solo puede lograrse mediante la realidad virtual: la perspectiva. Moss y también este Libro II demuestran el valor de la VR más allá de la inmersión en la primera persona. Porque ¿cómo catalogaríamos Moss, realmente? En él manejamos a Quill en tercera persona, solucionando puzles a través de intrincados niveles, pero a la vez somos el Lector (lo siento, me niego un poco a llamarlo Leyente, como el juego), una especie de avatar de nosotros mismos que, en primera persona, también podemos interactuar con este mundo mientras vamos leyendo la historia a través de un libro.
Moss es un ejercicio de metanarrativa fascinante. No, no busca reventar cuartas paredes como Inscryption o Doki Doki Literature Club!, pero establece un vínculo entre lector, autor y personajes casi de la forma en que lo hizo La Historia Interminable. Me es difícil no emocionarme al pensar lo tierno que es en este homenaje a la literatura. A la forma en que hay un narrador que lee la historia mientras que los personajes interpretan los diálogos. Como lo hacía antaño Sierra y lo hacen ahora los audiolibros. Como lo han hecho los cuentos toda la vida.
Moss sobrecogía con sus escenarios presentados casi a modo de maqueta o diorama. Es un estilo que han seguido juegos como el remake de The Legend of Zelda: Link's Awakening, pero que gracias a esa perspectiva única que proporciona la realidad virtual, se fortalece. Libro II lo lleva a un nuevo nivel con lugares más variopintos, detallados y llenos de secretos. Es muy fácil conectar con este planteamiento a poco que muevas a Quill por sus escenarios mientras resuelves puzles. Y muy difícil no retrotraerse al niño que llevamos dentro jugando en tu habitación, manipulando mundos diminutos que rellenas con tu imaginación. Asomarse a la ventana que es este juego, aunque solo sean unos minutos, es algo que creo que todo jugador debería hacer alguna vez en la vida.
Continuará…
Libro II recoge la historia justo donde la dejó el primer Moss, con la serpiente Sarffog derrotada y nuestro tío rescatado. Este era uno de los aspectos que más chafó a los jugadores. No es que el juego anunciara una secuela, es que se corta abruptamente cuando las cosas se ponen realmente interesantes. Puede entenderse: Polyarc es un estudio pequeño y lo denota el tiempo de espera para esta segunda parte, pero también estamos hablando de juegos cortos y que tienen un precio relativamente alto.
Quizá impresiona un poco menos, porque sigue la misma estela que su antecesor
Libro II es un poco más largo, pero no mucho. Me ha durado unas 5 horas y quizá impresiona un poco menos, porque sigue la misma estela que su antecesor. Aun así, es quizá más redondo porque se apoya en las bases del primero para construir más alto. Cada uno de los capítulos está mimado al extremo y ofrece una variedad de mecánicas que intenta repetirse lo mínimo imprescindible mientras busca nuevas fórmulas de sorprender al jugador. Polyarc ha logrado mezclar con mayor tino los movimientos que hacemos con Quill con los que hacemos como Lector, algunas veces haciendo verdaderos malabarismos. Después, comienza a introducir nuevas mecánicas, como un dash para sortear distancias, armas de largo alcance para activar mecanismos o un martillo que puede activar pulsadores especiales cuando lo necesitemos. Todas ellas están también dirigidas al combate, pero es en los puzles cuando realmente les vamos a sacar auténtico provecho. Estos puzles y situaciones a resolver son el verdadero alma del juego y nunca te cansas de entrar en una nueva sala y enfrentarse al siguiente desafío; principalmente porque están muy medidos. Nunca son del todo fáciles, pero tampoco llegan a frustrar.
El combate es distinto. Es casi una imposición en una historia que nos habla de un mundo en conflicto y de la ambición de acumular poder. Pero, sinceramente, ojalá se hubiera reducido al máximo posible. Hay ocasiones en las que se impide nuestro avance cerrándose el camino y haciendo que nos enfrentemos a oleadas de enemigos que van apareciendo poco a poco. Da igual que cada uno tenga un tipo de ataque o una forma un poco más efectiva de acabar con ellos. No están, ni de lejos, tan inspirados como sus puzles y se hacen repetitivos.
Aquí es donde, además, he notado el desfasamiento de PSVR. Moss Libro II es un poco más exigente en algunas acciones, teniendo que cargar las armas de nuestra ratoncita o realizar acciones rápidas con el escenario (más aún mientras estamos combatiendo). Y la tecnología de PSVR, en ocasiones, falla. El sistema de luces que registra la cámara no es tan eficiente como los sensores de Oculus Quest o de las futuras PSVR2, y alguna que otra vez he muerto por la imprecisión de estos movimientos. Recuerda, además, que si quieres jugar en PS5, necesitarás un DualShock 4 para ello, pues el DualSense no dispone de la luz que necesita el sensor (aparte del convertidor USB para la PlayStation Camera).
No sé qué tiene este juego y esta perspectiva, pero cada vez que entraba a un nuevo nivel, quedaba prendado de su magia. Desde las ruinas del castillo que sirve como nexo de otros mundos, hasta bosques fantásticos, minas, forjas o entornos nevados; cada pequeña localización de Moss Libro II está cuidada y tiene la capacidad de fascinar. Merece la pena, debido a su corta duración, echarle un esfuerzo extra para conseguir todos los pergaminos. Cada uno de ellos esconde un puzle extra y en muchas ocasiones nos obligarán a tener que mover el cuello o todo el cuerpo para "asomarnos" al nivel. Y así, todo se aprecia mejor.
Si tienes unas PSVR es uno de esos juegos obligatorios de probar
Puede que Moss Libro II sea una continuación muy directa. Aunque tiene sus mejoras con nuevas mecánicas, es cierto que el factor sorpresa se pierde un poco. Pero si tienes unas PSVR (y si tienes otras gafas también, porque el juego terminará llegando a otras plataformas, como lo hizo su primera entrega), es uno de esos juegos obligatorios de probar. Demuestra, además, que no todo en VR tienen que ser experiencias en primera persona. Que hay todo un mundo de posibilidades a través de cámaras fijas. Pero, sobre todo, demuestra el poder de una buena idea, de un buen diseño y la capacidad de fascinar al jugador sin necesidad de grandes ambiciones. Como los cuentos.
Moss Libro II es una continuación directa del primer juego y, por tanto, su capacidad para sorprendernos no es tan grande. Y, sin embargo, tardarás unos minutos en volver a verte absorbido por el épico viaje de esta ratoncita, porque esta secuela incorpora muchas nuevas mecánicas para lo poco que dura y todas con un fantástico diseño de puzles en entornos fascinantes. Su parte más floja son los combates, que no están a la altura de la experiencia y se hacen repetitivos. Pero no hay duda de que Polyarc es capaz de hacer magia en realidad virtual. Moss fue el primer gran juego de PSVR y este Libro II es, quizá, el último.
- Junto a su primera parte, una de las mejores experiencias que puedes tener en VR.
- Las nuevas mecánicas crean unos puzles maravillosos.
- Los escenarios son hermosos y la perspectiva en VR los lleva a un nivel superior. Las imágenes 2D no le hacen justicia.
- El combate no está a la altura, siendo básico y repetitivo.
- Sigue siendo corto y fragmentado, parte de un conjunto mayor.
