Es uno de los juegos más interesantes que nos ha dejado la saga Pokémon y también uno que ha quedado injustamente olvidado. Estoy seguro de que, si saliese hoy en día, no nos cansaríamos de elogiar su propuesta. Diríamos que la franquicia al fin ha madurado, habiendo encontrado ese punto intermedio tan dulce entre ofrecer una experiencia amable con el público más joven y disfrutable para quienes llevamos décadas enganchados. Pokémon Colosseum pasó a la historia como el primer RPG de la franquicia que pudimos jugar en tres dimensiones. Sin embargo, fue mucho más que eso. En parte porque lo hizo un estudio que no sabía "nada" de la saga y en parte porque era un proyecto paralelo a las entregas principales, el resultado fue una de las sorpresas más agradables que hemos recibido nunca los fans de esta propiedad intelectual.
Un juego de Pokémon sin los creadores de la saga
Para encontrar diferencias entre juegos de una franquicia que lleva tanto tiempo en el mercado, muchas veces debemos recurrir a los detalles. Sin embargo, ese no es el caso con Pokémon Colosseum. ¿Por dónde queréis que empiece? El juego se ambientaba fuera de Japón, lo que en la época ya era una novedad. No solo eso, si no que su mundo era prácticamente posapocalíptico. Esto se dejaba ver en los entornos prácticamente desolados que explorábamos durante la aventura, pero también en un detalle mucho más significativo para la saga: no existían los pokémon salvajes. La vida prácticamente había desaparecido de la región y, aunque ahora entramos en eso, muchos humanos maltrataban a sus monstruos de bolsillo reduciéndolos a máquinas de luchar para conseguir sus objetivos egoístas.
La historia de Pokémon Colosseum es la de un viaje de redención
Si esto es suficiente para llamar vuestra atención, debéis saber que todavía viene lo mejor. La historia de nuestro personaje está lejos de seguir el estándar de la saga. Éramos miembros del equipo villano y habíamos pasado media vida robándoles los pokémon a otros entrenadores, pero hemos desertado. La aventura es un viaje de redención en el que nuestros antiguos compañeros de fechorías ahora están persiguiéndonos por toda la región. Todo esto porque hemos robado un artefacto capaz de modificar las Poké Ball de modo que se puedan utilizar contra las criaturas de otros entrenadores. El objetivo, esta vez, es impartir justicia. Nos hemos convertido en una especie de Robin Hood que le quita los pokémon solo a quienes los están maltratando.
El concepto del "Pokémon Oscuro" se introdujo en Colosseum.
Es en esta entrega en la que nació el concepto de "Pokémon Oscuro", que desde entonces ha estado presente en el Juego de Cartas Coleccionables o Pokémon GO. Son criaturas a las que "se les cierra el corazón, convirtiéndose en máquinas de luchar sin sentimientos", tal y como lo describe WikiDex. Seres prácticamente sin voluntad y llenos de rabia por culpa de unos humanos que solo los han utilizado para su propio beneficio. En cierto modo, la trama es similar a la de Pokémon Blanco y Negro, aunque algo más exagerada y con la diferencia de que Colosseum llegó siete años antes. Solo con estas dos menciones, la de las criaturas oscuras y los juegos de quinta generación, podéis empezar a intuir la influencia que el título tuvo sobre el futuro de la saga.
Pokémon Colosseum es el juego que mejor representa la idea de ser "amigos" de las criaturas que capturamos
Una de las cosas que más me gusta es que los desarrolladores de Pokémon Colosseum le han dado más sentido que nadie a una de las premisas principales de la saga. En los juegos de Game Freak uno de los objetivos es formar vínculos significativos con nuestras criaturas, pero por como están diseñados la idea nunca termina de aplicarse. Sí forjamos historias con nuestro equipo, pero rara vez con aquel Rattata que capturamos en la primera ruta del juego. Aquí hay un compromiso mucho mayor con esa idea. Solo podemos hacernos con 48 criaturas diferentes y todas ellas son pokémon oscuros. Hay que pasar tiempo con ellos y usarlo en combate para eliminar su oscuridad de modo que puedan volver a ser felices. Hay premio, claro, aunque es la propia historia lo que más nos motiva a hacerlo.
Los combates en Pokémon Colosseum se jugaban en formato 2 contra 2.
En cuanto a jugabilidad, todas las batallas se disputaban en formato dos contra dos, siendo algo más complicadas de lo habitual. Sin embargo, el juego verdaderamente difícil no fue Pokémon Colosseum, si no la secuela que llegó tres años más tarde. Se llamaba Pokémon XD: Tempestad Oscura y era una versión mejorada de la primera entrega. Esta no solo se la recomendaría a los fans de la franquicia con ganas de explorar un título diferente y de inmensa calidad, también a quienes busquen un reto. En ella están presentes algunos de los combates más duros de la saga. Con mención especial para los desafíos más avanzados del juego que están a la altura de los de cualquier otro RPG de la época. Otra anomalía más para un título de esta franquicia.
Pokémon Colosseum fue una anomalía histórica
Para entender por qué Pokémon Colosseum fue una entrega tan atípica en la saga, hay que tener en cuenta el contexto histórico. Los videojuegos estaban entrando en una época bastante "edgy" y Nintendo quiso ser punta de lanza en este espíritu rebelde. Un tiempo después de este juego llegaron productos como la Game Boy Advance SP Tribal Edition. El diseño de esta consola ahora es candidato a museo de los horrores, pero en su momento fue un intento de Nintendo por convencer a los adolescentes. Precisamente a ese público estaba destinada esta entrega de la saga y eso ayuda a explicar muchas cosas. Esta época merece su propio artículo en el futuro ya que otras compañías, especialmente Ubisoft, intentaron movimientos similares.
Aunque en parte es porque así lo pensaba de niño, los vehículos de Pokémon Colosseum siempre me han recordado a Star Wars.
Otro de los elementos que contribuyeron a la rareza de Pokémon Colosseum y su secuela Pokémon XD: Tempestad Oscura fue el hecho de que no los desarrolló Game Freak. El trabajo se le encargó a Genius Sonority, un estudio recién formado por Nintendo que tenía como objetivo crear un título que impulsase las ventas de GameCube. Lo cierto es que la empresa invirtió una fortuna en contratar trabajadores tremendamente talentosos. Sin embargo, no ‘fichó’ a nadie que hubiera trabajado en anteriores proyectos de la saga. Esto, que podría haber sido malo, permitió que aportasen sus propias ideas sin estar atados al costumbrismo de la franquicia.
Pokémon Colosseum fue posible gracias a un momento y unas circunstancias muy concretas
Los máximos responsables de Genius Sonority mezclaron Pokémon con sus experiencias anteriores. Mezclaron la saga con ideas propias de la franquicia Star Wars, que por entonces volvía a estar en boca de todos con el estreno de su segunda trilogía. De hecho, uno de los máximos responsables del título fue Shinichi Hiromoto, que ha creado las adaptaciones al manga de La guerra de las galaxias. Fue una visión novedosa, conseguida gracias a que por entonces la propiedad intelectual no era esa franquicia casi sagrada que es ahora. Era un producto mucho más maleable, con el que todavía se podía experimentar y que se tropezó con un tiempo algo agitado en la industria del videojuego.
En resumidas cuentas, Pokémon Colosseum fue un hijo de su propia época. Es por eso que probablemente sea irrepetible. Sin embargo, tengo algo claro. Cuantos más años pasan desde el lanzamiento de este videojuego, que se estrenó en 2003, más ganas tengo de que los responsables de la saga se vuelvan a arriesgar a hacer algo similar. Vendió bien (entre los diez más exitosos de GameCube) y le sobró calidad, así que por qué no soñar con que algún día vuelva a ser posible.
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