La beta cerrada de StarCraft II acaba de comenzar, y hemos pasado los últimos días jugándola a fondo para contarte qué aspecto tiene el nuevo juego de Blizzard. El clásico prepara su regreso, y para delirio de los fans ha cambiado muy poco.
Si has seguido la actualidad de StarCraft II sabrás que recientemente ha dado comienzo la beta cerrada del videojuego. Blizzard nos ha hecho llegar una copia de la beta multijugador para probarla en profundidad, y te contamos qué planea el estudio norteamericano para devolver a la saga más importante de la estrategia en tiempo real a la primera plana de los videojuegos.
Quizá no tenga grandes novedades con respecto al original más allá de su remozado apartado gráfico, sin embargo el espíritu y la descomunal calidad del primer título de las series son elementos que se mantienen impertérritos, así como su principal gancho que también permanece intacto: El ritmo y la adicción.
Más Allá de las Estrellas
Lo primero que llama la atención de StarCraft II es lo limpio y sencillo de su tratamiento de menús, deudor de alguna manera de los del original, pero con los suficientes cambios y modificaciones como para hablar de un trabajo fantástico en cuanto a la adecuación de lo que la red Battle.net es capaz de ofrecer.
En la parte superior izquierda de la pantalla podremos ver la posibilidad de escoger entre el apartado multijugador y el destinado a la campaña off-line (obviamente deshabilitada en esta beta). Una vez entrado por primera vez en las modalidades de juego acompañado, el título nos emplazará a llevar a cabo cinco partidas de entrenamiento contra otros usuarios en modalidades de 2 contra 2, y con total libertad para escoger nuestra facción una por una entre Terran, Protoss y Zerg: las tres razas disponibles.
La recolección vuelve a ser uno de los principales elementos sobre los que pivota la jugabilidad de un RTS con gestión de recursos, y de nuevo los minerales y el gas vuelven a tener preeminencia en este campo, con las unidades destinadas a su cosecha claramente diferenciadas de los ejércitos. Este elemento es común a todos los ejércitos, sin embargo es en las características únicas donde estas razas se vuelven únicas.
Las características de éstas vuelven a ser las habituales. Los Terran continúan siendo, quizá, los más equilibrados, con especial acceso a los recursos y amplias opciones de defensa; mientras que los Protoss están muy especializados en la tecnología y son probablemente la que más consumo de recursos exige; por último los Zerg son un enjambre que renuncia por completo a la tecnología, y que funciona a modo de colmena con enorme velocidad de expansión merced a su ininterrumpida fabricación de larvas que podemos convertir en el tipo de unidad que deseemos previo pago de sus lógicos costes.
Una vez superado este entrenamiento –evitable si lo deseamos- entraremos por fin a formar parte de las partidas clasificatorias, que también están escalonadas para su progresivo desbloqueo, y que deberemos superar para liberar las siguientes. Las primeras, por ejemplo, son de un usuario contra otro y de dos contra dos –además del todos contra todos-, y deberemos participar en un número determinado de ellas antes de tener acceso a las de 3vs3 y 4vs4.
De momento el número de mapas disponible es algo limitado, y por ejemplo en las modalidades de 1vs1, hay siete y en las de 2vs2 únicamente cinco, aunque confiamos en que éstos números experimenten un lógico aumento llegados al momento de la puesta a la venta del videojuego. El total de mapas de la beta multijugador si sumamos todas las modalidades disponibles es de 14.
Por otra parte de momento están bloqueadas, aunque visibles en la beta, otras opciones como las de, por ejemplo, el cooperativo contra la IA. Aquí formaremos equipo con otros jugadores contra los ejércitos controlados por el propio videojuego, aunque estas partidas no son clasificatorias y no contarán a efectos de puntuación.
Herencia Espacial
Como hemos adelantado al comienzo del avance la primera sensación que StarCraft II puede transmitir es la de que el videojuego no ha evolucionado de forma significativa desde el original.
No se han incorporado nuevas razas, el tipo de unidades permanece casi idéntico, y la jugabilidad rápida, adictiva e intuitiva se mantiene en los mismos estándares que los del original. ¿Tiene esto algo de malo? En absoluto. Se demuestra que la estrategia en tiempo real, salvo honrosísimas excepciones, ha evolucionado muy poco sobre la base que los chicos de Blizzard propusieron ya hace casi 12 años. Remarcando una vez más que pueden realizar un videojuego para el año 2010 con técnicas instauradas en 1998.
La sencillez del contacto con amigos, los profundos desgloses de logros, estadísticas y números; así como la presencia de las ligas para 100 usuarios y las Jerarquías, que vuelven a establecer rangos y progresos como en el original, son aspectos que en suma demuestran que en Blizzard tampoco permanecen ajenos a la masificación del género y al ansia del aficionado por la fusión de géneros: en esta ocasión RTS con gotas de RPG.
Por otra parte nos ha llamado la atención la enorme optimización de la que hace gala el videojuego. De acuerdo en que StarCraft II dista mucho de ser un exponente visual a la altura de lo que otros videojuegos como World in Conflict o Company of Heroes han ofrecido recientemente, sin embargo el videojuego sigue resultando colorista e imaginativo en sus diseños; y el avance en las animaciones es más que notorio, cumpliendo éstas con nota en su trabajo.
¿A qué se debe esto? Probablemente encaja bien con la idea habitual de Blizzard de llevar a cabo videojuegos no particularmente exigentes en términos de hardware para legar al mayor número de usuarios posible. De hecho el programa cuenta con un buen puñado de opciones y parámetros gráficos de entre los que elegir para personalizar la experiencia visual lo más posible.
Calidad de gráficos, Texturas, Postprocesado, Reflejos, Efectos, Sombreadores, Iluminación, Sombras, Terreno, Físicas, Calidad de los Modelos, Retratos de Unidad y Películas: Todos ellos con opciones entre Baja, Media, Alta y Ultra; así como las lógicas de resolución y el siempre útil modo de visualización entre ventana y pantalla completa.
En suma estas nuevas Impresiones Jugables con StarCraft II nos continúan dejando el fantástico sabor de boca que esperábamos del videojuego de Blizzard. Las novedades pueden sonar a escasas, sin embargo estamos hablando de uno de los precursores de la popularidad de la que goza ahora la estrategia, de modo que resulta más que justo darle a Blizzard el beneficio de continuar explotando una fórmula que ellos no crearon, pero que sí perfeccionaron casi hasta lo inimaginable.