Análisis de Streets of Rage 4. El beat ’em up legendario está de vuelta

Análisis de Streets of Rage 4. El beat ’em up legendario está de vuelta
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Streets of Rage 4 es una carta de amor de unos jugadores que acabaron siendo desarrolladores de videojuegos y pudieron homenajear uno de sus juegos de infancia. Tú, que disfrutaste la saga en los 16 bits de Sega, hoy puedes disfrutarla a puñetazo limpio 25 años después del estreno de la última entrega. En el análisis de Streets of Rage 4 te contamos por qué es el mejor Streets of Rage.

¿Recordáis el capítulo de Los Simpsons en el que Ringo Starr contestaba a Marge Simpson una carta que había quedado en el olvido durante un cuarto de siglo en una polvorienta caja de su mansión de Liverpool? Cuando me ha llegado el código del juego y lo he podido canjear en Steam me he sentido como Marge recibiendo la carta. Fueron muchos los intentos de hacer realidad Streets of Rage 4, de ahí que todos fuésemos pesimistas ante una hipotética continuación, pero la recepción de tan grata sorpresa cuando creías improbable recibir respuesta a tanto cariño de los fans ha sido un momento especialmente dulce. Lo tenían difícil para estar a la altura de tanta devoción, pero puedo deciros que ha superado cualquier expectativa.

Como todos los fans del género, llevo más 25 años fantaseando con lo que podía ser Streets of Rage 4 y hoy, en el tiempo más raro que estoy viviendo en toda mi vida, Guard Crush ha dado un poco de luz a mi día a día con lo que ya considero que es un sueño hecho realidad para cualquier seguidor de la serie. Los mitos son difíciles de emular y homenajear, pero el talento y el mimo impreso por sus desarrolladores a la, por fin, cuarta entrega de Bare Knuckle, catapulta a un hito que cualquiera podría haber creído inalcanzable en los tiempos que corren: llegar a jugar a un exponente de la serie mejor que Streets of Rage 2. Manteniendo las bases de la jugabilidad clásica con un respeto casi religioso, sus desarrolladores han sabido qué se esperaba del nuevo capítulo que, además, los usuarios de PC y Xbox One podrán disfrutar con el servicio Game Pass de Microsoft.

Una frase de mi anterior avance ha resultado ser más premonitoria de lo que pensaba al redactarla. Os dije que Streets of Rage 4 era a la saga Streets of Rage lo que Sonic Mania a la franquicia Sonic sin saber aún hasta qué punto era acertada la reflexión. La inclusión de todos los héroes de la trilogía original, la banda sonora clásica y los mil y un detalles en cada esquina sus calles de rabia me hacen pensar que no hay nadie en el mundo que quiera más a Sega y su legado que los desarrolladores de uno y otro título. ¿Acaso no es mágico pensar que somos receptores de tanto cariño jugándolos y disfrutándolos casi un cuarto de siglo después del final de Mega Drive? ¿Es nostalgia del que hoy escribe? No: es puro talento de sus desarrolladores. Me ciega tan poco la nostalgia que no tengo duda en comenzar hablando de lo menos bueno de Streets of Rage 4: su música.

Fighting in the street

Más allá de lo jugable, cualquier amante de Streets of Rage habría dado por sentado que en Streets of Rage 4 se gozaría de una banda sonora a la altura de los clásicos, ¿cierto? Bueno, creo que no estaba en el guión de nadie pensar que lo más parecido a disfrutar de la banda sonora original en la cuarta parte sería, de hecho, jugar con los temas clásicos de la trilogía de Mega Drive. El trabajo de Yuzo Koshiro en los cuatro temas se apoyan tanto en lo nostálgico que no aportan nada memorable a la saga, lo mismo se puede decir de las melodías de Motohiro Kawashima. El peso de gran parte del trabajo musical recae en Olivier Deriviere, que acaba firmando un trabajo tan prudente que no destaca sobre temas pretéritos.

El beat ’em up legendario está de vuelta


¡Grand Upper! Axel es como el viejo amigo que hacía años que no veías: el reencuentro más nostálgico de 2020
¡Grand Upper! Axel es como el viejo amigo que hacía años que no veías: el reencuentro más nostálgico de 2020

No olvidemos que la banda sonora de Streets of Rage es una de las más icónicas de la generación de 16 bits, de ahí que las expectativas al conocerse la presencia de sus principales compositores en el nuevo videojuego ilusionase a todos los fans ansiosos por jugar, de nuevo, con Axel, Blaze, Adam y compañía. La sensación, al final, es que estás jugando a un Streets of Rage en el que no prestas atención a la música, y viniendo de los territorios de excelencia de los que venimos, naturalmente, es una mala noticia. Entiendo perfectamente qué han querido hacer los involucrados, pero dudo que vaya a ser un resultado satisfactorio para los que esperaban la banda sonora y los nuevos temas de Koshiro para Streets of Rage casi tanto como el propio juego.

Donde sí ha sido valiente Guard Crush es en el nuevo diseño de los protagonistas. Podrían haberse conformado con una adaptación a la alta definición de los diseños clásicos, pero la nueva apariencia de todos ellos ha acabado dotándoles de una identidad propia y reconocible que suma un nuevo punto en la veterana saga. Siendo un muy buen diseño, no dudes en disfrutar de sus escenas narrativas para gozar las impresionantes ilustraciones de los personajes o disfrutar de los trabajos desechados. Ojalá más juegos se atreviesen a compartir contenido como el de los extras de Streets of Rage 4 para conocer qué se barajó para cada personaje durante el desarrollo del título. Puede que no se haya sido tan valiente con los enemigos clásicos (de hecho, el rescate de Barbon de Streets of Rage 2 es de lo más decepcionante), pero se han trasladado al nuevo estilo gráfico de forma adecuada.

De los nuevos villanos hay algunos destacables como la agente de policía Estel o la dupla de nuevos enemigos, el señor y la señora Y, hijos del villano Mr. X. No esperes una historia digna de ganar un Oscar, pero la creación de ambos personajes sirve para dotar de cierto misticismo a uno de los enemigos finales más recordados de los beat’em up domésticos. Todo buenas noticias en la traslación a los tiempos modernos de la saga con decisiones apoyadas en el talento y el cariño de sus desarrolladores, por supuesto. Y aún no os he hablado de lo mejor: su delicioso apartado jugable.

Violent Breathing

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Streets of Rage 4 se siente como la secuela original, pero se han añadido elementos que ayudan a engrandecer su leyenda

Comencé a confiar en Streets of Rage 4 cuando compartieron el diario de desarrollo en el que se veía a Jordi Asensio, uno de sus desarrolladores, jugar simultáneamente a Streets of Rage 2 y el nuevo juego que desarrollaban. Ahí pensé que Guard Crush eran unos loquitos del beat’em up que merecían toda nuestra confianza. No nos equivocamos: Streets of Rage 4 se siente en lo jugable como la secuela original, pero se han añadido una serie de elementos que ayudan a engrandecer su leyenda sin cuestionar su intachable legado. Uno de ellos está en el uso de los ataques especiales, que en lugar de penalizar restando vida, se mantienen como daño recuperable siempre que encajemos golpes a las hordas enemigas sin recibir ningún ataque, momento en el que perderíamos el daño en espera.

¿En qué se traduce la decisión? En un uso mucho más extendido de los ataques especiales de los cinco protagonistas seleccionables, elevando a grandes cifras el nuevo contador de combo añadido (e inspirado, sin duda, en el clásico Sengoku 3 de Noise Factory). Como imaginarás, siendo marca de la casa, las diferencias entre cada protagonista son enormes, por lo que aprender a llevar y amaestrar cada héroe requerirá su tiempo, una tarea compatible con las sinergias que existen entre ellos y que gracias al nuevo sistema de juggle (o los malabares clásicos de Tekken) te permitirá acceder a nuevos y dañinas combinaciones. ¿Te parecen poco cinco personajes? Puedes ir desbloqueando las revisiones de los héroes de Streets of Rage, Streets of Rage 2 y Streets of Rage 3 y combinarlas entre sí. ¿Qué tal una partida con tres Axel? Será posible gracias al ingenio de sus creadores.

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Los personajes clásicos son una delicia. Han sido adaptados a la nueva jugabilidad con buenísimas ideas.
Los personajes clásicos son una delicia. Han sido adaptados a la nueva jugabilidad con buenísimas ideas.

Más allá del diseño ya comentado en líneas anteriores, también es un juego variado en las mecánicas de los enemigos. Me atrevería a decir, de hecho, que estamos ante uno de los beat’em up con mayor variedad en las hordas rivales. A destacar la fase de la prisión con las batallas a tres bandas entre los protagonistas, los polis y los maleantes, como pasaba con los dinosaurios de Cadillacs and Dinosaurs de Capcom. Hablando de niveles… son 12 pantallas con algunas secciones que se van a convertir en escenarios memorables para la franquicia. El museo y sus pollos de oro, el ascensor con paredes acristaladas en el ascenso a la Torre Y, la sección en avión o el nivel final serán recordadas por los fans de la franquicia, sin duda.

Algo que me preocupaba desde el principio y que, de hecho, pregunté a los desarrolladores en su día, era sobre la rejugabilidad del juego. ¿Qué podíamos esperar por parte del equipo para paliar semejante problema clásico del género? No tardarás ni dos horas en acabarlo de una sentada, pero el desafío está en conseguir todos los personajes y extras, además de enfrentarte a los niveles de dificultad altos y acabar con el modo arcade, que no te permitirá jugar con continuaciones y supone el gran reto para Streets of Rage 4. Para el que busque medir los juegos por duración, naturalmente, no dará aquí con un proyecto que se adapte a sus gustos, pero es una experiencia grata, óptima para su género y que ofrece suficiente variedad en su desarrollo para no caer en el sopor.

Never Return Alive

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Streets of Rage 4, naturalmente, suma enteros en acción cooperativa. Desde Guard Crush se ha querido llevar a la serie a un nuevo territorio permitiendo el multijugador en cooperativo para dos, tres y cuatro jugadores. El on-line queda limitado a tres, pero la delicia de disfrutarlo a cuatro en local será fabulosa en cuanto pase el confinamiento. El modo versus también ha regresado en la cuarta parte, pero no pasa de la mera anécdota su presencia, como ya sucedía en Mega Drive. Eso sí, podremos hacer equipos y jugar dos contra dos o combates desnivelados para mostrar la pericia a los mandos del juego con cualquiera de los protagonistas de la saga.

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¡Ha vuelto Adam! Y es una auténtica máquina de hacer juggles. Seguramente, el personaje más cambiado de la tripleta original.
¡Ha vuelto Adam! Y es una auténtica máquina de hacer juggles. Seguramente, el personaje más cambiado de la tripleta original.

Por último, destacar el gran trabajo visual realizado en la iluminación de explosiones y luces de neón que reflejan en los personajes en sus batallas en los escenarios más iluminados. Es uno de los trabajos más bellos y asombrosos que se han hecho en el territorio 2D en mucho tiempo. Una nueva muestra más del buen hacer de sus desarrolladores en el presente campo, como ha sido la tónica habitual en cada uno de los apartados del software de un género que, a pesar de ser amado, el tiempo y la recepción de los usuarios no siempre ha sido justo con el yo contra el barrio. No es casualidad que el final de los beat’em up y de los salones recreativos esté tan cerca en el intervalo del tiempo de la historia de nuestra industria: es un tipo de juego óptimo para chupar monedas; no tanto para aguantar el tirón en casas.

Streets of Rage 4, en realidad, no es tan distinto a tantos otros juegos que lo han intentado en los últimos años. Lo que le diferencia de la competencia más cercana, claro, es su buen gusto y buen hacer a la hora de continuar una de las sagas más queridas, un referente icónico y que jamás será olvidado. Estoy convencido que los entusiastas se reencontrarán con una franquicia que pensaban que nunca volvería y los nuevos disfrutarán de una de las experiencias más puras y gratificantes en la ola del neo-retro. Diré más: estoy seguro que Streets of Rage 4 va a hacer feliz a mucha gente en tiempos tan extraños como los que vivimos, y creo que eso es un valor muy importante en los tiempos que corren. ¿Listo para regresar a las calles de la rabia? Ármate con tu mejor tubería y adelante: los hermanos Y esperan tu mejor Grand Upper encajado en su mandíbula.

Magnífico

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Streets of Rage 4

Por: El equipo de 3DJuegos
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Streets of Rage 4 es todo lo que podías imaginar que sería Streets of Rage 4. Falla, contra todo pronóstico, en lo musical, pero es capaz de llevar a beber las mieles de la grandeza del beat’em up. Consigue conjugar de forma óptima las bases que hicieron grande a la franquicia en lo jugable con toques que modernizan su acción hasta convertirlo, sin duda, en el mejor Streets of Rage. Puede parecer corto, pero cuenta con una serie de desafíos a los que querrás enfrentarte en solitario o cooperativo, lo que aporta gran variedad gracias a su amplia selección de personajes nuevos y clásicos. Excelente en lo visual, firmando una de las adaptaciones más espectaculares a la alta definición de un clásico de los 90, Guard Crush ha sabido estar a la altura de un mito grande como los 16 bits de Sega. Un regalo para los fans y las nuevas generaciones que quieran conocer Streets of Rage.

  • Puro Streets of Rage. Bases jugables clásicas y nuevos elementos para engrandecerlo
  • Algunos niveles tan memorables como los clásicos jugados en 16 bits.
  • Una selección de héroes clásicos y contemporáneos espectacular. Ideal para el cooperativo.
  • Magnífico apartado visual. De las mejores adaptaciones de un clásico a tiempos actuales.
  • Su música. Se entiende lo que han intentado hacer, pero no está a la altura.
  • A pesar de ser un beat’em up, su (óptima) duración podría echar a algunos jugadores atrás.
  • La repetición de algún enemigo final y el pobre rescate de Barbon.
Jugadores: 1-4
Idioma: Textos en castellano y voces en inglés
Duración: 2 horas
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