Si no fuese porque me da una pena tremenda, la ironía sería hasta graciosa. Los creadores de Supervive anunciaron su videojuego asegurando que sería un título al que merecería la pena jugar durante "miles de horas". Sin embargo, este híbrido entre MOBA y battle royale ha terminado convirtiéndose en el multijugador como servicio con el mayor problema de retención de jugadores que he visto nunca. Lo triste de la historia es que esta vez el proyecto venía de una Theorycraft Games que supuestamente lo había hecho todo bien. Se sentía natural que apostaran por el multijugador como servicio, tenían una propuesta interesante, una monetización aceptable, socios como Nexon o NetEase y un juego que gustó a casi todos los que lo probaron.
Supervive es más de lo que imaginas
Además de como un juego al que dedicar miles de horas, Supervive se definió a sí mismo como un híbrido entre Apex y League of Legends. Una comparación bien tirada, pues se trata de un battle royale con mecánicas de MOBA. Gane el equipo que sobreviva a un entorno PvPvE en el que lo mismo pasamos un rato 'farmeando' campamentos neutrales o vamos a por una especie de Barón Nashor que iniciamos una pelea contra un equipo rival. Con personajes únicos y perspectiva isométrica, la propuesta no es completamente original, pero sí lo bastante única como para que sea fácil considerarla como su propia cosa. Este no es tu típico hero shooter publicado en mal momento cuyo fracaso todo el mundo ve venir.
El juego, además, había caído en gracia entre la comunidad. Muchos aficionados a League of Legends se sintieron interesados por el proyecto al descubrir que estaba liderado por Joe Tung, quien fue uno de los máximos responsables del MOBA de Riot Games durante su época dorada. Esto causó un interés inicial que fue respaldado por buenas impresiones en la prensa escrita y una campaña de marketing bastante ambiciosa involucrando a creadores de contenido que, más allá del patrocinio, tuvieron opiniones genuinamente positivas sobre el título. Los jugadores también dieron el visto bueno: tiene un 85% de críticas positivas en Steam tras más de 22.500 reseñas.
Si alguna vez habéis jugado a Battlerite, Supervive os resultará familiar
El optimismo estaba justificado. El juego cuenta con un elenco de personajes únicos muy interesantes, algunos de ellos con una complejidad mecánica superior a la que estamos acostumbrados a ver en los MOBA o hero shooters más comerciales. Además, el sistema de combate está medido al milímetro. Aunque un error de posicionamiento puede hacer que una pelea se acabe en un pestañeo, cuando ambos equipos juegan bien hay espacio para jugadas, contrajugadas y contracontrajugadas. El loot adquirido durante la partida y el nivel de nuestros héroes importa, pero la habilidad de los jugadores es lo que siempre termina por marcar la diferencia.
Apenas 1.000 usuarios están activos al mismo tiempo en los mejores momentos de los días laborales
Con todo esto, uno podría esperar que al juego le fuese bien, pero no ha sido así. Los datos de SteamDB revelan que, si bien el estreno de Supervive en formato de acceso anticipado dio lugar a un pico de casi 50.000 usuarios simultáneos, desde entonces el título ha perdido jugadores sin parar. A comienzos del pasado verano el máximo fue de 1.419 jugadores y, aunque la situación remontó en julio con el lanzamiento de la Versión 1.0, ahora se ha vuelto a desinflar. Apenas 1.000 usuarios están activos al mismo tiempo en los mejores momentos de los días laborales, lo que supone una caída del 91%. Lo dramático es que las cifras bajan de forma consistente cada semana.
Los datos de SteamDB muestran una bajada progresiva que aún no se detiene
El número de jugadores es muy importante para los juegos como servicio. Un descenso de popularidad no solo supone una reducción en los ingresos para las compañías, sino un empeoramiento de la experiencia para los jugadores. En un multijugador competitivo esto se manifiesta como más dificultades para encontrar partidas y un emparejamiento cada vez más desigual. Dos factores que pueden iniciar una reacción en cadena, motivando a cada vez más usuarios a abandonar. Juegos como LawBreakers o Knockout City, ambos muy bien valorados, sufrieron este fenómeno y se desangraron poco a poco hasta verse forzados al cierre de servidores.
¿Están condenados los juegos como servicio?
Supervive no está exento de errores. El juego peca de ofrecer muy pocos modos de juego y de basar la mayoría de la progresión del jugador en el desbloqueo de héroes y la subida de rangos en partidas clasificatorias. También hubo problemas con algunos sistemas, como una armería que incluía un sistema gacha para desbloquear objetos. No era 'pay to win' porque no se podía gastar dinero real, pero había que jugar mucho para poder utilizar ítems que deberían ser fácilmente accesibles. Afortunadamente, el último parche ha eliminado este sinsentido y ahora desbloquear todos los objetos es cuestión de jugar unas pocas partidas.
Los fallos de Supervive no son tantos ni tan graves
Los fallos de Supervive no son tantos ni tan graves. Esto me ha llevado a preguntarme —y sé que la mayoría habéis llegado a esta conclusión antes que yo— si realmente hay espacio para más juegos como servicio. Es cierto que hemos visto decenas de fracasos y que lo de Concord fue la gota que colmó el vaso para muchos. Sin embargo, solía ser fácil identificar por qué no funcionaban la mayoría de proyectos que no funcionaban. Marvel Avengers, Redfall, Anthem o Suicide Squad cometieron errores gigantescos y evidentes. Tampoco hace falta ser científico de cohetes para predecir que títulos como Fairgames lo tendrán muy difícil para triunfar si es que algún día llegan a salir. Sin embargo, con el juego de Theorycraft Games no había ninguna bandera roja.
Supervive no comete los errores típicos de muchos juegos como servicio
La mayoría de juegos como servicio que han triunfado a lo largo de los últimos años lo han hecho por motivos un tanto especiales. Marvel Rivals, Delta Force y Arena Breakout Infinite llegaron desde China, con un gasto en marketing astronómico y capitalizando sobre el descontento de los jugadores Overwatch 2, Battlefield o Escape from Tarkov. La mayoría del resto de éxitos son aún más fáciles de entender: llegaron de compañías ya asentadas en el mercado. Si una compañía como Valve, Riot Games u HoYoverse pública un juego como servicio, lo normal es que la mayoría de los usuarios le preste atención.
Lo de Supervive me está doliendo a un nivel casi personal porque es un juego muy interesante
La saturación está dañando, sobre todo, a las compañías que buscan establecerse. Los juegos como servicio demandan una gran cantidad de horas en un momento en el que la oferta de títulos es cada vez mayor y el tiempo disponible de los usuarios decrece. En este sentido, parece difícil centrar la atención en nuevos proyectos. Casos como el de The Finals, que parecía encaminado a un final dramático pero al final se ha estabilizado en unas muy buenas cifras de usuarios, son la excepción. Aún más, situaciones como la que vivimos hace algo más de un año con Helldivers 2.
Lo de Supervive me está doliendo a un nivel casi personal porque es un juego muy interesante, desarrollado por profesionales extremadamente válidos y capaz de aportar cosas nuevas que parece estar siendo víctima de un ecosistema caníbal. Todavía hay margen de maniobra para salvarlo y ojalá sea así. Lo contrario será una prueba de que ya ni siquiera vale con hacer las cosas bien.
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