Me dispuse a probar un roguelike más, y acabé convencido de que ha dado con la salsa secreta que echo en falta en los musou

Me dispuse a probar un roguelike más, y acabé convencido de que ha dado con la salsa secreta que echo en falta en los musou

Tears of Metal es una mezcla muy inteligente de dos géneros que se complementan a la perfección

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Tears
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José A. Mateo Albuerne

Jefe de Actualidad
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José A. Mateo Albuerne

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Sin paños calientes: el último Steam Next Fest está siendo raquítico. Quizás no tanto porque no haya juegos interesantes, sino porque el algoritmo de recomendación de la propia plataforma prioriza copias hechas con IA o juegos subidos de tono bastante cutres, así como tampoco cumple las expectativas la zona de recomendaciones "para ti" que en teoría tiene en cuenta nuestros gustos y títulos jugados.

Para echaros un cable, ya os trajimos hace unos días una selección de 15 demos que merecía la pena probar. De forma complementaria a ese texto, me gustaría comentaros mi partida a un título que no está ahí, pero que bien podría haberlo hecho. Estoy hablando de Tears of Metal del estudio canadiense Paper Cult, que se define a sí mismo como un roguelike cooperativo medieval hack-and-slash.

Detrás de ese enorme batiburrillo de etiquetas y géneros, está un título que se define bastante mejor desde la fusión de dos cosas: el roguelike y los musou. De los primeros soy un auténtico loco y, más allá de que el género está hiperexplotado, algunos de los mejores juegos recientes pertenecen a él como Megabonk o BallxPit. De los segundos, me cuesta un poco más. Dynasty Warriors, como emblema del musou, siempre se me ha hecho lento por lo denso de sus menús frente a lo directo de su gameplay, mientras la historia sobre El Romance de los Tres Reinos nunca me llegó a enganchar.

Compensa sus puntos débiles

Incluso dentro de las partidas, los musou pueden llegar a tener un problema de ritmo al contar con no poco tiempo de caminatas en el campo de batalla entre los diversos puntos a conquistar y objetivos. Y esto creo que es justo lo que soluciona Tears of Metal con su apuesta por el roguelike. Cada encuentro dura apenas unos pocos minutos y responde a una de las diversas etapas tan reconocibles dentro de esta fórmula donde se nos ofrecen recompensas como nuevos ataques, recursos o curación, al terminar las fases.

Tears

La idea es ofrecer un combate funcional, con combos de ataques ligeros y fuertes, la posibilidad de bloquear y también la activación de diversas habilidades una vez cargada una barra de acción, para luchar con pelotones al completo de invasores. La inmensa mayoría de ellos caen de uno o dos golpes, mientras poco a poco, incluso ya en la demo, se nos incluyen enemigos de mayor rango como piqueros, bárbaros de gran tamaño u oficiales espadachines.

A medida que progresas en tu aventura, se desbloquean mejoras tan socorridas como aplicar quemaduras con tus golpes o ampliar la cadena de los combos, así como subir estadísticas como la vida máxima de nuestro personaje. No parece que estemos frente a builds diabólicas al estilo del anteriormente mencionado Megabonk, sino más bien estilos de juego que hagan que cada partida sea un poco distinta.

Tears Antes de cada run podemos configurar nuestros batallones.

Mi preocupación, incluso teniendo en cuenta que se trate de una demo previa al lanzamiento, es el recorrido que pueda tener el combate. Entre partidas podremos mejorar nuestro poblado y eso nos permitirá acceder tanto a nuevos personajes como a armas; lo que parece que dará más profundidad a Tears of Metal, al menos de forma horizontal al añadir opciones.

De esa parte, de la progresión entre runs, es algo que no se intuye mucho al jugar la demo. Es razonable, pero hay que entender que gran parte del éxito de un título perteneciente a este género está en hacer muy suave la progresión en este ámbito, y que no sea un simple cortafuegos con forma de subida de nivel para los jugadores más hábiles; como algunas veces pasa dentro del roguelite.

Habrá que tener un ojo puesto en Tears of Metal, que sigue contando con salir este mismo 2025 al que apenas le restan un par de meses para terminarse. La base es sólida y os recomiendo darle una oportunidad a la demo porque es de lo más potable que podéis encontrar en este Steam Next Fest.

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