En el marco de la celebración por el décimo aniversario de The Witcher 3: Wild Hunt, CD Projekt Red ha reflexionado públicamente sobre uno de los aspectos más comentados del juego: su tono sombrío. Aunque el aclamado RPG siempre ha sido elogiado por su narrativa madura y compleja, además de su saturado apartado artístico, ahora el estudio ha compartido por qué eligió explorar sin tapujos lo más crudo de la condición humana.
Según Paweł Sasko, diseñador de misiones del RPG, esa madurez narrativa no fue una casualidad, sino el resultado de la edad, la experiencia vital y la perspectiva cultural del equipo. "La mayoría de nosotros tenía entre 30 y 40 años, y además somos polacos. Vemos el vaso medio vacío por naturaleza", explicó Sasko en declaraciones a GamesRadar. Esa visión menos idealista del mundo ayudó a construir historias con más capas, donde no todo acaba bien, ni tiene por qué hacerlo.
Sasko argumenta que reflejar un mundo con un tono positivo constante sería deshonesto, porque la vida real está llena de situaciones duras: la enfermedad, la muerte, el dolor. De ahí que en The Witcher 3 existan escenas tan perturbadoras como bebés en hornos, zombis fetales o tortura psicológica. "Es como cuando uno se da cuenta de que sus padres van a morir. Esa transición forma parte de la experiencia humana", señala el diseñador.
Aun así, en The Witcher 3 hay elementos positivos y honestos
Sin embargo, no todo en el juego es desesperanza. Sasko insiste en que esos momentos de luz —una amistad inesperada, una cena entre personajes, un acto de amor— solo brillan con más fuerza cuando se contraponen a la oscuridad que los rodea. Para él, ese contraste es esencial: "Incluso en el mundo distópico y horrible de Cyberpunk, o en el de The Witcher, hay personas buenas, hay esperanza".
Con estas palabras, CD Projekt Red no solo rinde homenaje a su obra maestra, sino que reafirma su intención de seguir contando historias que conecten emocionalmente con el jugador, sin caer en falsos consuelos. Porque, como demuestra The Witcher 3, incluso en los lugares más sombríos puede haber espacio para la humanidad.
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