Cuando pensaba que World of Warcraft ya no podía sorprenderme aparece Dragonflight. Análisis de la nueva expansión de WOW

Cuando pensaba que World of Warcraft ya no podía sorprenderme aparece Dragonflight. Análisis de la nueva expansión de WOW

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World of Warcraft: Dragonflight.
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Alberto Pastor

Jefe de Contenidos

Casi que nací con una NES bajo el brazo y desde entonces, jugar se ha convertido en una pasión que me ha llevado hasta aquí, a 3DJuegos, donde escribo desde hace más de 10 años y ejerzo también de jefe de redacción. Con más de 20 años de experiencia en el periodismo de videojuegos, soy un gran fan de Nintendo desde pequeño, pero tener un PC a finales de los 90 me hizo disfrutar también de las aventuras gráficas como Monkey Island, los juegos de estrategia como Age of Empires o RPG como Baldur's Gate. Aficionado al cine, mega fan de Star Wars y aprendiz de pianista, si me hablas de Grim Fandango y te invito a una cerveza. LinkedIn

Poco importa que con los años hayas perdido algo de interés o pasión por las aventuras de World of Warcraft; es normal, no todas sus expansiones han sabido replicar la épica de sus primeros episodios o en su defecto también, mantener el interés alto durante los meses posteriores con una buena política de actualizaciones. Y sin embargo, siempre que llegan nuevos contenidos resulta difícil no emocionarse si eres de los que ya acumula cerca de una veintena de años batallando en las increíbles tierras de Azeroth. Cómo no vas a volver si hay nuevos mundos que descubrir y nuevas guerras que librar, "y yo siempre he sido tu healer y tu mi tanque", le decía a un buen amigo su hermana, con la que juega desde siempre a WoW. En mi caso concreto, además, se suma que hace apenas unos meses volví a revivir la mejor expansión de World of Warcraft con la experiencia que propone Wrath of the Lich King Classic, por lo que estaba si cabe aún más emocionado. Tenía ganas de volver a perderme en este mundo y confieso que Dragonflight me ha hecho disfrutar más de lo que imaginaba.

Tiene una de las mayores innovaciones del juego desde su nacimiento hace casi 20 años

Creo que tiene una de las mayores innovaciones del juego desde su nacimiento hace casi 20 años, y es también uno de los añadidos más divertidos que recuerdo. Porque la idea de volar libremente a lomos de un dragón es una fantasía hecha realidad para cualquier apasionado de las aventuras de espada y brujería. Es simplemente espectacular. Caen del cielo con virulencia para recoger al héroe y despegan con la misma ferocidad, dándote las riendas para que seas tu quien lidere el vuelo; para que hagas acrobacias y giros imposibles justo antes de caer con brutalidad sobre los enemigos. Y es, como digo, una auténtica pasada. Después de esto ya no quiero volver a las viejas monturas voladoras porque nada se equipara a esta sensación de libertad y al vertiginoso ritmo con el que dota a la acción de World of Warcraft. Es sumamente divertido explorar y luchar en las Islas Dragón, aunque obviamente también hay detalles que te traen de golpe a la realidad como te cuento a continuación en el análisis de World of Warcraft: Dragonflight.

Los dragones asaltan World of Warcraft

Tras recorrer las tierras sombrías en Shadowlands para enfrentarnos a la enésima amenaza apocalíptica se agradece el tono más aventurero y mundano de Dragonflight. Los dragones han despertado y con ellos, un ejército de primalistas y dragones oscuros que ansían alzarse con el poder. No necesitas mucho más para embarcarte en un viaje a las Islas Dragón que te va a permitir explorar cuatro regiones muy distintas entre sí con un común denominador: todas ellas son increíblemente bonitas, aunque la joya de la corona es la ciudad capital de Valdrakken. Un colosal entramado de torres, palacios y plazas ubicadas en lo alto de las montañas a la que sería imposible acceder cómodamente de no ser por las nuevas monturas voladoras con las que se nos recibe prácticamente al empezar la aventura. Es una de las cosas que más aprecio de esta expansión.

World of Warcraft - Dragonflight.

Se nota que todos los escenarios se han diseñado con la idea clara de que los jugadores van a alzar el vuelo a la mínima oportunidad, ¡aunque sea para recorrer cien metros!, pues es increíblemente satisfactorio. Hay incluso una mazmorra cuyo mapeado es inmenso (cuando te das cuenta de lo que es, alucinas) porque, claro, está diseñada para que justo tras cada combate vueles con tu dragón en busca de nuevos enemigos. El vuelo a lomos de estas criaturas es la base de toda la aventura, hasta el punto de encontrar carreras y coleccionables ocultos que exigen que domines el arte de surcar los cielos. ¿La recompensa? Simples complementos estéticos para personalizar tu montura; pero es tan agradable y satisfactorio que peleas por ello. En este sentido, hay varias monturas que puedes modificar a tu antojo para que luzcan como el dragón de tus sueños.

Blizzard ha dado en el clavo con el vuelo de los dragones hasta el punto de que ahora, tras jugar a Dragonflight, me costaría horrores volver a la exploración tradicional. Lástima que esta fuerza renovadora no se haya trasladado también al diseño de las misiones porque aquí, la nueva expansión de WOW me ha parecido bastante más perezosa. Es innegable que la campaña es muy divertida de jugar: hay mucha variedad de localizaciones, hay combates emocionantes y escenas cargadas de acción; pero cuando te pasas horas cumpliendo tareas rutinarias, como las de toda la vida… bueno, cuesta no sentirse algo cansado. Más cuando otros MMO han buscado el modo de cambiar esta percepción con desafíos algo más elaborados. Lo mismo ocurre con las 8 nuevas mazmorras para grupos que introduce el juego. Están muy bien, cada una de ellas tiene algún que otro momento que las hace únicas, pero en general, no es que reinventen la rueda.

World of Warcraft - Dragonflight.

No quiero que se me malinterprete porque como digo, Dragonflight es un MMORPG muy divertido. En el momento de escribir estas líneas ya se ha abierto la primera de las raids y es innegable que todo lo que está por venir resulta prometedor; pero viendo lo bien que funciona el vuelo, me habría gustado que Blizzard tratara de sorprender también con los desafíos a los que te enfrenta. Esto no significa que no haya otras novedades de peso

Los Dracthyr y el arte de la guerra en WOW

Si para ti volar a lomos de un imponente dragón no es suficiente, Dragonflight también da la bienvenida a una nueva raza, los Dracthyr, que cuentan con la habilidad de alzar el vuelo para explorar los escenarios de forma similar a como lo haces con una montura. Nuevamente se nota el afán de Blizzard por favorecer la libertad de exploración, cosa que me encanta, pero estas criaturas dracónicas tienen otros detalles con los que cuesta no emocionarse si eres fan de la saga Warcraft. Más allá de su estética, con dos modelos distintos para sus formas dracónica y humanoide, los Evocadores Dracthyr (nueva clase) cuentan con un repertorio de movimientos especiales inspirados en su mayoría en los ataques de enemigos como Onyxia, al que nos enfrentamos hace ya bastantes años, u otros de las muchas mazmorras en las que hemos combatido.

World of Warcraft: Dragonflight.

Son movimientos además que exigen cierto grado de compromiso por parte del jugador ya que no vale con machacar botones de forma mecánica: muchos de estos poderes requieren de una carga previa, y además necesitas apuntar, por lo que el ritmo y la elección de habilidades se vuelve un proceso más activo. En este punto, los Evocadores pueden actuar como atacantes de media distancia o sanadores, contando con un puñado de ataques de daño masivo (o curas) en grupo. En los duelos cara a cara, eso sí, siento que están algo más desvalidos pero con la práctica, vas ejecutando estrategias de combate que son un espectáculo. En concreto me encanta cuando los Dracthyr sobrevuelan el campo de batalla descargando una llamarada sobre sus enemigos. Cuando varios lo hacen a la vez… es increíble, aunque también puede provocar desastres si no se controlan las distancias. Si sois tanques, seguro que acabáis odiando a más de uno.

World of Warcraft: Dragonflight.

La nueva clase viene acompañada además de un nuevo árbol de habilidades que, por fin, se asemeja al del World of Warcraft clásico. Hay dos ramas de talentos por cada clase de personaje, una general y otra específica de su especialización, en los que puedes repartir con libertad los puntos de habilidad que consigues con cada subida de nivel. En cualquier momento puedes reiniciar gratis el árbol de destrezas y cambiarlas para adoptar un nuevo estilo de juego, lo que se agradece muchísimo especialmente si eres de los que alterna entre PVP y PvE. Se nota aquí el interés de Blizzard por contentar al fan de toda la vida sin por ello complicar en exceso la progresión de los héroes. Si eres nuevo, tranquilo, es bastante asequible. Pero ciertamente se agradece esa sensación de poder decidir qué pasivas y destrezas potencias dependiendo de cómo quieres jugar. Siguiendo la línea de Shadowlands, hay también un nuevo sistema de facciones con cuatro grandes grupos de la Islas Dragón que te recompensan con ventajas, habilidades y cosméticos a medida que ganas confianza con ellos. Una buena forma de mantenerte pegado a la acción tras completar la historia, pues hay bastantes niveles que desbloquear.

Al fin se mejoran las profesiones en World of Warcraft

Siguiendo con las novedades, Blizzard ha remodelado por completo el sistema de profesiones para que estas dejen de ser una tarea rutinaria y cobren algo más de interés. Vaya. Que se acabó ese tedioso ciclo de ir de aquí para allá clicando con el ratón sin hacer mucho más; ahora debes ser parte activa del proceso para obtener los mejores resultados. La interfaz se ha cambiado por completo con nuevas funciones como la posibilidad de reciclar materiales, así como distintas vías de especialización y talentos únicos, lo que permite más creatividad y pequeños matices en este proceso de artesanía. Todo ello con añadidos estéticos que logran que el proceso sea también muy vistoso a los ojos del jugador.

Es valiente en algunos aspectos y acierta de pleno con muchas de sus novedades

Pensando claramente en los más veteranos, Blizzard también ha renovado la interfaz de usuario con muchos de los mods que los jugadores habían estado usando desde hace muchos, muchos años. Si eres de los que disfruta observando estadísticas, tiempos de reutilización y demás, te alegrará saber que puedes personalizar libremente la pantalla para adaptarla a tus exigencias. Otro guiño más que denota que el estudio responsable de otras series tan emblemáticas como la saga Diablo ha escuchado a los fans. Por eso estoy tan contento con la experiencia que me ha brindado Dragonflight. No creo que sea una de esas expansiones que se recuerden con los años como ocurre con la mítica Wrath of the Lich King, pero es valiente en algunos aspectos y acierta de pleno con muchas de sus novedades, creando una aventura de lo más disfrutable.

World of Warcraft: Dragonflight.

Me apena que la historia no sea -por ahora- el no va más en las grandes gestas de Azeroth, y mucho más que las misiones se sientan todavía más anticuadas que antaño; por mucho que algunos combates sean francamente divertidos. Cuando el juego apuesta por la movilidad y huye de la pasividad del jugador, gana muchos enteros. Y luego está su puesta en escena, que una vez más, es fantástica. Resulta sorprendente cómo después de todos estos años WOW sigue luciendo bien gracias al talento de los artistas de Blizzard, que nos proponen explorar uno de los escenarios más variados y bonitos de toda Azeroth. Hay paisajes nevados, frondosos bosques, hermosísimas llanuras con tribus de centauros yendo y viendo de aquí para allá, y por supuesto dragones sobrevolando castillos y torres en lo alto de las montañas. Perderse por las Islas Dragón es algo que vale la pena seas novato o un veterano en la saga; y además en lo musical, es una delicia.

Blizzard ha encontrado el equilibrio para seguir atrayendo a nuevos jugadores mientras recupera el cariño de los más veteranos, de ahí que por ejemplo tengamos de vuelta una mazmorra tan mítica como Uldaman, que se suma a otras completamente originales. Se ha potenciado la personalización de los héroes, el combate gana -en cierto modo- en dinamismo, y el tono de la historia recupera ese punto de "vive aventuras sin pensar en nada más", que tan bien le sienta.

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Por: Alberto Pastor
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La llegada de los dragones a World of Warcraft es una de las mejores noticias que podían recibir los fans de este veterano MMORPG. Una vez pruebas a volar a lomos de estas criaturas ya no quieres jugar a ningún otro RPG online sin esta opción, lo que dice mucho en favor del trabajo de Blizzard. Pero también se agradece la remodelación del árbol de talentos, que al fin se le dé importancia a las profesiones, y que las Islas Dragón sea un escenario tan impresionante y tan divertido de explorar. Lástima que las misiones y algunas batallas contra jefes se sientan algo más perezosas a la hora de plantear nuevos desafíos. Pero a falta de ver cómo progresa Dragonflight, este punto de partida es bastante positivo.

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5 cosas que debes saber:
  • Hay varios tipos de dragón y puedes personalizarlos con gran libertad
  • 8 nuevas mazmorras te esperan para jugar con amigos
  • Los Drachtyr es la nueva raza que viene con su propia clase: Evocador (DPS o sanador)
  • Islas Dragón es uno de los escenarios más bonitos y variados de Azeroth
  • Horda y Alianza han dejado de lado sus disputas para enfrentarse a la amenaza de los primalistas
Jugadores: Multijugador masivo
Idioma: Textos en español y voces en español e inglés
Duración: 25-30 horas (historia)
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