Hace un tiempo os comenté cómo un videojuego que llevaba almacenando polvo en mi estantería hizo que al fin entrase en una aclamada y prolífica saga. Me refiero a Judgment y a Yakuza, la gran obra del Ryu Ga Gotoku japonés. Gracias a su historia autoconclusiva y diversidad de mecánicas, hice lo que no conseguí con Yakuza 0 hace unos años: terminarlo.
Eso, sumado a la aclamación de crítica y pública del reciente Infinite Wealth, hizo que me convenciera de lo evidente: que ya estaba dentro del universo del RGG. Y teniendo en cuenta que la pasada semana enlacé unos días libres con los festivos propios de la Semana Santa, fue el momento de dar el siguiente paso en mi conversión a la "yakuzamanía".
Fue por eso que, en vista de que lo que más me cansó de Judgment fue el combate estilo brawler, tiré por el camino del medio y me hice con Like a Dragon; o lo que es lo mismo, Yakuza 7. Para quien no lo sepa, es un punto viable para "nuevos jugadores", especialmente por el cambio de protagonista y emplazamiento. Ichiban Kasuga toma el relevo de Kazuma Kiryu, y también se opta por un combate por turnos más propio de los JRPG clásicos.
Un platino asequible... si te gusta el juego
Ahora mismo voy por el capítulo 10, por lo que llevo algo más de la mitad del videojuego. Por supuesto que me lo voy a terminar, pero es que además planeo hacer otra cosa que muchos amigos me están desaconsejando: sacarme el platino. Más allá del grindeo de horas para ciertos trofeos, que ahí está a la vista de todos (incluido yo mismo), la realidad es que creo que es factible por una razón tan simple como efectiva: me está gustando mucho.
Y no es que yo sea demasiado de platinos o de sacar trofeos. De hecho, sólo tengo uno y es el bastante asequible de Marvel's Spider-Man 2, como ya os conté en el análisis del juego. Necesito que no haya trofeos perdibles (ya sabéis, de esos que tienen un tiempo o necesitan de realizar una misión de cierta forma pero esta no se puede repetir), un gran apego al título, y que la diversión siga durante esas horas extras necesarias para conseguir platinear.
En Yakuza Like a Dragon tenemos trofeos que exigen muchas horas de juego, especialmente uno sobre una mazmorra del endgame muy complicada; pero no es un problema si le dedicas tiempo. Y también hay logros adheridos a minijuegos como Dragon Kart o Gestión, que pueden echar para atrás; pero aquí pasa una cosa... Los dos minijuegos me han gustado mucho.
Ichiban es la razón por la que tiene sentido conseguir todos los trofeos
De hecho, Gestión me tuvo enganchado unas cuatro o cinco horas del tirón, algo razonable para alguien como yo, que disfruta de los idle games, de la optimización numérica y de ver cifras subir sin parar. Y esto es bueno, porque gracias a él consigues una gran cantidad económica en una parte temprana del juego; algo que te ayudará durante la partida.
Paradójicamente, y a pesar de que el combate de Judgment es mucho más similar al de las entregas de Kiryu, creo que con Like a Dragon estoy teniendo una experiencia más equiparable a un Yakuza tradicional. Esto es así porque el tono tremendamente serio de Judgment y el cómo la historia principal es el punto focal de la acción, me echaban para atrás de completar las misiones secundarias o jugar a los minijuegos.
Esto no me pasa con Ichiban, que es un personaje mucho más desenfadado que el detective Takayuki Yagami, y al que además le pega ayudar a cualquiera que encuentre por la calle porque casa con cómo se comporta en la historia principal. Es cierto que Judgment abordaba esto de forma inteligente al cambiar las secundarias por "casos secundarios", pero que no acabó de funcionar para mí.
Si nos ponemos exquisitos, tiene todo el sentido que Ichiban quiera hacer todas las secundarias, pasarlo bien con sus compañeros y disfrutar con cada minijuego. El protagonista del juego, y su mundo, me anima a exprimirlo al máximo porque esa es la experiencia que tiene más sentido que sea canon.
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