Hay adaptaciones que es mejor borrar de la memoria. Y no, no hablo del live-action de Blancanieves, sino del de Death Note. Mucho antes de que One Piece cerrara bocas con su versión de Netflix, la plataforma pensó que adaptar uno de los mangas más famosos y queridos de la historia era buena idea. Podría haber sido así, pero no. Al contrario que sus versiones japonesas, este producto consiguió enfadar a la gran parte del fandom y qué sorpresa ver que Margaret Qualley formaba parte de él.
Margaret Qualley en el papel de Misha de Death Note
La carrera de Margaret Qualley parece ir viento en popa. Pese a haber destacado por su interpretación en la serie Maid, el mundo se volvió loco con ella gracias a su participación en La Sustancia, película en la que comparte protagonismo con Demi Moore. Sin embargo, todos los actores y actrices tienen por ahí un pequeño tachón en su carrera y el de ella es la adaptación de Death Note para Netflix.
No me preguntéis por qué volví a verla hace poco. A lo mejor eran mis ganas de convencerme de que la adaptación no estaba tan mal. Y esta vez me sorprendió sí, pero no porque fuera un buen producto, sino porque no recordaba ver a Margaret Qualley en él.
Todos aquellos que hayan seguido el manga o el anime, saben que Misha es uno de los personajes principales de la trama. Llamada "Mia" en esta versión, Qualley se enfundaba en su piel para dar vida a la portadora de la Death Note y pareja de Light Turner (Light Yagami, por favor). Me da pena decirlo, pero seguramente sea uno de sus peores papeles. No es que Qualley actúe mal, por supuesto, es que el personaje no tiene nada que ver a la representación de Misha en la obra original; ni en aspecto ni en personalidad.
Aquí Mia se presenta como una persona astuta, inteligente y capaz de poner en jaque al propio Light; algo de lo que la Misha original no hubiera sido capaz nunca. Y sí, no hay que olvidar que las adaptaciones no tiene por qué ser iguales que la fuente de la que beben, pero cualquier parecido es pura coincidencia. Tampoco voy a obviar que a nivel argumental la película deja mucho que desear. No solo todos los personajes son mucho más torpes y toman decisiones sin sentido y poco elaboradas, sino que Death Note queda relegado a una disputa de patio de recreo. Desde luego, no era lo que los fans querían ver.
Pero parece que esta adaptación fue un buen tirón de orejas para Netflix. A raíz de las malas críticas, la plataforma se ha esmerado en cuidad la calidad de sus adaptaciones y el resultado no fue otro que el live-ation de One Piece, un proyecto ambicioso, que incluso cuenta con la participación de Eiichiro Oda.
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