En un momento en el que el anime es más visto que nunca, parece que este éxito no se traduce en una mejora para las empresas que están detrás de las producciones. Son tiempos agoreros en la industria japonesa. Las primeras señales de alarma ya están sobre la mesa y si hace unas semanas salía a la luz que A-1, el estudio que se encarga de Solo Leveling estaba en una muy mala situación financiera, ahora Wit Studio sigue sus pasos. Los encargados de las tres primeras temporadas de Ataque a los Titanes están en números rojos, poniendo así en peligro la continuidad de futuras series como Spy X Family y dejando de manifiesto que no hay lugar para las medianas y pequeñas corporaciones.
Wit Studio cae en picado
Ha sido el medio Gamebiz el que ha sacado a la luz la información. Wit Studio está pasando uno de sus peores momentos desde el año 2021. Se trata de una empresa mediana, unos 300 trabajadores actualmente, lo cual la deja por debajo de otros grandes de la animación como Toei (más de 1.000 empleados) o MAPPA (casi 500). Se fundó en 2012 y, tan solo un año más tarde, se abriría un hueco en la industria al asumir la responsabilidad de adaptar la primera temporada de Ataque a los Titanes.
El compromiso con la obra de Hajime Isayama duró hasta 2019, momento en el que la empresa no pudo seguir asumiendo el volumen de trabajo adquirido ni tampoco los tiempos de producción. Ese mismo año, le pasó el testigo a MAPPA, que se encargó de terminar la serie.
A la izquierda, escena de Wit Studio. La imagen de la derecha muestra la reedición de MAPPA.
Desde entonces, el estudio ha ido de capa caída. Se centró en otros proyectos como Spy x Family, trabajos para DC Comics como Suicide Squad Isekai o la miniserie Pokémon: Paldean Winds, pero nada de esto ha sido suficiente. En 2021 experimentó su primera gran caída con una pérdida de más de 4 millones de dólares. Aunque 2022 fue más generoso gracias a la fundación de JOEN, una empresa en colaboración con Aniplex, CloverWorks y Shueisha, que tenía el objetivo de planificar mejor la producción de series anime, el resto de años venideros han sido irregulares en términos económicos.
Wit Studio sobrevivía gracias a la diversificación de proyectos y 2024 parecía arrojar algo de tranquilidad al equipo, pero 2025 ha sido una vez más, un desastre. Según apunta el portal japonés, el balance fiscal de Wit Studio señala una pérdida de más de 1 millón de dólares. Proyectos ambiciosos y faltos de relevancia como Moonrise y My Melody & Kuromi han sido los desencadenantes, pero también un factor que también se encuentra presente en la mala situación de A-1: los encargos para las plataformas de streaming.
Los tiempos acelerados de producción así como los altos estándares en animación actuales están provocando que muchos estudios se vean al borde del precipicio. No tienen recursos para aumentar su plantilla al ritmo de las exigencias y, además, la mayoría de los ingresos van a parar a las plataformas y no al propio estudio. Cada vez más precarias las condiciones de trabajo, ya son algunos los trabajadores que se han pronunciado en contra de la situación.
Sería precipitado afirmar que Crunchyroll o Netflix son los culpables. También son los que han permitido que la industria llegue a muchos más usuarios en todo el mundos, pero sin unos acuerdos justos o una traducción en ventas que beneficie a los estudios, pronto muchos de ellos comenzarán a desaparecer. "En la industria, están empezando a surgir obras en las que, si Crunchyroll no adquiere los derechos de distribución, es imposible predecir los ingresos por distribución internacional", afirmaba , Daijo Kudo, jefe de anime de Kadokawa en una reciente entrevista. Todavía peor resulta pensar en la posibilidad de que siempre paguen los mismos: las medianas y pequeñas empresas y, automáticamente, los trabajadores.
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