El creador de Bioshock Infinite comenta que las teorías que los jugadores tenemos sobre sus juegos son perfectamente válidas, sean reales o no.
Hace unos días, en 3DJuegos tuvimos la ocasión de entrevistar al director creativo de Bioshock Infinite, Ken Levine, quien nos explicaba que en ocasiones algunos jugadores desarrollan teorías sobre sus juegos que no son del todo acordes con la intención original del autor.
Sin embargo, esto no es necesariamente algo negativo: "Incluso el equipo se frustraba conmigo porque no les daba suficientes detalles de la historia. La historia es lo que es y no lo veo como algo separado del juego que se pueda explicar."
En referencia al primer Bioshock, Levine leyó "un montón de tesis sobre el [primer] juego. Por ejemplo, por qué se llamaba cada personaje como se llamaba. En una de ellas se pensaba que eran todos personajes literarios. A parte de Andrew Ryan, que es una especie de anagrama de Aynd Rand [n de la T.: escritora y filósofa rusa creadora de la corriente ideológica objetivista]; Tenenbaum, por ejemplo, era simplemente un médico que tuve una vez. McDonagh era un amigo mío."
Sin embargo, según explica, esto "no invalida la experiencia que esa persona ha tenido jugando al juego. Lo divertido que ha sido para él concebir estas teorías. Esa experiencia que ha tenido con una obra de arte es igualmente válida."
Estas declaraciones son algo opuestas a las que por ejemplo hizo en su día Jonathan Blow sobre Braid, quien explicó que las teorías y explicaciones que la gente encontraba sobre su juego no eran exactamente las que él había querido expresar, levantando bastante polémica sobre si Braid era un juego pretencioso, o sobre el autor mismo.
Levine, por el contrario, parece creer que toda experiencia que el jugador tiene con su juego es totalmente válida, haya sido la intención de los creadores o no.