Absorbente, hermoso y, sobre todo, muy inteligente. Con pocas palabras y mucha habilidad, el nuevo juego del creador de Braid nos explica de una forma muy sencilla y accesibles sus mecánicas jugables, y los eleva hasta extremos endiablados de dificultad sin frustrarnos.
SILT supone una interesante alternativa a juegos como Limbo o Inside que además goza de su propia identidad, al proponer un viaje submarino de lo más intrigante y artístico. Contiene una buena variedad de puzles o rompecabezas a resolver, con una dificultad creciente, aunque una duración muy escasa.
Machinarium es una cita obligada para cualquier aficionado hardcore de las aventuras gráficas. Su, en ocasiones, desquiciante nivel de dificultad puede hacernos tirar de los pelos, pero su impecable dirección artística, su deliciosa ambientación y su fantástica música son tres pilares artísticos que completan una jugabilidad maravillosa.
Stacking es simpático, sencillo y, al mismo tiempo, tremendamente divertido. Lo nuevo de Tim Schafer y compañía es una propuesta única e irrepetible, y como tal y especialmente si pertenecemos al público que gusta de los rompecabezas más originales, es un videojuego muy interesante.
Hay videojuegos hechos para los que están hartos de siempre lo mismo, que no temen atreverse con cosas nuevas, a pesar de que deban asumir la amenaza de ser decepcionados. Para ese tipo de personas es Bokida - Heartfelt Reunion, título de difícil definición y aún más complicada recomendación.
The Sojourn logra atrapar gracias a un sistema de puzles creativo que se mantiene fresco y en el que profundiza al máximo. A destacar el magnífico añadido de unos niveles extra realmente desafiantes, pero que merece la pena completar.
Amanita Design regresa con Creaks. No está a la altura de su mejor trabajo: Machinarium, pero sí que es un atractivo paso adelante en su forma tan propia de narrar, dibujar y permitirnos jugar sus mundos. Algo lento en ocasiones y un tanto escaso en las variaciones en su jugabilidad para su duración, pero notable para quienes adoramos este tipo de propuestas tan sugerentes.
Excesivamente superficial a nivel narrativo, muy pobre en lo que se refiere al diseño de sus rompecabezas, y desesperante por culpa de un planteamiento de juego con demasiadas carencias, el enigmático Montague’s Mount nos lo hará pasar realmente mal, y no precisamente por los misterios que se ocultan en esta oscura y fría isla de Irlanda. Una lástima, porque esta aventura gráfica daba para mucho más.
