Slay the Spire se alza como la mejor propuesta de juego de cartas centrado únicamente en el modo para un jugador. Es muy inteligente en su propuesta, que además mezcla con el riesgo y la recompensa que producen las mecánicas de un roguelike. Avanzar en él es una delicia, y una experiencia que quieres volver a jugar una y otra vez.
Loop Hero es una de las grandes sorpresas del año. Adictivo de principio a fin, la combinación de estrategia con cartas resulta tremendamente gratificante. A pesar de su apariencia sencilla, tras Loop Hero hay una propuesta original que no descuida su apartado narrativo, que va ganando en intensidad e interés conforme progresamos.
Thronebreaker logra introducir mediante una aventura muy entretenida, con una historia bien desarrollada y componentes de exploración y gestión, el popular juego de cartas Gwent que se introdujo en The Witcher 3 por primera vez y con el que CD Projekt espera competir en el cada vez más vasto campo de batalla de juegos de cartas. Como introducción a Gwent, es espléndido.
Estamos ante una obra de calidad que sorprende por su original planteamiento de juego y lo adictiva que resulta. Nos hubiese gustado que los combates fueran algo más profundos y que el azar no desempeñara un papel tan crucial en la acción, pero al margen de esos detalles, Hand of Fate es un título recomendable que en su Modo Infinito os mantendrá horas y horas batallando contra el Dungeon Master.
Te lo vas a pasar bien jugando a Voice of Cards: The Forsaken Maiden. Te va a gustar su historia, su banda sonora e ilustraciones, pero el combate te parecerá fácil, poco profundo y lento, y sentirás su exploración muy torpe. Conectarás con él si eres muy fan del trabajo de Yoko Taro, pero yo no puedo evitar pedirle más a este gran autor.
I Was a Teenage Exocolonist no es un título habitual para un videojuego, y es que el juego es de todo menos convencional. Está basado en batallas de cartas, pero tiene también bastante de RPG y un sistema de decisiones que determina el futuro de tu colonia.
