Las últimas horas de Sam Altman han estado marcadas por el lanzamiento de GPT-5, el nuevo modelo de lenguaje que alimenta a ChatGPT. Durante meses, la industria rumoreó con las implicaciones de este lanzamiento, pero su estreno ha terminado evidenciando los puntos negativos de OpenAI en lugar de aumentar el interés en torno a sus herramientas. No obstante, a pesar de la mala recepción de GPT-5, tanto Altman como el resto de altos cargos de la compañía pueden presumir de un dato: ChatGPT está a punto de superar la barrera de los 700 millones de usuarios.
Como señala The Verge, dicho éxito ha hecho que Altman centre sus esfuerzos y su visión en otros campos. Así, tras explorar el alcance de las joyas inteligentes, el creador de OpenAI planea respaldar Merge Labs, una startup que competirá contra Neuralink en el terreno de las interfaces cerebro-ordenador. Así, Altman ha creído en la postura de la compañía y en su intención de conectar cerebros humanos con equipos informáticos, una situación que llevarán al siguiente nivel utilizando los recientes avances de la inteligencia artificial.
Sam Altman se sube al barco de Elon Musk y Gabe Newell
Altman no es el único interesado en este campo, ya que Gabe Newell también ha profundizado en un sector muy atractivo que, sorprendentemente, también cuenta con una incursión de Mark Zuckerberg. En estos momentos, Merge Labs está valorada en 774 millones de euros, pero la noticia original señala que gran parte del capital provendrá del equipo de inversiones de OpenAI. De hecho, Altman utilizará el apoyo de Alex Blania (fundador de WorldCoin, un proyecto de identificación digital con escaneo ocular) para impulsar la iniciativa.
A pesar de su interés en Merge Labs y su apoyo al proyecto, Altman actuará como cofundador y no tendrá un papel operativo diario. Sin embargo, su apoyo podría llevar a una recaudación de 228 millones de euros en la próxima ronda de inversión, aunque hay que dejar patente que el propio Altman no invertirá su dinero personal en la compañía. Así, buscan mirarse en el espejo de Neuralink, una firma que recaudó 592 millones de euros en su última ronda de inversión y, gracias a ello, alcanzó una valoración de 8.190 millones de euros.
Sorprendentemente, no es la primera vez que Altman y Musk cruzan sus caminos, ya que la historia que une a ambos genios tecnológicos viene de lejos. Después de que Musk dejara OpenAI en 2018, los desacuerdos entre ambos crecieron y sus disputas en diferentes terrenos no han dejado de aumentar. Ahora, Altman busca aprovechar las mejoras en IA y componentes electrónicos para aportar su grano de arena al campo de los implantes cerebrales, un sector que apunta a evolucionar a pasos agigantados.
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