A finales de julio, la Ley de Seguridad en Línea de Reino Unido provocó que millones de adolescentes y menores de edad dejaran de tener acceso a páginas pornográficas. Durante semanas, utilizaron el fotorrealismo de Death Stranding 2 para sortear los filtros del gobierno, pero la verificación de edad estricta de los espacios para adultos ya empieza a dejar secuelas. En solo unos pocos meses, el tráfico de sitios como Pornhub ha caído alrededor de un 36% y, por suerte, esa es una de las mejores noticias que podríamos tener.
Según los datos de Ofcom, se estima que un 29% de los adultos que navegan en línea (una cifra que ronda las 13,8 millones de personas) en Reino Unido visitaron servicios pornográficos entre mayo de 2023 y 2024. Sorprendentemente, el consumo se eleva durante el horario laboral diurno, un aspecto que revela una tendencia de uso entre un público mayoritariamente masculino. Tras la imposición de la ley, el uso de redes VPN se disparó y alcanzó los 1,4 millones de usuarios en agosto, pero parece que la fiebre se ha calmado al haber perdido más de medio millón desde entonces.
En línea con las propuestas de la Ley de Seguridad en Línea de Reino Unido, las diez webs de pornografía más visitas en Reino Unido han implementado sistemas de verificación de edad muy efectivos. Ofcom, por su parte, ha multado a varias empresas que no cumplían con sanciones de hasta 1 millón de libras. Así, la medida del gobierno llegó en el mejor momento, ya que varias investigaciones sobre menores indican que la exposición temprana a pornografía se asocia a peor salud mental, mayor aceptación de la violencia sexual, cosificación y expectativas poco realistas sobre el cuerpo y las relaciones.
El impacto de la pornografía en menores y adultos
Varios estudios internacionales apuntan a que la mayoría de los adolescentes han visto porno en línea. De hecho, la edad media de primer contacto ronda los 12 años, etapa en la que no solo se sigue desarrollando tanto el cerebro como la personalidad, sino también la identidad sexual. En los adultos, por otra parte, el consumo problemático de pornografía (ligado a una pérdida de control y malestar) se relaciona con mayores niveles de depresión, ansiedad, culpa y conflictos de pareja, llegando en los casos más extremos a ideas con tendencias suicidas.
El consumo intensivo de pornografía en adultos puede llegar a afectar tanto a la satisfacción sexual como a la interpersonal, pero también favorece la desensibilización y, en algunos hombres, guarda relación con problemas como la disfucnión eréctil o dificultad para excitarse con estímulos reales menos extremos. Por ello, las organizaciones de prevención señalan que reducir el consumo al mínimo o incluso eliminarlo ayuda, por ejemplo, a romper ciclos de evasión y mejorar tanto el estado de ánimo como la calidad de las relaciones afectivas.
Así, no se trata de un problema que solo afecta a los menores, sino que también tiene un impacto directo en los adultos. Reino Unido, a raíz de un análisis de estos datos de consumo, optó por la imposición de una agenda regulatoria más estricta. Al hacerlo, revisó las leyes relacionadas con pornografía, puso el foco sobre cntenidos extremos, se aseguró de proteger a los menores y también analizó los problemas de los desnudos con IA. Cuatro meses después, todas las noticias son positivas.
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