Existen pocos sectores con el alcance y el impacto que posee en la actualidad la inteligencia artificial. Ya sea por herramientas como ChatGPT, por los ingresos multimillonarios que reporta a las empresas interesadas o por su peso cada vez mayor en conflictos tecnológicos internacionales, las IA se han convertido en las gallinas de los huevos de oro para muchas compañías. Sin embargo, este creciente interés, según la predicción de un experto, podría traducirse en lo que han denominado “un chaparrón de agua fría”.
La firma CCS Insight, especializada en análisis tecnológicos, compartió hace escasos días su visión sobre el futuro de la inteligencia artificial generativa (presente en herramientas como Google Bard o Midjourney). La información, recogida por Techspot, hace hincapié en que en la actualidad las compañías destinan miles de millones de dólares a exprimir las virtudes de estas herramientas; sin embargo, ello no ha ido ligado a un creciente interés del público general, sino más bien todo lo contrario. Y, por ese motivo, 2024 apunta a ser un año crucial para este sector.
La explotación de la inteligencia artificial puede tener los días contados
Ben Wood, analista jefe de CCS Insight, fue conciso al señalar que “la exageración en torno a la IA generativa en 2023 ha sido tan inmensa que creemos que está sobredimensionada”. Por ello, asegura que hay “un montón de obstáculos que superar para llevarla al mercado”. Así, a esto añade que herramientas de la talla de ChatGPT cuestan la friolera de 700.000 dólares al día solo en mantenimiento, una cifra que demuestra lo cruda que puede llegar a ser la realidad de muchas empresas que quieran llegar a crecer en este campo.
Por ello, todo lo mencionado, sumado a la regulación de la IA y al creciente desinterés del público, provocará (según la estimación de CCS Insight) que la vertiente generativa de la inteligencia artificial se enfrente a una situación cruda en 2024. Sea como fuere, firmas de la talla de NVIDIA ya han anunciado que aumentarán la producción de sus chips destinados a entrenar modelos de inteligencia artificial, una intención a la que se han sumado compañías de la talla de Amazon, Google, Meta y Microsoft con sus respectivas apuestas por la IA. Por ello, solo el tiempo dirá qué sucederá con la nueva gallina de los huevos de oro.
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