Aunque ha pasado más de una década desde el fallecimiento de Steve Jobs, el legado y el impacto del fundador de Apple sigue haciendo mella en la industria actual. Por ello, cada vez que tienen la oportunidad, distintas figuras relevantes del sector tecnológico aprovechan la ocasión para alabar la labor de Jobs, una condición que llevó a Tim Cook (actual CEO de la compañía) a revelar la lección más importante que este le dio. Sin embargo, en esta ocasión una de las enseñanzas de Jobs ha trascendido ya que, tal y como se ha podido conocer, estaba encantado con llevar la contraria a aquellos empleados que quería contratar.
Como relatan los compañeros de Genbeta en una reciente publicación, Jobs aseguró que pasaba cerca del 20% de su labor en Apple contratando o entrevistando personas. Por tanto, a lo largo de su periplo en la compañía fue desarrollando una serie de prácticas y hábitos con los que comenzó a seleccionar a los candidatos más adecuados. Y, al parecer, el distintivo principal que utilizaba para decidir a quién contrataba era sacar de quicio a los candidatos, una situación límite con la que quería comprobar cómo trabajaban bajo presión.
Steve Jobs no estaba cómodo con los que le hacían la pelota
Para Jobs, un motivo para descartar a un candidato era que este se mostrase demasiado sumiso. Así, antes de entrevistar a los futuros empleados de la compañía, el antiguo CEO investigaba su vida laboral para buscar aspectos en los que puntualizar de cara a crear disconformidad. Por ello, Jobs se mostraba reacio a los que le regalaban los oídos y eran sumisos únicamente para agradar, una actitud que nunca le terminó de gustar ya que, a fin de cuentas, le gustaba ejercer presión en los candidatos para comprobar “si rinden bien o tienen convicción firme” en situaciones límite.
De esta forma, Jobs modificó su visión a la hora de contratar personal a lo largo de los años. En sus primeros meses de vida, tanto él como Steve Wozniak solo se preocupaban de fichar gente que supiera más que ellos en distintos ámbitos. Sin embargo, con el paso del tiempo comprobaron que estos empleados no eran capaces de ofrecer respuestas rápidas y adaptarse a los cambios, razón por la que Jobs cambió su metodología de contratación y empezó a ejercer presión sobre los candidatos. A la postre, y tras una inversión millonaria de su rival Bill Gates, Apple terminó convirtiéndose en una de las compañías más exitosas de la historia.
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