Si eres un fan de la saga Star Wars y sueñas con que Denis Villeneuve se haga cargo de una película de la franquicia, tenemos malas noticias. Y es que el cineasta canadiense perdió el interés por Star Wars en 1983.
El amor (y desamor) juvenil con Star Wars
Tal como recoge Variety, en una reciente entrevista para el podcast The Town, Villeneuve explicó con claridad por qué no tiene ningún deseo de trabajar en un universo que, a pesar de su enorme legado, dejó de emocionarle hace más de 40 años. La historia de Villeneuve con Star Wars comienza en su infancia, cuando, como muchos de nosotros, fue absorbido por la magia del universo creado por George Lucas.
En el podcast, el director confesó que fue el público objetivo de la primera película de Star Wars en 1977, cuando tenía tan solo 10 años. La película original y especialmente El Imperio Contraataca (1980) le marcaron profundamente. De hecho, dijo que "El Imperio Contraataca" fue la película que más esperaba en su vida y que la vio tantas veces en el cine que, en cierto modo, le dejó una huella emocional tan profunda que aún lo considera uno de los momentos más intensos de su vida.
Sin embargo, el verdadero giro de su relación con Star Wars ocurrió en 1983, cuando llegó El Retorno del Jedi, la tercera entrega de la trilogía original. Lo que para muchos fue la culminación de la historia de los Skywalker, para Villeneuve significó el comienzo del desencanto. La película, que en su momento fue vista como una espectacular conclusión, no logró mantener la misma magia que había tenido El Imperio Contraataca. La culpa, claro, de los ewoks.
El Retorno del Jedi: el punto de no retorno
Villeneuve explicó que, tras ver El Retorno del Jedi, él y su mejor amigo estaban tan decepcionados que consideraron irse a Los Ángeles a hablar con George Lucas para expresarle su enfado. "Todavía hoy me siguen molestando los Ewoks. Terminó siendo una comedia para niños", manifestó. Para él, el tono de la película cambió de manera drástica, y lo que en un principio parecía una historia épica de aventuras y emociones, se convirtió en una especie de parodia con la inclusión de los simpáticos pero poco dramáticos Ewoks.
Lo que más le disgustó fue que la franquicia, que él había considerado innovadora y atrevida, de repente se volvió predecible. "Star Wars se cristalizó en su propia mitología, muy dogmática, parecía una receta. Ya no había sorpresas", explicó Villeneuve, quien sentía que la saga había perdido su capacidad de sorprender y de innovar.
La evolución de Star Wars y la falta de sorpresas
Para el director de Blade Runner 2049 y Dune, el cine tiene que ser algo más que una fórmula, tiene que sorprender, emocionar y empujar los límites de lo que podemos esperar del séptimo arte. Y, en su opinión, la franquicia de Star Wars, después de El Retorno del Jedi, se convirtió en algo predecible.
Este desencanto con Star Wars no es algo que padeciera solo Villeneuve. Muchos fans, a lo largo de los años, han experimentado una sensación similar, ya sea con la trilogía de precuelas dirigida por Lucas o con los recientes episodios de la saga. Sin embargo, el hecho de que un director de la talla de Villeneuve, cuya sensibilidad y visión artística se ha plasmado en obras tan ambiciosas como Dune, haya perdido el interés por la saga por estas razones, no hace más que reforzar su punto de vista.
Es importante señalar que, a pesar de esta postura negativa sobre Star Wars, Villeneuve no es un director que reniegue completamente del legado de la franquicia. Como él mismo ha dicho, adora la saga original y guarda un profundo respeto por su impacto cultural y cinematográfico. Lo que critica es la evolución de la franquicia, que considera que, desde El Retorno del Jedi, ha dejado de ser un terreno fértil para la innovación.
Y en este punto, no se trata solo de Star Wars. En su entrevista también dejó claro que Star Trek tampoco le interesa. A diferencia de muchos cineastas que han soñado con dirigir en estos universos, Villeneuve simplemente no se siente atraído por ellos. En su lugar, prefiere desarrollar sus propios mundos, como el universo de Dune, una obra que le ha permitido explorar temas profundos y complejos, pero con una libertad creativa que la franquicia de Star Wars parece haber perdido.
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