En 1997, cuatro años después del estreno histórico de Parque Jurásico, los dinosaurios seguían siendo auténticas máquinas de imprimir papel moneda de curso legal. Mientras Spielberg preparaba su ambiciosa secuela cinematográfico, El Mundo Perdido: Jurassic Park, el mundo de los videojuegos no perdió tiempo en subirse al tren de esta fiebre prehistórica. Así nació el título homónimo para PlayStation y Sega Saturn, un juego que prometía trasladar la acción y el suspense del cine al mando de nuestras consolas. Sin embargo, lo que muchos jugadores no esperaban era un curioso y divertido guiño escondido al final del juego: un mensaje grabado por el propio Jeff Goldblum en su papel de Ian Malcolm.
Un videojuego brutalmente difícil
El Mundo Perdido: Jurassic Park no fue uno de los videojuegos de mayor éxito de aquellos años. No era especialmente puntero técnicamente, y su dificultad era legendaria. Además, su propuesta convertía al jugador en un pequeño dinosaurio, una idea que a lo mejor no era lo que buscaban precisamente los fans de las películas. Pero para quienes lograron completar el desafío de recolectar las codiciadas cadenas de ADN ocultas en cada nivel, el premio era un vídeo secreto donde Jeff Goldblum, con su estilo inconfundible, rompía la cuarta pared para dirigirse directamente al jugador.
En el vídeo, Goldblum retoma el cinismo de Ian Malcolm, pero lo mezcla con un toque personal. En un monólogo improvisado casi por completo, lanza un mensaje que alterna entre lo cómico y lo reflexivo. "Apaga esto, por amor de Dios, y sal a que te dé el aire", dice con un tono casi paternal, invitando a los jugadores a dejar la pantalla y disfrutar del mundo real para vivir la vida.

Según Goldblum, este consejo se inspiró en las palabras de sus propios padres cuando él era un adolescente obsesionado con la música y el cine. "Ellos siempre me decían que había más en la vida que estar encerrado en mi habitación", comentó años durante la promoción de Jurassic World Evolution, un videojuego de simulación que permitió a los jugadores construir su propio parque jurásico.
Goldblum recordó este pequeño trabajo en una entrevista para Game Informer. Con su humor característico, bromeó sobre la experiencia. Para los fans actuales, es un recordatorio de que, a veces, el mejor consejo puede venir de un carismático científico ficticio: apagar la consola y salir a vivir un poco. Porque, como diría Ian Malcolm, "la vida se abre camino".
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