Hoy novelas que son definitorias de su género, "lectura obligatoria", se podría decir. Es el caso de El Juego de Ender, que dejando de la lado polémicas relacionadas con la vida privada de su autor, Orson Scott Card, es un libro hipnótico que a principios de los 80 empezaban a arañar las posibilidades y los cambios que los videojuegos introducirán en nuestra sociedad, y que a día de hoy, de la mano de la "gamificación" de la vida adulta, resulta de más actualidad que nunca. Tal vez su película no sea la mejor adaptación posible para la obra original de Card, pero sirve para presentar algunas de las ideas principales. Si te interesa el tema, y no te importan los spoilers sobre esta película (y la novela), sigue leyendo.
El Juego de Ender llegó a las estanterías de las librerías en 1985, y cautivó a una amplia audiencia con su exploración de temas complejos y su enfoque en la psicología infantil. La obra de Card se sitúa en un futuro distópico donde la humanidad se enfrenta a una amenaza alienígena en un enquistado conflicto bélico, y sigue la historia de Andrew "Ender" Wiggin, un joven prodigio reclutado para ser entrenado como líder militar. La novela original recibió una gran aclamación por parte de la crítica y el público, y su adaptación cinematográfica dirigida por Gavin Hood en 2013 generó cierto interés y expectativas, si bien no logró revolucionar la taquilla.
Una adaptación sin chispa
Cuando El Juego de Ender fue publicado por primera vez en 1985, la sociedad se encontraba inmersa en un contexto histórico y social particular. La Guerra Fría estaba en su apogeo y el miedo a una posible confrontación nuclear alimentaba los miedos colectivos. La novela de Card se destacó por su enfoque en la estrategia militar y las tensiones geopolíticas, al tiempo que exploraba las complejidades emocionales de los personajes jóvenes que se enfrentaban a desafíos inimaginables. La recepción original de la novela fue en general positiva, y muchos críticos elogiaron su capacidad para abordar temas profundos a través de una narrativa accesible. Con el paso de los años se han podido ir añadiendo, además, algunas nuevas lecturas, como el de la "gamificación de la sociedad", del que hablaremos un poco más adelante.
Años después, en 2013, la adaptación cinematográfica de El Juego de Ender dirigida por Gavin Hood llegó a la pantalla grande, con una versión aligerada y edulcorada de la novela de Card. La película contó con un elenco destacado encabezado por Asa Butterfield en el papel de Ender Wiggin, Harrison Ford como el Coronel Hyrum Graff y Ben Kingsley interpretando a Mazer Rackham. La adaptación cinematográfica buscaba capturar la esencia de la novela y llevarla a una audiencia más amplia. Pero gran parte del peso moral de la historia se quedó por el camino. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, la película recibió críticas mixtas y no alcanzó el éxito esperado en taquilla.
Algunos críticos señalaron que la adaptación cinematográfica no logró transmitir la profundidad y complejidad de la novela original, dejando de lado algunos de los elementos más impactantes y significativos de la historia original. Además, la película tuvo que lidiar con las expectativas de los fans del libro, que en su mayoría esperaban una representación más fiel de la obra que habían imaginado en sus mentes. Estas expectativas, combinadas con las limitaciones propias de la adaptación de una historia compleja en un formato cinematográfico, contribuyeron a la tibia recepción de El Juego de Ender.
El videojuego como amenaza social
Es interesante destacar la conexión que El Juego de Ender establece con los videojuegos y otras películas con temáticas similares, como Juegos de Guerra, dirigida por John Badham. Y es que en el videojuego que sirve de elemento de fondo para la trama, el programa con el que se entrenan los chavales protagonistas de El Juego de Ender, es la trampa narrativa de esta historia. Tanto en la novela como en la película, el entrenamiento de Ender Wiggin se asemeja a la dinámica de un videojuego, donde los desafíos y las decisiones estratégicas se presentan de manera secuencial y se espera que el protagonista los supere. Esta conexión con los videojuegos refleja la creciente influencia de esta forma de entretenimiento en la cultura contemporánea y cómo ha permeado en otros medios narrativos. Pero esa no es la parte realmente importante.
Y es que en realidad no se trata de un juego. En un momento decisivo de la trama descubrimos que tras la simulación estrategia en la que se entrena Ender y el restode chavales de la película se esconden combates reales, y que la victoria final en el juego supone la aniquilación y exterminio de toda una especia alienígena inteligente. De aquí que la trama de El Juego de Ender aborde un concepto tan contemporáneo como el de la postverdad de manera intrigante. En un mundo donde las apariencias y las narrativas manipuladas pueden ocultar la verdad, los personajes de la historia se ven envueltos en situaciones en las que deben cuestionar sus percepciones y descifrar la realidad subyacente. Esta reflexión sobre la postverdad se vuelve especialmente relevante en la sociedad actual, donde la desinformación y las narrativas distorsionadas pueden influir en la opinión pública y en la toma de decisiones. Es algo que vemos diariamente y que empieza a tener unas repercusiones inmmediantas preocupantes.
Asimismo, la trama de El Juego de Ender se conecta con las estrategias de reclutamiento de los gobiernos para atraer a reclutas jóvenes. En la historia, los niños son entrenados desde una edad temprana para convertirse en líderes militares capaces de enfrentar la amenaza alienígena. Esta idea plantea interrogantes sobre las motivaciones y las éticas de los gobiernos al buscar reclutas jóvenes y cómo se involucran en su desarrollo y manipulación. En ese sentido, el juego trivializa con los actos de violencia y distancia moralmente a los sujetos de las consecuencias de sus acciones.
Finalmente, la trama de El Juego de Ender también invita a relacionarse con la tendencia actual de la gamificación de distintos aspectos de la vida adulta. La gamificación se refiere a la aplicación de elementos y mecánicas de los videojuegos en contextos no relacionados con el entretenimiento, como la educación, el trabajo o la vida diaria. La forma en que Ender Wiggin es sometido a un riguroso entrenamiento, donde los desafíos se presentan como un juego, plantea preguntas sobre cómo la gamificación puede influir en la formación y el desempeño de las personas en diversos campos, maquillando la realización de acciones que de otra manera tal vez generaran un mayor rechazo social.
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En resumen, la novela El Juego de Ender de Orson Scott Card ha dejado una huella duradera en la ciencia ficción y ha generado debates sobre una variedad de temas sociales y culturales, tanto en el momento de su publicación hace casi 40 años, como actualmente.
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