Marcos Yasif
Editor - Cine y TVPeriodista y apasionado de la industria del entretenimiento. He crecido con la ilusión de poder viajar por las estrellas como en Star Trek y salvar el mundo como Goku y Superman, dos pasiones que me han llevado a especializarme en cine y series de acción, ciencia ficción y superhéroes. Desde 2022 cuento en 3DJuegos todas las novedades de la pequeña y gran pantalla, con la intención de mantenerte al día con las historias que nos hacen soñar y escapar de la realidad, pero mi historia en la revista comenzó mucho años antes: en 2008.
Es incuestionable que Netflix se ha convertido en el paraíso de las series de animación, oriental y occidental. Sin embargo, también es cierto que el protagonismo se lo suelen llevar los animes o las producciones basadas en videojuegos, de las que hemos hablado decididamente en las páginas de la revista en estos últimos años, ignorando un poco otras apuestas de la plataforma como la que hoy nos ocupa: Pantheon, un show de ciencia ficción de dos temporadas que, en realidad, no empezó en este servicio, sino en AMC+ (TWD: Daryl Dixon).
Allí, aunque resonó bastante entre quienes la vieron, no gozó de mucha popularidad y el programa acabó siendo cancelado con una segunda temporada terminada y pendiente de emitir, algo que habría quedado así de no ser por el hogar de The Witcher, que la acogió hace unos meses y me permitió descubrir una historia de esas que te atrapan y te dejan reflexionando una vez decides zambullirte en su mundo. Y es que, sinceramente, se me ocurren pocas series animadas con premisas más interesantes y mejor ejecutadas que la de Pantheon, creada por Craig Silverstein, y basada en unos relatos cortos de Ken Liu.
Una serie que trata un tema muy de actulidad
Pantheon nos lleva a un futuro cercano, o un presente alternativo muy de actualidad dados los últimos avances en inteligencia artificial, donde existe una tecnología capaz de permitir la transferencia de conciencias humanas a la red, a Internet (en la producción reciben el nombre de Inteligencias Subidas). Es una idea que más o menos ya hemos visto en alguna que otra ocasión, como puede ser perfectamente The Matrix, o mejor aún, Caprica, una precuela de Galáctica, estrella de combate que no tuvo el éxito que merecía hace ahora cerca de quince años y que buscaba narrar una especie de origen de sus temidos cylons. Si por algún casual viste este programa, creo que Pantheon te sonará bastante familiar.
No solo porque ambas tratan sobre la digitalización de la conciencia humana con todas las implicaciones filosóficas y éticas que algo como esto podría provocar, sino porque la atmósfera se siente bastante parecida. Sin embargo, creo que la serie de animación disponible a través de Netflix sabe abordar mucho mejor este debate transhumanista, y lo hace además apostando por una historia, valga la redundancia, bastante humana, y también dramática, donde seguimos los pasos de una chica, Maddie, con problemas en el colegio que solo encontrará consuelo en su ordenador y en una persona que ha empezado a ayudarla y que resulta ser su padre, fallecido dos años antes. Desde ahí se ponen en juego una serie de acontecimientos donde también conocemos a Caspian, un adolescente al que parece dársele bien la informática, pero que parece vivir El Show de Truman.
Ellos son los protagonistas de una historia, por lo demás, que introduce sus elementos cyberpunk, con grandes conspiraciones de por medio decididas a pisotear el bienestar de los individuos, e incluso a esclavizar digitalmente sus conciencias, solo para cumplir su propósito. Estamos ante una tecnología que lo cambia todo, que desdibuja las fronteras entre lo humano y lo artificial, entre lo vivo y lo muerto, y que, insisto, tiene un montón de implicaciones filosóficas, sobre todo si la dejamos en manos de empresas que buscan el lucro y la monetización de sus actividades a cualquier costo y sin barreras aparentes.
Es lenta, pero el precio a pagar merece la pena
Pantheon es una serie hardcore de ciencia ficción que no tiene miedo a aburrir al espectador si hace falta para provocar una buena reflexión sobre el tema que está tratando, y para llegar a tocarnos la fibra sensible en algunos momentos dados (reencontrarte con tu padre / marido fallecido ya de por sí es un golpe), pero que lo hace tan bien que creo que muchos de vosotros le perdonaréis la falta de acción, y los diálogos lentos. Es una producción que tiene guiones bastante interesantes, y que nos avanza un futuro plausible y perturbador a tenor de todas las noticias que vemos en nuestro día a día del que quizás deberías tomar nota. Creo, sinceramente, que no os decepcionará su visionado.
Y si no tenéis en cuenta mi opinión, valorad entonces la del resto del público. Actualmente tiene en IMDb un 8,5/10, sumando más de 15.000 votos hasta la fecha, mientras que en Rotten Tomatoes la prensa especializada no dudó en recomendarla unánimemente elogiando su capacidad para presentar un relato donde se ofrece una reexaminación de lo que realmente nos hace humanos, la ética de tal tecnología y, por supuesto, las consecuencias de que los humanos terminen jugando a ser dioses (Jericho Tadeo, vía MovieWeb). En total son 16 episodios de 40 minutos de duración dividida en dos temporadas. Si la habéis visto, no dudéis en compartir vuestras impresiones con el resto de los usuarios.
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