Marcos Yasif
Editor - Cine y TVPeriodista y apasionado de la industria del entretenimiento. He crecido con la ilusión de poder viajar por las estrellas como en Star Trek y salvar el mundo como Goku y Superman, dos pasiones que me han llevado a especializarme en cine y series de acción, ciencia ficción y superhéroes. Desde 2022 cuento en 3DJuegos todas las novedades de la pequeña y gran pantalla, con la intención de mantenerte al día con las historias que nos hacen soñar y escapar de la realidad, pero mi historia en la revista comenzó mucho años antes: en 2008.
A Jason Statham hay que quererlo. Puede que sus películas carezcan de originalidad y tengan un desarrollo argumental y de personajes bastante plano, pero ver a Jason Statham dando mamporros y abriéndose paso entre decenas de criminales de poca monta me encanta. Y eso incluye también a A Working Man, escrita por, sí, Sylvester Stallone, y dirigida por David Ayer, que se estrenó a comienzos de año y ahora está en Prime Video. Sin embargo, su cine no es para todo el mundo, y hubo una película que literalmente provocó que un oscarizado actor cogiera sus cosas y no quisiera saber más de Hollywood una temporada.
La clásica peli de tipo duro de Statham
El largometraje en cuestión es Blitz, de 2011, y narra la búsqueda de un asesino en serie que tiene como objetivo a agentes de policía en el sureste de Londres. Este psicópata, que se hace llamar "Blitz" y da nombre a la película, comete los crímenes para convertirse en una estrella de los tabloides, buscando notoriedad a través de sus actos violentos. Y todo iba bien para sus intereses hasta que se cruzó con, lo has adivinado, Jason Statham, que aquí hace de un detective de policía duro, inflexible y políticamente incorrecto. Vamos, que hace el típico papel de tipo duro, aunque aquí se le va un poco la pinza de vez en cuando.
Blitz (Persecución mortal en Hispanoamérica), como os podéis imaginar, tuvo una recepción mixta por parte de la prensa por los motivos habituales, pero su reparto fue bastante elogiado. En especial, Aidan Gillen (The Wire y Juego de Tronos). Junto a Gillen y Statham había otros actores que suelen ser sinónimo de buena historia cuando nos los encontramos, como Paddy Considine (Tierra de Mafiosos), David Morrissey (The Walking Dead) o Mark Rylance (Dunkerque), que no guarda muy buen recuerdo de su paso por este largometraje. Sí, él es la estrella que no quiso saber nada de la industria tras salir en este thriller.
El Puente de los Espías.
"Dejé de actuar en cines en 2010 después de participar en una película terrible llamada Blitz", declaró el actor a Big Issue. "La odié tanto que despedí a todos mis agentes", añadió. Y vaya si lo hizo. Estuvo durante cuatro años alejado de la industria pese al riesgo que podía suponer tomarse un largo periodo sabático, y posiblemente se hubiera quedado ahí de no ser por Steven Spielberg, que logró convencerlo con un gran papel en El Puente de los Espías para que volviera al redil. Rylance aceptó y gracias a eso ganó un Oscar al Mejor actor de reparto. Posteriormente también salió en Mi amigo el gigante y Ready Player One.
Es cierto que a veces el cine de Statham, o el de superhéroes que tanto "gusta" a Martin Scorsese, puede hacer a más de uno preguntarse por el rumbo de la industria. Pero a veces uno se conforma ahogando sus penas con un buen salario. Rylance no se conformó con eso y decidió poner tierra de por medio con la industria y volver al teatro. Spielberg lo recuperó, la Academia le dio un Oscar y desde entonces le hemos visto participar en varias series y películas, casi todas con muy buena nota, para alegría de los espectadores. Blitz, por si te han entrado ganas de verla, actualmente no está disponible para ver en plataformas.
Vía | FILMSTARTS
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