Rubén Márquez
Editor - TriviaAunque sorprendentemente hay quienes guardan un buen recuerdo de ella, Batman & Robin cuenta actualmente con un 12% en Rotten Tomatoes y apenas un 29/10 en Metacritic. No es poca cosa porque eso supone que es una de las peores pelis de Batman según público y crítica. Pero tras ganar un millón por semana durante su trabajo en ella, el actor Arnold Schwarzenegger guarda mucho más que un buen recuerdo de su paso por la cinta de Warner Bros & DC.
En una entrevista en la que se repasaba la carrera de la franquicia Batman en el mundo del cine, el direector Joel Schumacher aseguraba que, además de los 25 millones de dólares que terminó embolsándose Schwarzenegger, más incluso que el propio George Clooney que hacía de Batman en aquella cinta, el mítico Míster Olimpia se encaprichó de uno de los objetos más míticos de Batman y Robin, su traje de Mr. Freeze. Sí o sí debía quedarse con una copia.
El capricho de Arnold Schwarzenegger en Batman y Robin
En el mundo del cine se hace imprescindible que, tras una entrega de una franquicia como esta, que lleva el imaginario a un nuevo nivel a base de decorados, trajes y objetos que deben hacerse desde cero, esos elementos terminen guardados a buen recaudo por si pudiesen necesitarlos para una secuela, ahorrándose con su reciclaje un buen puñado de billetes en una producción que, ya en 1997, se acercó a los 100 millones de dólares.
Si bien grandes decorados como la batcueva debían destruirse para volver a recrearla en futuras entregas, todo lo relacionado con trajes y props debe almacenarse tan pronto termina la producción, y con los actores deseando llevarse un recuerdo a casa, a menudo termina siendo más complicado de lo que debería.
En el caso de Arnold Schwarzenegger, su capricho respecto al traje de Mr. Freeze y la negativa de los encargados de la película le llevó hasta las más altas esferas de Warner Bros, donde terminó firmando un contrato en el que el estudio accedía a alquilarle el traje mientras pagase 1 dólar al año. Una pieza que aún mantiene en su oficina como si fuese un tesoro y que, con unas luces capaz de mantenerse hasta las 9.000 horas, sigue mostrando en todo su esplendor a sus visitas de tanto en tanto.
Imagen | Gage Skidmore
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