Cuando vemos un episodio de Star Trek, el elemento que más nos llama la atención es el motor warp de la nave espacial, capaz de llevar a su tripulación a varios años luz de distancia en cuestión de pocas horas. Sin la tecnología de curvatura, como vimos hace unos días cuando hablamos de cómo la saga sci-fi se iba a volver algo más "relativista", toda la galaxia se haría inexplorable y la franquicia perdería su razón de ser. Creo que eso lo sabemos todos, pero hay otro componente vital en el Enterprise y sus hermanas en la Flota Estelar.
¿Los escudos? ¿La plataforma de teletransporte? ¿Su arsenal? Para nada. Aunque a menudo solemos olvidarnos de él, ya que protagoniza muy pocas historias en el universo de CBS & Paramount, una nave estelar de Star Trek se volvería prácticamente chatarra si perdiera su detector principal. Sí, aquello que parece una gran antena parabólica ubicado en la proa. Es posible que nunca hayas reparado en él más allá de que visualmente le da un toque al USS Enterprise D o al USS Voyager; esta nave, sin él, sería bastante sosa, a decir verdad. Pero el nº 2 del cómic Star Trek: Voyager – Homecoming le ha querido dar su momento.
El Voyager se reencuentra con la Especie 8472
Os ponemos rápidamente en situación sin entrar en más spoilers de los debidos. En esta serie, Kathryn Janeway y su tripulación deben embarcarse en una última misión antes de reencontrarse con sus seres queridos, una que les llevará a combatir con la Especie 8472. Se trata de una raza alienígena de otra dimensión que hizo morder el polvo a los Borg y que, sin duda, supone una amenaza para la galaxia si no se le trata con el debido respeto. El caso es que estos se han hecho con el control de la nave y, aunque los protagonistas del show son de no tirar la toalla nunca ni a 70.000 años luz, en este cómic han sufrido algo que los ha dejado destrozados y sin otra posibilidad que rendirse y esperar un milagro.
La Especie 8472 decide destruir el detector principal de la nave de clase Intrepid de la Federación, dejándolos a todos varados en su dimensión, también conocida como Espacio Fluido. Lo hace después de que Chakotay, primer oficial del USS Voyager, en un acto poco inteligente por su parte, les soltara un discurso sobre cómo, mientras este componente estuviera intacto, aún habría un halo de esperanza de superar la adversidad. Pero, ¿realmente es tan importante tener un deflector? ¿No pueden poner el motor de curvatura a pleno rendimiento e irse por donde vinieron sin más lío? Si quieres arriesgarte a una muerte segura...
Básicamente, se trata de un componente esencial capaz de proteger la nave de impactos con escombros espaciales, meteoritos y partículas interestelares durante el vuelo a altas velocidades, especialmente a velocidades warp. Para que os hagáis una idea, sería como viajar en coche a toda velocidad sin un parabrisas ni un casco que te protegiera. Pero, además, el deflector también tiene una función de navegación importantísima. En resumen, nuestros queridos personajes del USS Voyager están muy contra las cuerdas en esta su última misión, y aunque en Star Trek: Voyager le hemos visto fabricar cosas fácilmemnte, un deflector es una tecnología bastante compleja. Por no decir que están en el Espacio Fluido.
Un recurso narrativo para grandes historias
Por supuesto, no hay nada en Star Trek que no sirva de recurso narrativo. Tal y como nos recuerdan los compañeros de GameStar, a lo largo de la franquicia el deflector ha tenido usos un tanto más variados, rozando lo deus ex machina podría llegar a afirmar. Por ejemplo, ha servido para manipular el subespacio, crear grietas interdimensionales para acceder al Espacio Fluido al que antes hacíamos mención, y ha podido usarse como arma. Pero lo más importante es que no tenerlo deja a la nave totalmente vulnerable a cualquier cosa.
Este año se celebra el 40.º aniversario de Star Trek: Voyager, motivo por el cual la saga está siendo bastante protagonista en distintos formatos. En videojuegos, hace unos días se lanzó la demo de Star Trek: Voyager – Across the Unknown, que, la verdad, luce bastante peleona. También tenemos el cómic que hemos mencionado, mientras que en el horizonte está el estreno de Star Trek: Starfleet Academy que, pese a estar ambientada varios siglos después de la serie, tras ST: Discovery, traerá de vuelta al legendario doctor de la nave (Robert Picardo).
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