Un niño ha desaparecido en el bosque de Black Hills, en Maryland, y Ellis, perseguido por un oscuro pasado, decide buscarlo junto a la policía local. Bloober Games firman esta visión en el videojuego de Blair Witch, con ideas interesantes, pero sin brillo. Repasamos todos sus aspectos en su análisis.
Puede que, haciendo un poco de revisionismo, El Proyecto de la Bruja de Blair no fuera una gran película, pero todos los que vivimos su estreno entendimos el fenómeno y su mercadotecnia, incluso nos dejamos llevar un poco por ella. La mente, que se ve siempre seducida por el rumor y la conspiración, quería creer que podía haber algo de verdad en que se había hecho una película montando un metraje real encontrado en un bosque. Claro, era otra época (1999), pero el truco funcionó y por el camino popularizó el género del found footage. En 2016, cuando se estrenó Blair Witch, eran otros tiempos completamente, y aunque de nuevo podemos afirmar que, académicamente, esta secuela no revolucionó el género, sí logró entender de nuevo cómo funciona la mente del espectador. El truco baratillo de marketing ya no iba a funcionar, pero sus creadores se dieron cuenta de que expandir las mitologías, dotar al filme de ciertas pistas para que los aficionados conectasen los puntos y creasen teorías… Eso sigue seduciendo igual de bien. Por ello Blair Witch, sin ser una película de gran calidad, me resultó interesante mientras que esta incursión en el videojuego me ha dejado mucho más frío.
No sé si esto es debido a que los creadores del videojuego no han tenido permiso para expandir el trasfondo, la mitología de Blair Witch o, simplemente, no han sabido captar del todo su esencia, pero el resultado se parece más al propio trabajo de Bloober, Layers of Fear, que a una expansión del universo fílmico. Incluso en algunos momentos su inspiración psicológica parecía perseguir más la estructura de un Silent Hill que los de la propia saga, por cómo se desarrolla y se conecta el pasado trastornado de nuestro protagonista con el bosque funcionando de catalizador. En cualquier caso, sea cual sea la razón, el aficionado de la saga de películas que haya acudido aquí con la meta de lograr aunque sea un pequeño resquicio de información que añadir al lore, lo más probable es que se sienta un poco defraudado. Blair Witch cuenta una historia más personal y que afecta poco o nada al mito, como hizo por ejemplo aquel juego de la serie Perdidos. Los pocos acontecimientos que tienen que ver con la propia bruja son anecdóticos o relevantes.
El sistema que plantea Blair Witch es interesante, aunque no demasiado profundo
Aun así, creo que Bloober logra al menos captar con éxito la atmósfera del film, sobre todo en sus compases finales, donde los clásicos trucos visuales que ya vimos en Layers of Fear vuelven a hacer su aparición para representar fielmente el entorno cambiante de los espacios dominados por la bruja. Cuando son zonas cerradas funciona mejor, pero en la primera parte del videojuego, en la espesura del bosque, estos trucos son mucho menos efectistas. Es fácil localizar los límites de los escenarios y la forma que tiene el videojuego de redirigirte en ellos, hasta el punto de que quizá se tenía que haber hecho más esfuerzo por ocultarlos mejor. También se echa de menos el poderío visual que logró el estudio en sus anteriores producciones, al ceñirse casi por completo a los escenarios propios de bosque y algunas edificaciones que podíamos ver en las películas.
Con todo, el estudio ha aprovechado la ocasión de añadir algo que llevábamos pidiéndole unos cuantos años: mecánicas jugables en este pasaje del terror, con el fin de evitar que se sienta como un tren de la bruja (nunca mejor dicho) donde poco más tenemos que hacer que pulsar el stick hacia adelante y disfrutar del espectáculo y algunas subidas de decibelios. El sistema que plantea Blair Witch es interesante, aunque no demasiado profundo como para sostenerse durante las pocas horas que dura la producción. Ellis va acompañado al bosque por su perro Bullet, que se encargará de guiarle en algunos momentos así como buscar y rastrear objetos del escenario. La mecánica está bien y logra que la representación del can en pantalla sea tan poderosa que haga que nos preocupemos por él (más casi que del propio Ellis).
No es suficiente como para establecer un sistema de búsqueda y rastreo profundo y complejo, pues apenas hay progreso en él. Lo mismo ocurre con la cámara, que nos ayuda a resolver algunos de los puzles que encontramos durante la aventura. Encontrando y rebobinando una serie de cintas, podemos alterar la realidad, pero el proceso siempre es el mismo, sin ninguna vuelta de tuerca que haga el puzle más complejo la próxima vez. Al no intentar desarrollar ninguna de sus mecánicas, estas se convierten en simples procesos por los que el jugador tiene que pasar para seguir adelante con la historia.
Con el “combate” ocurre lo mismo, en cierto modo. En algunos momentos aparecerá el “monstruo” y debemos seguir el sonido y la mirada de Bullet para alumbrarlo con la linterna. En la práctica, basta con girar sobre sí mismo y esperar la vibración del mando y sostener la linterna unos segundos. En la parte final del juego, donde todo se asemeja más al universo en el que se basa, existe otra mecánica algo mejor resuelta, pero en líneas generales, el trabajo en los enfrentamientos aspecto se nota apresurado y fuera de lugar, como si estuviese forzado a añadir algún elemento letal que el jugador sintiese como una verdadera amenaza.
Blair Witch, cámara en mano
Pese a todo, Blair Witch deja un par de momentos en el recuerdo. Los primeros paseos por el bosque desarrollan correctamente el planteamiento, con una introducción pequeña, pero bien construida y los personajes secundarios así como la representación del bosque captan la atención del jugador. Pese a que casa poco con la mitología de la saga, el juego se atreve a examinar de forma interesante un problema psicológico como es el trastorno de estrés postraumático, y las pequeñas migas de pan que va dejando a lo largo de la aventura hasta comprender toda la situación ayudan como hilo secundario a la trama.
Técnicamente, nuestra partida en una Xbox One X no ha tenido muchos problemas, aunque en algunos momentos nos hemos visto atascados con los escenarios. La tasa de frames a 30 cuadros por segundo se ha mantenido bastante estable, pero esperábamos algo más de la resolución, pues la calidad de imagen es poco nítida y la consola puede con más. La experiencia en PC, aunque permite solucionar este problema de nitidez, no es tan buena a la hora de manejar la tasa de cuadros, que cae en muchas ocasiones. Mejor resultado en lo sonoro, con un sonido binaural que ayuda a la inmersión y en elementos de juego como la detección de las amenazas y la localización de nuestro fiel amigo canino.
Hay demasiadas oportunidades perdidas a la hora de captar la esencia del género
Creo, de hecho, que las cosas funcionan mejor en Blair Witch cuando el juego se relaja y no intenta forzar el desarrollo. Momentos en los que se centra en el propio mito o en las conversaciones que tenemos con los otros personajes, por ejemplo. Gracias a un walkie-talkie y nuestro noventero teléfono podemos hablar en ocasiones con otros personajes que nos ofrecen algunas pistas más sobre el pasado de Ellis. Todo esto ayuda a la trama, principalmente porque es difícil empatizar con el protagonista, y es que hay una extraña ausencia de terror o pánico en su comportamiento y en sus respuestas, al contrario de lo que cabría esperar. Ellis tarda muchísimo en reaccionar cuando sucede algo que debería ser espeluznante o, al menos, completamente imposible que ocurriera. En general nunca pierde los estribos y esto ayuda a que nosotros como jugadores tampoco lo hagamos.
Quizá eso sea el mayor punto conflictivo de Blair Witch: no lograr infundir miedo en el jugador durante una buena parte de la aventura. Los segmentos finales ayudan mucho más a crear una verdadera tensión, pero cuando llegas a ellos el juego ha soltado ya demasiado lastre. En la introducción, se te avisa que algunas decisiones ayudarán a definir el final de la aventura, pero aunque se intenta huir de los clásicos sistemas de elecciones para conseguirlo, los desenlaces apenas tienen diferencias, con un texto plano y vago que termina por completar el futuro de algunos personajes secundarios. No puedo decir que este paseo por el bosque de Black Hills no haya tenido ningún impacto, ya que la visión de Bloober al menos cumple con la tarea de trasladar el desamparo de estar en un lugar imposible y sin escapatoria, y algunos añadidos como nuestro perro Bullet son muy de agradecer, pero hay demasiadas oportunidades perdidas a la hora de captar la esencia del género, tanto de la película como en el propio medio interactivo, mientras que se pierde una buena oportunidad para ampliar el universo de la bruja de Blair.
Blair Witch es un interesante acercamiento al mito de las películas por parte de Bloober, que aprovecha la situación para seguir añadiendo mecánicas a su terror más exploratorio de sus anteriores proyectos. Sin embargo, falta desarrollo en dichas mecánicas que se sienten apresuradas, mientras que falla en expandir la mitología del universo de la Bruja de Blair, concentrándose más en la historia personal de un protagonista algo soso. Pese a su ritmo in crescendo, al final de la noche Blair Witch no logra atrapar tanto como lo hace la propia bruja con sus víctimas.
Comprar Blair Witch- Nuestro fiel perro Bullet y su comportamiento
- Los momentos finales de la aventura capturan mejor la esencia de las películas
- Falta de desarrollo y profundidad en las mecánicas de juego
- Enfrentamientos contra enemigos simples y poco impactantes
- No logra ahondar ni expandir en la mitología de la película de 2016
- Algunos escenarios insípidos y repetitivos
