Análisis The Touryst: puzles, mazmorras y secretos tropicales

Análisis The Touryst: puzles, mazmorras y secretos tropicales
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"Esta isla esconde un misterio". Quizá no haga falta que se diga más en un videojuego para ponernos en marcha. Y como veremos en el análisis de The Touryst, pocas cosas hay más atractivas que un archipiélago de secretos.

El otro día, mientras jugaba a Luigi's Mansion 3, pensaba a qué género corresponde exactamente. ¿A eso que llamamos aventura a falta de otro nombre mejor? ¿O a ese extraño cajón de sastre de los The Game Awards llamado Juego Familiar, al que está nominado? Para mi, Luigi’s Mansion 3 es un Juego de Secretos, con mayúscula. Una profunda exploración de un escenario que oculta todos sus misterios. Al igual que las diversas plantas del hotel en el que se adentra el asustadizo hermano de Mario, las islas de The Touryst funcionan de forma muy similar. Están llenas de estos secretos. Sea mediante misiones principales o secundarias, cualquier lugar es bueno para ocultar un nuevo puzle o una mísera moneda.

Para crear una buena exploración y atractivos secretos, creo que hace falta una regla fundamental: guardar a buen recaudo las guías y las indicaciones al jugador. The Touryst comienza así, silencioso, con apenas una frase que afirma que “en esta isla se esconde un misterio”. El tutorial brilla por su ausencia y, por tanto, se te permite experimentar con los controles y con las reglas del propio juego. The Touryst nunca te explicará cómo viajar entre islas, acceder a los diferentes templos, el orden en el que realizar diversas acciones y, por supuesto, los puzles. Así, la imaginación del jugador se dispara y uno comienza a vagabundear por este archipiélago de ensueño toqueteando absolutamente todo y dándose cuenta de que esa estructura tiene mucha herencia de la forma en que obras como The Legend of Zelda: Link's Awakening te hacían recorrer su mapeado.


Ese estilo cúbico que recuerda a Minecraft le sienta fenomenal

The Touryst siempre se mantiene mucho más sencillo, claro. Al fin y al cabo, es un título con menos pretensiones. Pero el método de resolver sus puzles se parece bastante al de las mazmorras de la isla de Koholint. En un momento dado, un científico te hace una pregunta para que resuelvas la clásica secuencia numérica. Ya sabéis, uno de esos ejercicios de lógica donde la pista está oculta en el propio problema. Los puzles de la obra de Shin’en son también así. No esperes encontrar algún consejo en un viejo pergamino o hablando con uno de los habitantes de la isla, sino que interactuando con el propio puzle, hallarás la respuesta. Quizá lo mejor del juego sean estos, pues The Touryst, como un buen mago, busca ante todo no repetir demasiado sus trucos y hacer que cada pequeña mazmorra y la manera de entrar en ella se conformen con un sistema completamente único.

Estas aparentemente agradables vacaciones en la playa pronto se verán sustituidos por una verdadera aventura llena de secretos.
Estas aparentemente agradables vacaciones en la playa pronto se verán sustituidos por una verdadera aventura llena de secretos.


Para resolver los puzles —y al igual que Zelda— tendremos una serie de habilidades que iremos aprendiendo y que nos permitirán acceder a zonas que antes no podíamos. Desde agarrarnos a cornisas, coger carrerilla y chocarnos contra superficies o el ansiado doble salto. Los misterios no llegan únicamente de la mano de los templos, sino también de algunas misiones secundarias en forma de tareas y minijuegos que cumplen con la misma filosofía que la estructura principal: no repetir el truco. Tan pronto nos vemos haciendo dominadas, que controlando a un dron, que subiendo a una tabla de surf, que entrando en un salón recreativos con tres arcades —entre los que destaca sobremanera una versión retro de FAST que tendrás que dominar a la perfección si quieres superar el récord—. Es en esa variedad, incluso para un desarrollo relativamente corto, que puede durarte entre las 6 y las 8 horas, en la que The Touryst brilla con más intensidad.

Análisis The Touryst: puzles, mazmorras y secretos tropicales


The Touryst, puzles veraniegos

Pese a sus secretos y puzles, no puedo considerar a The Touryst un verdadero desafío. No creo que la idea de Shin’en fuera tanto la de retar al jugador, como la de hacerle pasar un buen rato en este conjunto de islas. La dificultad está bien medida. En algunos momentos puedes quedar desconcertado por no dar con la solución que está delante de tus narices, pero al final siempre llega. En otros momentos, también puedes terminar algo frustrado porque sus saltos y partes plataformeras que no son las mejores.

El estilo artístico, pese a las reminiscencias con Minecraft, le da cierta personalidad que le sienta muy bien.
El estilo artístico, pese a las reminiscencias con Minecraft, le da cierta personalidad que le sienta muy bien.


El control es extraño, ya que el esquema de botones no termina de sentirse del todo natural, aunque el verdadero problema está en la perspectiva. Esa cámara isométrica y libre, que muestra una estética con muchísima personalidad en todas las islas es, sin embargo, el mayor enemigo a la hora de dar saltos ajustados. En la segunda mitad de la aventura se vuelve especialmente dañino en lugares donde requerimos de verdadera precisión en el salto y la perspectiva nos juega una y otra vez una mala pasada en las zonas más plataformeras. Las buenas noticias es que, gracias a esa variedad, la frustración termina pronto.

The Touryst es cautivador. Ese estilo cúbico que recuerda inevitablemente a Minecraft le sienta fenomenal y las islas tienen el tamaño suficiente para albergar partes diferenciadas y estilos propios inspirados en algunas de las más conocidas de nuestro mundo real. Aun así, no tiene muchos alardes, ni acompaña la experiencia con un buen repertorio musical, ni intenta llegar más allá con niveles avanzados que se salgan del patrón. Es, sin duda, un viaje sencillo y agradable, que invita a ser recorrido de principio a fin en apenas unas cuantas sesiones de juego.

Pronto estaremos descendiendo a tumbas y minas en las zonas más desafiantes de estas vacaciones.
Pronto estaremos descendiendo a tumbas y minas en las zonas más desafiantes de estas vacaciones.


Se fomenta la exploración y agradeces perderte por cada una de estas islasl

Esa sencillez que muestra es su mayor acierto y a la vez el mayor problema que puedo tener con The Touryst. Como todo sucede sin que el juego te fuerce a llevar un ritmo o un cierto orden, se fomenta la exploración y agradeces perderte por cada una de estas islas, permitiéndose el lujo y el tiempo de revelar todos sus secretos. Es un gran ejemplo en miniatura de cómo llevar al jugador por un mundo sin darle la mano en ningún momento. Pero también, en esa sencillez, se siente que The Touryst podía haber culminado en una traca final que englobe todas las ideas y mecánicas que te ha ofrecido hasta ahora. Algo que te deje con sensación de plenitud y ponga verdaderamente a prueba todo lo aprendido. Lo mismo sucede con su historia, que deja ese “misterio” demasiado en el aire y sin pretensión alguna de querer profundizar en su propio mundo. Sin esa parte, queda solo la cara más amable de este cubo, una tan placentera, divertida e intrascendente como unas vacaciones en la playa.

Muy Bueno

Sin sello
Análisis The Touryst: puzles, mazmorras y secretos tropicales

The Touryst

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

The Touryst es un juego lleno de secretos que encontrar, mazmorras que resolver y minijuegos que disfrutar. Son unas verdaderas vacaciones del videojuego. Su sencillez es la norma, una de la que saca provecho, pero también le pasa algo de factura, cuando necesita crecer en complejidad. Aun así, se trata de una aventura disfrutable, de esas que no quieren repetir ideas y tratan al jugador con respeto y sin guías ni indicaciones.

  • Encontrar los secretos que esconde cada isla es un placer
  • Los minijuegos son sencillos, pero divertidos
  • El estilo artístico es muy agradable
  • Las mazmorras siempre son variadas y no repiten mecánicas
  • El control se antoja algo impreciso cuando más lo necesitas, como las plataformas
  • La historia, que promete un pequeño misterio, se queda desdibujada
  • Aunque disfrutamos de su sencillez, a veces se echa de menos que profundice más en su estructura y sus desafíos
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español
Duración: 6-8 horas
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