La acción RPG de Lost Ark ya ha conquistado a millones de jugadores en todo el mundo. ¿Qué tiene de especial? ¿Por qué está causando furor este MMO free to play? Tras adentrarnos en el mundo de Arkesia para luchar contra los demonios, estas son algunas de las claves que lo han convertido en uno de los éxitos del momento.
Situado en lo alto de una torre de asedio en una noche tormentosa, avanzaba lentamente hacia los muros de una colosal fortaleza en la que cientos y miles de enemigos me recibían con flechas y gigantescas bolas de fuego. Lo que tal vez no esperaban es que desatara sobre ellos un espectacular festival de tiros y golpes mientras cientos y cientos de mis aliados remataban a los rezagados. Toda esta misión, su puesta en escena y la brutal acción que Lost Ark te hace vivir es tan increíble, que es fácil entender por qué este MMORPG se ha convertido en uno de los juegos del momento. Tiene incontables misiones anodinas que son un horror, pero también tiene muchas otras que son puro espectáculo; que te adentran de lleno en su trepidante acción como si estuvieras viviendo una película. Es que todavía pienso en esta demencial batalla campal, en las panorámicas que muestra de la guerra mientras tu mismo exterminas a cientos de enemigos, y me sigo emocionando. Por eso estoy tan enganchado a la fantasía que propone Lost Ark.
Durante los últimos días he jugado cerca de 30 horas a Lost Ark y lo mejor que puedo decir es que apenas he rascado la superficie de todo lo que ofrece este videojuego de acción y rol free to play. Desde el mismo instante en el que comienzas la aventura no dejas de desbloquear nuevas habilidades, armas, monturas, mascotas y otras funciones adicionales; y sin embargo, siempre queda algo nuevo que descubrir: los barcos para explorar libremente su descomunal universo de fantasía, los oficios para extraer materias primas y crear tu propio equipo, los combates PvP, el castillo para gestionar recursos… ¡parece un juego inacabable! Pero es que además, es muy divertido. Gracias a su sistema de combate que es espectacular, frenético y táctico a la vez, las batallas de Lost Ark son una fantasía. No puedes parar ni un instante; ruedas por el suelo, golpeas, esquivas y atacas con todo lo que tienes. ¡No machacando botones! sino usando la cabeza porque si no, los jefes finales contra los que peleas te harán polvo.
Y eso es lo que más me está gustando de Lost Ark. Es verdad que tiene un sinfín de misiones tediosas que suenan a chiste, pero cuando se pone épico, cuando te mete de lleno en una mazmorra plagada de enemigos y peligros que se salen de lo común, te atrapa como pocos juegos consiguen.
Lo mejor de Lost Ark
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Las primeras horas en Lost Ark borraron de un plumazo mi temor por encontrarme con el típico juego free to play que te obliga a jugar decenas de horas para empezar a disfrutar de verdad de la acción. Lo que el equipo coreano de Smilegate ofrece es todo lo contrario: subes de nivel a gran velocidad mientras desbloqueas más y más opciones de juego. Y es tan rápido, que ni tan siquiera pasas muchas horas en una misma zona. Las misiones te guían de un lado para otro pero siempre mirando hacia adelante; abriéndote camino para que descubras nuevos escenarios. En este sentido me ha sorprendido que los mapas son -hasta ahora- bastante lineales, sin apenas desvíos más allá de coleccionables que te van a ayudar a conseguir mejores recompensas. No me parece mal, la verdad, porque el ritmo de la acción es tan frenético, que como decía, no hay tiempo de aburrirse.
Un RPG completísimo que tampoco va falto de contenidos de juego
Cada paso que das en Lost Ark se recompensa con toneladas de puntos de experiencia, con plata, pociones, tesoros y hasta cartas mágicas que sirven para mejorar y potenciar algunos rasgos del héroe. Hay tanto que a veces me he sentido algo abrumado porque cuando crees haberlo dominado todo, desbloqueas la opción de recolectar materias primas, y luego, llega el castillo. Sin olvidar que puedes mejorar tus habilidades especiales añadiendo efectos adicionales; y hacer lo propio también con tu equipo usando un sistema de cartas de lo más interesante. Como veis es un RPG completísimo que tampoco va falto de contenidos de juego porque, literalmente, hay cientos de islas que explorar, montones de mazmorras en las que combatir con amigos, una locura de misiones por hacer y cinco clases de personaje con sus propias subclases, que ofrecen un mundo de posibilidades como puedes ver en nuestra guía completa de Lost Ark.
Yo he apostado por un Artillero y la subclase Cazademonios, por lo que me lo he pasado en grande pegando tiros a diestro y siniestro como si estuviera en una película de John Woo. Mi compañero Mario Gómez, por otro lado, ha encarnado a un Guerrero Gunlancer que él mismo define como "el único tanque del juego, pero uno muy divertido porque cuando lo especializas en control de masas se siente increíblemente fuerte. Va empujando a los malos con el escudo o levantándolos por los aires. Es como un baluarte impenetrable. Él se mueve, los demás simplemente se adaptan". Cada clase tiene su gracia pero lo importante aquí es lo divertido que resulta jugar y experimentar con ellas.
Los combates de Lost Ark: espectáculo garantizado
El combate es una de las claves del éxito de Lost Ark pues combina a la perfección una puesta en escena de lo más espectacular, con un grado de exigencia que te obliga a estar siempre atento al campo de batalla. Los enemigos atacan en masa y mueren a millares lo que, por un lado, ayuda a que las misiones del tipo "mata a X jabalíes" se completen en apenas unos segundos, pero sobre todo, contribuyen a que te lo pases genial peleando pasen las horas que pasen. Aunque no negaré que en algunos momentos he sentido algo de tedio por tener que enfrentarme a monstruos que apenas resisten un par de golpes, lo que provoca que la acción se vuelva rutinaria. Que lo hace… hasta que llegas a una mazmorra y luchas contra enemigos temibles, porque ahí, la historia cambia, y el combate gana en emoción. Lo mismo ocurre con las misiones.
Lost Ark está plagado de tareas anodinas que te convertirán en un recadero de poca monta a tenor de los encargos que te ofrecen. Por un lado agradezco que estas misiones se completen casi de forma inmediata, pero es que hay tantas que rompen el ritmo de la acción y a mi por lo menos me sacan también de esa clásica historia de héroes y villanos por la que apuesta Lost Ark. No es nada original pero tiene personajes interesantes y cuando toca, sabe ponerse épica y emocionar. No solo con las cinemáticas, que están muy bien, sino también con el propio desarrollo de las misiones principales que tienen una puesta en escena brutal. ¿Recordáis la batalla de la que os hablaba al principio? Cuesta no quedar impresionado cuando peleas sobre una muralla mientras ves a miles de soldados muriendo a tu alrededor. Y no me olvido tampoco de las transiciones, porque Lost Ark tiene algunos cambios de escenario alucinantes, como recibir el impacto de una explosión para caer en una nueva arena de combate.
Tras cerca de 30 horas explorando el mundo de Arkesia continúe con ganas de más
Todos estos detalles han hecho que tras cerca de 30 horas explorando el mundo de Arkesia continúe con ganas de más. Pero no quiero terminar esta primera toma de contacto sin mencionar todos los problemas que han surgido con los servidores de Lost Ark, porque incluso a día de hoy sigue siendo terriblemente difícil disfrutar del juego sin sufrir largas esperas para acceder a los servidores, sin olvidar tampoco las caídas y paradas de mantenimiento que no veo que estén ayudando mucho a paliar la situación. Es normal que en juegos tan exitosos como este surjan esta clase de problemas, pero tras más de una semana en Occidente ya va siendo hora de que se den soluciones efectivas.
Pero no quiero despedirme con una nota negativa porque, si bien esperaba pasarlo bien con Lost Ark, no creía que fuera a gustarme tanto como lo ha hecho hasta ahora. Tiene detalles que son la antítesis de lo que busco en un action RPG, pero incluso con esas misiones que no me dicen nada, sigo entrando al mundo de Arkesia con ganas de continuar divirtiéndome en la lucha contra los demonios. Si la cosa sigue así, para mí será uno de los grandes de 2022.