Análisis de Fated The Silent Oath. Mitología muda

Análisis de Fated The Silent Oath. Mitología muda
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Ambientación nórdica para un juego que apenas rasca la superficie de las posibilidades virtuales, pero que nos ayuda a comprobar qué tal funcionan las experiencias narrativas en VR y cómo de bien (o mal) nos podemos desenvolver en primera persona con libertad de movimientos.

Puede que Fated no sea el mejor exponente para demostrar hasta dónde se puede llegar, pero sí que es uno de los experimentos más interesantes para empezar a comprobar qué funciona y qué no a la hora de desenvolvernos por un entorno virtual. Ya lo hemos dejado caer durante el análisis de Edge of Nowhere: a diferencia de lo evidente, puede que la tercera persona para los juegos más tradicionales en VR no sea tan mala idea, y sí las perspectivas con una cámara subjetiva. ¿Por qué decimos esto? Porque Fated, en su configuración más tradicional marea. Bastante.

Podemos entender que un parche a un juego no pensado para la VR pierda el pulido necesario, pero cuando tenemos un juego completamente construido en torno este tipo de experiencia, sorprende que suframos estos mareos virtuales. ¿La causa? El giro horizontal con un pad. Girar sobre sí mismo a un personaje mientras tu cabeza permanece quieta es un movimiento completamente antinatural, y algo que tu estómago llevará bastante mal. Aún tenemos que confirmar al cien por cien si hay juegos capaces de evitar el mareo producido por el segundo stick (algunas demostraciones que hemos probado no nos mareaban tanto), pero por el momento la mejor forma de afrontar un título en primera persona sigue siendo la de estar completamente inmóviles o en una cabina de piloto.


Fated proporciona un control alternativo, porque es consciente de este problema. Se trata de girar (mediante un corte) tu punto de vista de treinta en treinta grados. Como si giraras tu cabeza rápidamente y luego la detuvieras. Al producir el corte, se elimina el mareo provocado por el movimiento y la experiencia se hace mucho más relajada y tolerable. De nuevo, la forma de reducir estos efectos cuando estamos en movimiento es la de que nuestro personaje ande a paso de tortuga, algo que puede llegar a exasperar en ocasiones para el ritmo de la historia.

Durante la aventura, aunque de escasa duración, no repetiremos prácticamente ninguna mecánica, intentando que todos sus capítulos sean variados.
Durante la aventura, aunque de escasa duración, no repetiremos prácticamente ninguna mecánica, intentando que todos sus capítulos sean variados.


Es importante remarcar estos aspectos porque son intrínsecos de la tecnología virtual y el paso más crucial de los desarrolladores a la hora de afrontar este tipo de desarrollos, donde no vale con copiar las fórmulas que el videojuego ha establecido en todos sus años de mundos tridimensionales. Fated lidia con estos aspectos a veces con acierto, a veces con soluciones apresuradas. Se nota, de hecho, la falta de implementación de los mandos propios de Rift o Vive para las acciones contextuales que podemos hacer, que se intentan suplantar con los gatillos del mando de Xbox One, de forma bastante tosca.

Mitología muda


La historia se desarrolla con interés, aunque como parecen estar acostumbrándonos los estudios centrados en desarrollos de realidad virtual, es corta

Tampoco importa mucho, ya que Fated no es un juego centrado en las mecánicas. Es el walking simulator llevado a la VR, sólo que algo más guiado con pocas libertades y un ritmo bastante lento. La idea, sin embargo, es interesante. Un mundo repleto de ambientación nórdica y vikinga, con sus tintes mitológicos, donde interpretamos el papel de un marido que junto a su mujer, hija y sobrino recorrerán hermosos paisajes nórdicos, mientras intentamos comprender el pacto que hemos hecho con una misteriosa valkiria, que se ha llevado nuestra voz para devolvernos la vida.

Así es, en Fated se intenta explicar la razón de que nuestro personaje sea mudo, arrebatándole de verdad la voz al principio de la aventura y aprovechando los movimientos de afirmación y negación con nuestra cabeza para poder interactuar con sus personajes. La historia se desarrolla con interés, aunque como parecen estar acostumbrándonos los estudios centrados en desarrollos de realidad virtual, es corta. Concretamente dos horas para terminarla y teniendo en cuenta que, como decimos, el paso de nuestro protagonista no es el más apresurado. Un final bastante abrupto parece dejar entrever un posible desarrollo por capítulos, que lo convertiría en el juego episódico más caro de la historia.

La familia de nuestro protagonista nos acompañará en todo momento y nos terminaremos interesando por su historia, aunque la interpretación de los actores no ayuda mucho a ello.
La familia de nuestro protagonista nos acompañará en todo momento y nos terminaremos interesando por su historia, aunque la interpretación de los actores no ayuda mucho a ello.


En el camino, haremos uso de un arco, resolveremos sencillos puzles y tendremos alguna que otra escena con acción, que más allá de impresionar por su factura, lo hace por el acompañamiento de las gafas de realidad virtual, en un entorno que si bien no es nada que no esté del todo superado, sí que denota un cierto estilo artístico realizado con mimo y cuidado.

Lamentablemente, poco más se puede decir de Fated: The Silent Oath. Es un título que se queda a medio camino entre la experiencia y el videojuego. No por su condición de walking simulator, sino por no empujar sus cualidades más allá de lo mínimamente aceptable, algo que, por el momento, parece estar siendo una constante en los juegos de VR.

Mediocre

Sin sello
Mitología muda

Fated: The Silent Oath

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Queda claro que muchos desarrollos para estos dispositivos plantarán sus raíces profundamente en la narrativa, y eso es genial, porque el ritmo que requieren estas gafas de realidad virtual es más pausado, para evitar mareos innecesarios y maravillarte con la atmósfera construida. Pero Fated únicamente rasca la superficie de sus posibilidades , que no sólo funciona como un experimento para el jugador, sino como un experimento para sus propios creadores.

  • La historia está bien escrita y se sigue con interés
  • El mundo, aunque lineal, está bastante cuidado
  • Algunas escenas bastante logradas potenciando la sensación con las gafas VR
  • Mala implementación de los controles. Lento y que induce a mareos
  • Corto, con un final abrupto y caro para su duración
  • Gráficamente muy sencillo, con texturas y animaciones que podrían trabajarse
Jugadores: 1
Idioma: Textos en sin subtítulos y voces en inglés
Duración: 2 horas
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