Os lo confieso, llevaba un tiempo sin encontrar la motivación para una nueva partida a Football Manager. Después de cambiar la historia de un país o convertir en campeón al Athletic de Bilbao japonés de Singapur, este año apenas acumulaba temporadas con mi Real Sporting de Gijón jugando de forma completamente estándar. Pero eso se terminó hace unos días.
Viendo explotar a Pau Cubarsí con el F.C. Barcelona en los últimos partidos, me propuse a mí mismo uno de los desafíos más clásicos y más divertidos en Football Manager: jugar sólo con canteranos. El Barça es además uno de los equipos, sino el equipo, con más deuda de todo el videojuego (más de 700 millones de euros). Por eso, vender a todos los no canteranos y competir sólo con productos de la Masía, es una forma óptima de salir del apretón económico.
Las normas de mi partida con el Barcelona
Por supuesto, no usé el editor para liberar las fichas y quedarme sólo con jugadores con pasado en las categorías inferiores del Barcelona. Me puse unas reglas con las que disponer de varias ventanas de traspasos, para idealmente arrancar ya la segunda temporada de Football Manager sólo con jugadores de la Masía.
Las reglas eran simples, pero lo suficientemente flexibles para que tampoco perdiera todo el talento a mi disposición:
- Los jugadores con 18 o menos años que fueran fichados esta temporada de forma original por el Barcelona, pueden seguir conmigo. De esta forma, Vitor Roque y los juveniles Noah Darvich o Eman Kospo, se quedan.
- Marc André Ter Stegen, como capitán y tras 10 años en Barcelona, se puede quedar. Esto es algo de roleo, ya que MATS está muy integrado en la ciudad y el club, por lo que tiene sentido.
- Cualquiera que haya jugado previamente en el Barcelona B, computa como "canterano". De esta forma, nos podemos quedar con Araujo como baluarte defensivo, o hacer algún fichaje concreto sin cargarnos la fantasía de la partida.
- Si un jugador jugó en las categorías inferiores del Barcelona, puede ser fichado de vuelta. De esta forma, puedo acceder a un mercado muy limitado, pero relativamente útil.
Ventas y fichajes de la primera temporada.
La situación económica del Barcelona en Football Manager es casi tan apretada como en la realidad. Al poco de arrancar se me informa de que la deuda nos obligará a pagar 10 millones de euros al mes a causa de un gran préstamo; los cuales se suman a la ingente cifra de 16.2 millones de salario base de la plantilla (sin contar bonus por partidos, goles...).
Unos salarios muy inflados, y la cantera como solución
Football Manager es distinto al resto de juegos de fútbol, porque los equipos saben que tienes problemas económicos y te negocian a la baja. Es por eso que tuve que vender a Christensen por apenas 18 millones, o Raphinha por 30. Ya no es únicamente el dinero que recibimos, sino todo lo que liberamos en fichas: jugadores secundarios como Íñigo Martínez están cobrando casi 800.000 euros al mes, por poner un ejemplo.
Pero mirando tanto la primera plantilla como las categorías inferiores, tenía un gran talento en forma de jóvenes con ganas de minutos. Al propio Lamine Yamal se suman Fermín y Cubarsí, pero también Marc Casadó, Marc Bernal, Hector Fort, Mar Guiu o Noah Darvich. Todos ellos dispusieron de minutos en la primera temporada, haciendo además un papel tan digno como jugadores con nóminas tan abultadas como Marcos Alonso o el propio Íñigo Martínez.
De esta forma, ya entre verano y enero de la primera temporada, vendí a jugadores como Ferrán Torres, Sergi Roberto, Marcos Alonso o Lewandowski; además de los anteriormente mencionados Raphinha y Christensen. La suma total apenas me solucionaba la vida, llegando a final de temporada a deber más de 160 millones, pero permitiéndome realizar dos fichajes que me dieran holgura en plantilla.
Hubo que reducir a la mitad los salarios.
Gracias a una cláusula de recompra muy barata (4 millones), el central Mika Mármol volvió a casa desde Las Palmas, mientras el lateral izquierdo del Betis Juan Miranda, hizo lo propio por 17 millones. El primero volvería en enero y el segundo ya en el primer verano, pero ambos fueron clave en la temporada.
Por supuesto, hay varios pesos pesados que no se vendieron en la primera temporada. Ya no es que "hiciera trampas" en la partida, es que sería un suicidio vender a Frenkie de Jong por 30 millones o a Koundé por 20, que eran las ofertas que me llegaron. Esto no implica que no tuviera tomar decisiones difíciles, como vender a Lewandoski a Arabia por apenas 10 millones en enero a pesar de que era el pichichi en liga; sólo por ahorrarnos su abultado salario de más de un millón al mes.
Ya querría Xavi esta temporada
¿Y cómo fue en lo deportivo? Pues ya lo querría Xavi esta temporada. Jugando con el clásico 4-3-3 y aprovechándome de esos jugadores concretos que se han tenido que quedar como Frenkie, Lewa hasta enero o Cancelo y Joao Félix cedidos, conseguí enlazar buenas rachas en liga.
Aunque el equipo no era capaz de ganar a los grandes y perdí en la primera vuelta con Atlético, Real Madrid o Real Sociedad, nos mostramos muy sólidos contra clubes de la tabla media y baja, proporcionándonos una regularidad muy interesante que fue aupándonos a medida del paso de las jornadas.
Lamine Yamal fue clave en la primera temporada a pesar de tener 16 años.
En Champions tuve un sorteo de grupos muy complicado, siendo consciente además de la importancia de pasar rondas para darle alivio financiero al club. AC Milan, RC Lens y Arsenal es uno de los calendarios más complejos que podía tocarme, pero pude salir como primero gracias a las dos victorias contra el Lens y los triunfos en casa contra Milan y Arsenal.
A partir de aquí, la suerte nos sonrió en los emparejamientos. Primero Benfica en octavos y después PSV en cuartos, fueron los rivales que nos permitieron avanzar poco a poco en la competición europea. De hecho, el RB Leipzig eliminó al Real Madrid en cuartos y fue nuestro rival en semifinales, haciéndome soñar con una hipotética final de Champions.
Después de un ajustado 1-1 en la ida en Alemania, donde además golpeamos al palo en dos ocasiones en las postrimerías del encuentro, nos tocó una vuelta en casa que, a priori, era muy cómoda. Nada de eso, un penalti dudoso en el minuto 3, seguido de una contra en el 5, nos puso 0-2. El equipo no reaccionó y, de hecho, acabamos encajando otros dos goles. Duele por el final, pero unas semis de Champions es un gran resultado.
Así celebramos la victoria en Copa.
Algo similar nos pasó en Copa del Rey. San Fernando, Badajoz, Osasuna, Las Palmas y Atlético de Madrid fueron nuestros rivales de camino a conquistar el título. Sí, no fue una final brillante, pero un gol de Pedri tras una cantada de Moldovan sirvió para llevarnos el título por 1-0.
¿Y en liga? Pues lo dicho. Ganamos impulso en el primer tramo gracias a la explosión goleadora de Lewandoski, y tuvimos que mantenerlo en la segunda mitad. Fue complicado, porque llegamos a sufrir muchas lesiones y la plantilla no era muy larga, pero se pudo sacar adelante con un par de rachas de victorias y un Real Madrid que se dejaba puntos fuera de casa.
Objetivo final: acabar con la deuda y fichar una estrella
Aún así, tocaba llevar a cabo la parte más complicada de la partida: ejecutar la limpieza definitiva de plantilla y resolver el problema de la deuda. Esto es así porque incluso con estos buenos resultados, las primas a repartir entre los jugadores son superiores a los premios en metálico, llegando a contar con un balance neto en la temporada de -180 millones de euros.
Con Koundé yéndose al Liverpool por 50 millones y Frenkie haciendo la propio por 60+12 al PSG, me llega una gran inyección de dinero adicional de cerca de 200 millones. Revisando las cifras, veo que es la suma esperada por patrocinadores, ya que Football Manager, aunque no pone nombres, sabe que Spotify tiene un acuerdo muy potente con el Barcelona.
Tras una temporada, así se ha quedado la plantilla del Barcelona.
Sumando las ventas de estos dos jugadores a las de otros como Julián Araujo, Sergiño Dest, Oriol Romeu o Gundogan, así como los sustanciosos pagos por los derechos televisivos conseguí auparme hasta los más de 200 millones en positivo. Y todo esto haciendo que el salario mensual del Barcelona pasara de más de 16 millones a poco más de 8.
Por supuesto, era el momento de mejorar la plantilla. Lo primero que usamos fueron las vueltas tras cesión, que nos permiten rellenar el equipo con jugadores de calidad como Pablo Torre, Ansu Fati, Chadi Riad o Eric García. Pero el dinero fresco en el banco me animó a hacer dos fichajes concretos.
El primero fue accionar la cláusula de recompra de Nico González tras una gran temporada en el Oporto. Pero la joya de la corona fue llamar al PSG y poner sobre la mesa más de 130 millones (gran parte en variables y plazos) por Xavi Simons. Quizás os puede sonar raro, pero la perla holandesa jugó en las categorías inferiores del Barcelona cuando era un niño, e incluso habla catalán.
Ahora mismo la plantilla ya sólo tiene canteranos (y Ter Stegen), mientras la deuda ya está por debajo de 400 millones de euros. El equipo cuenta además con otra estrella joven más con la llegada de Simons, mientras Lamine ya marca goles messíanicos en liga. A buen seguro que seguiré con este Barcelona más temporadas en Football Manager.
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