No hay debate: Hades es un ejemplo de tantas cosas bien hechas que asusta. Para empezar, es uno de los mejores accesos anticipados de siempre, estableciendo una relación muy provechosa con la comunidad; pero también entendió a la perfección lo que hace fuerte a los roguelikes de acción como es el gamefeel, el loop jugable y su diseño variado, así como la forma de hacerlo evolucionar: apostarlo todo a la narrativa.
Las expectativas con Hades II están por todo lo alto, como no es para menos. Hay muchos que consideran a la primera entrega como uno de los mejores juegos del año y, por tanto, su secuela tiene una papeleta complicada. Pero creo que, a la espera de lo que trae el acceso anticipado primero, y la versión final después, hay razones más que de sobra para ser entusiasta.
Hemos podido jugar a Hades II, o mejor dicho a la Technical Test previa al lanzamiento de su acceso anticipado. Han sido unas dos horas totales de juego, en una experiencia preparada con el objetivo de probar varios sistemas y la estabilidad general del título. Como digo, sólo hay un bioma y un jefe, pero es suficiente para detectar que Supergiant está en la buena dirección.
El impresionante equilibrismo de Hades II
Para empezar porque Hades II camina con elegancia esa delgada línea entre ser lo suficientemente familiar como para no echar por tierra todo lo bueno que hizo la primera entrega protagonizada por Zagreo, y también diferenciarse lo necesario para justificarse como juego independiente.
De nuevo, es una parte relativamente pequeña del título la que he podido probar. Pero se puede constatar que esa fineza a la hora de controlar al personaje y la endiablada velocidad de su combate sigue presente, así como hay suficientes sistemas y cambios como para sentirse diferente del primer Hades.
Para quien esté despistado, aquí controlamos a Melínoe, la hermana de Zagreo. Hades ha sido desterrado de sus dominios infernales y es el titán Cronos quien domina ahora ese reino, razón por la cual la pequeña princesa fue ocultada en el Érebo para ser cuidada y formada por Hécate hasta una eventual venganza.
Los hechizos lo cambian todo
Melínoe es una joven diosa muy capaz con la magia, así como cuenta con una especial conexión con los espíritus y las ofrendas a estos. De esta forma, se da pie a una jugabilidad relativamente distinta, en la que los hechizos son básicos en su combate. Cada uno de los golpes de los que dispone, pueden ser ampliados si dejamos pulsado el botón concreto, dando forma a los hechizos Ω. Ah, y para usarlos necesitarás puntos de la nueva barra de maná.
Además, Melínoe es alguien con menos confianza que su hermano, vislumbrándose una mayor evolución en su personaje ya en esta Technical Test. Quiere vengarse, sí, pero es más inocente y necesita una mayor progresión hasta creerse capaz de tal hazaña.
Como digo, esta especie de demo se termina una vez vences al primer jefe, apareciéndote un mensaje que te recomienda completar cinco partidas para poder ver, más o menos, todo lo que ofrece esta Technical Test. Y tras hacer eso, he podido conseguir dos armas, varias herramientas de recolección y unos cuantos tipos de mejoras.
Sí, recolección, porque una de las novedades de Hades II es el crafteo. Mediante una olla gigante en el campamento frente a Hécate, podemos dar con mejoras como la posibilidad de plantar semillas, desbloquear una tienda, o abrir ciertos caminos y herramientas. Una mayor interactividad con el campamento, pero también con las distintas salas del juego que acaba redundando en más razones para salir de expedición.
La progresión, que es uno de los aspectos clave, puede dividirse entre "dentro de la run" y "fuera de la run". En el primer caso, estamos frente a algo muy similar a Hades, y que realmente funcionaba como un tiro, como es ir consiguiendo bendiciones de distintos dioses del Olimpo que conformen tu build. Es el segundo el que tiene muchos cambios.
Como digo, Hades II cuenta con muchos más sistemas que el espejo de Zagreo del primer juego. Melínoe puede adquirir recursos en sus partidas, pero también desbloquear todo tipo de mejoras en el campamento. La base será una especie de cartas del tarot, que requieren de ciertos ítems para activarse, pero que tienen un tope total de cuántas podemos usar.
Más sistemas que nunca
En cierto modo, funciona de forma similar al Pick Ten de Call of Duty en el que elegíamos ventajas hasta un máximo de diez. Quizás activemos el revivir, mejoras en salud y maná, así como un aumento en el daño en ciertas condiciones, y nos quedemos sin puntos para que los hechizos ralenticen el tiempo.
Se trata de un sistema muy interesante que limita, al menos hasta que consigamos los recursos necesarios para darle más puntos totales a Melínoe, las builds. Además de esto, siguen presentes los recuerdos obtenidos de mano de los personajes a cambio de néctar de los dioses.
Pero puede que lo que más os interese saber es que las dos nuevas armas, el bastón y la hoz y cuchillo se sienten muy distintas y divertidas, permitiendo interacciones muy curiosas con según qué bendiciones; pero la verdadera sustancia está en introducir los hechizos omega en la jugabilidad sin sacrificar el ritmo de juego. Cada arma cuenta con aún más funciones, zonas de acción y tiempos, lo que añade más profundidad, si cabe, a la jugabilidad.
Hades II es más y posiblemente mejor, a tenor de lo visto en esta pequeña prueba. El hastío por los roguelike y el peso sobre los hombros de llegar como secuela del primer Hades no es moco de pavo pero, si os sirve de algo, yo mismo soy un ávido jugador del género que no encontraba nada que le motivase hasta que esta demo se instaló en su PC.
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