Llevo casi una semana gozando de HellDivers 2. El shooter cooperativo de una saga que hasta hace unos meses no recordaba que existía, está satisfaciéndome como pocos multijugadores recientes lo han hecho. Una locura paródica y tremendamente consciente de sus limitaciones narrativas que saca pecho de contar con un universo vivo, casi literal, y siempre en movimiento. Sin embargo, y aunque tenía todos los ingredientes para despuntar en todos sus aspectos, hay algo que ha caído como una losa sobre mi cabeza y es la bala perdida del estudio al no recompensar al jugador por liberar un planeta. Una pena.
HellDivers 2 llegó a mis manos a esta misma hora el pasado jueves y llevo en total algo más de 17 horas matando termínidos y ejecutando autómatas a lo largo y ancho de la galaxia. ¿Por qué? En realidad no tengo ni idea, algo de "hay que liberar a Supertierra de la tiranía", pero a mí solo me gusta matar, y el shooter de Arrowhead Game Studios sabe premiarte con uno de los conceptos jugables más bien medidos que he visto.
El problema es que como yo, muchos hemos estado combatiendo y perdiendo la vida, y sacrificando algún que otro compañero también, en el Proyecto del Ángel, el planeta rocoso y controlado por termínidos. Una guerra constante donde aplacamos a las fuerzas de insectos para conseguir la enormísima recompensa de una pantalla que ponía "Planeta liberado". Una de las conclusiones más anticlimáticas que he visto, y eso que como yo, varios hicimos historia en el juego, o al menos dentro de su universo.
HellDivers 2, un shooter con alma de MMO que debería cuidar los detalles
Lejos de sonar algo súper negativo o que vaya a cambiar mi valoración general del juego, una que ahora mismo estoy escribiendo para su análisis correspondiente, HellDivers 2 ha perdido una oportunidad, pero lo entiendo, ya veréis que sí. Como muchos, yo me alegré de la liberación de Heeth, el planeta helado, hace escasas 72 horas. Eso sí, no estuve ahí para presenciarlo y tenía una deuda con Supertierra.
Anoche, en una de mis idas y venidas por el Sector de Orión, me obcequé con el Proyecto del Ángel y fui uno de los tantos que consiguió adjudicarse la última misión de liberación del planeta —porque seamos realistas, dudo que mi equipo haya sido exactamente el único en todo el juego—. Una felicidad enorme que HellDivers 2 sabe potenciar al hacerte partícipe de una campaña que sientes real, pero que acabó con un mensaje y una recompensa nimia. ¿Qué esperaba? Os preguntaréis, quizá algo que dejase poso, un vídeo que ensalce el meme de la democracia o una cinemática prerrenderizada, pero no.
Arrowhead ha sabido medir bien los componentes MMO en su juego sin llegar a ser un exponente del género. Esa idea de estar en una galaxia con vida y donde vemos constantemente el avance aliado o enemigo es uno de los estandartes de HellDivers 2, y es lo que más me gusta. Te sientes parte de algo mayor al más puro estilo Dead Nation y su locura zombie en 2010 donde todos los jugadores luchábamos en un mismo bando.
Incluso se dice que todo lo que vemos desde la nave, el planeta bajo nuestros pies, está sucediendo en tiempo real. Y no me extrañaría pues HellDivers 2 hace uso de Microsoft Azure para dar vida al multijugador y nutrirlo gracias a los datos almacenados en la nube. Y aquí el problema. Con todo al alcance de su mano, ¿eso es todo, HellDivers 2?
Me esperaba más y, como he mencionado antes, entiendo en realidad el porqué se hizo así: ahorrar costes y el tedio de ver siempre un mismo vídeo. No me quita el mal sabor de boca, quizá agridulce, de ser un simple mensaje, pero quizá ahí esté la clave: en su motivo puramente narrativo. HellDivers 2 quiere enfatizar la parodia al darte una recompensa nula por tu sacrificio en una guerra donde no pintas nada y en la que solo eres un peón. Prefiero pensar en que Arrowhead va con todo a homenajear a Starship Troopers antes que alguien asumió la frase de "si van a ser testigos un par de usuarios, ¿para qué hacer nada?".
HellDivers 2 jugaba con una buena baza: no hay nada asegurado en su universo de juego. El toma y daca de facciones no es inmediato y mucho menos determinante. Angel's Venture ha vuelto a control termínido y la guerra vuelve a recrudecerse. Quizá una recompensa a modo de cinemática o similares no la fuéramos a ver tanto como el vídeo de caída de la nave, pero habría preferido el hastío de verla mil y una veces a un mensaje de enhorabuena.
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