Recibió buenas valoraciones cuando se estrenó, pero no he visto a nadie recomendarlo en los últimos años. Might & Magic: Clash of Heroes estaba tan olvidado que ni siquiera tiene una página dedicada en la versión española de la Wikipedia. Tampoco lo veremos en las listas de los "x" mejores RPG. Es casi como si el juego hubiera desaparecido en el tiempo. Sin embargo, ahora vuelve con una edición definitiva con la que promete ganar el lugar que le corresponde. Y digo "lugar que le corresponde" con toda la intención, porque tras jugarlo unas horas es fácil ver que se trata de uno de esos títulos que merece mucha más atención de la que tiene.
Uno de los combates más originales que he encontrado en RPG
El nombre "Might & Magic" hace que pensemos inevitablemente en las grandes aventuras de la que es una de las sagas con más influencia en los juegos de rol. Sin embargo, este Clash of Heroes tiene una propuesta diferente. Apuesta por una estética basada en los dibujos animados y un factor RPG más centrado en la progresión del personaje y construcción de mazos –ahora llegamos a eso– que en la toma de decisiones. Es una experiencia mucho más contenida, pero no debemos interpretar esto como algo negativo. Might & Magic: Clash of Heroes no hace muchas cosas, pero es sublime en todo lo que intenta.
La historia está plagada de personajes carismáticos que parecen sacados de un anime y se divide en cinco arcos argumentales diferentes. Cada uno de los personajes principales tendrá su momento para brillar y es una narrativa interesante, con algunos giros que nos hacen mantenernos atentos. Sin embargo, lo verdaderamente brillante de Might & Magic: Clash of Heroes es el sistema de combate. Con muy poco, Capybara Games creó unas increíbles peleas basadas en puzles. La constante introducción de mecánicas, la obtención de nuevas unidades y las variaciones en los enemigos se unen a una dificultad muy bien ajustada e incluso algo elevada en las tareas secundarias que me ha dejado fascinado.
Might & Magic ha influido de forma notable en el futuro desarrollo de videojuegos para móviles
Las peleas en Might & Magic combinan la creación de mazos con los puzles y el combate por turnos. Tendremos que elegir hasta cinco “cartas”. Tres de ellas serán básicas y tendrán un solo color asociado. También habrá dos especiales que pueden tomar cualquier color. Nuestro objetivo será conectar tres unidades del mismo color para crear una cadena. Si las juntamos en horizontal se convertirán en una barrera defensiva y si lo hacemos en vertical comenzarán a cargar un ataque que tardará un número variable de turnos en ejecutarse. Cuanto más duro sea el golpe, más tardará en cargar.
El sistema incluye dos limitaciones. Disponemos de un número reducido de movimientos en cada turno y solo podemos mover directamente a la unidad que se encuentra en la última posición de la fila (lo entenderéis todo mejor en la siguiente imagen). Estas restricciones al jugador, junto a los varios usos de cada una de las cartas y el hecho de que las tropas solo puedan atacar en línea recta, genera una profundidad estratégica aberrante que ejemplifica a la perfección el que todavía es eslogan en muchos videojuegos: "simple de jugar, difícil de dominar".
Juntar tres unidades en vertical (rectángulo) nos permite atacar en línea recta. En horizontal (flechas) crear una barrera. Las unidades especiales (círculo) hacen que los ataques sean más poderosos.
A la hora de pelear, toca tomar muchas decisiones y ejecutarlas pensando cuál es el menor número de movimientos posible para llegar al resultado que queremos. Es un sistema que puede romper al jugador por demasiados lugares. ¿Has diseñado una mala estrategia? Pues es una lástima pero vas a perder. ¿Has cometido un error gestionando el movimiento de las tropas? Es una pena que tu estrategia fuera perfecta, porque vas a perder igualmente. Sin embargo y exigiendo a los jugadores hacer una gran gestión de todas las variables de una pelea, Might & Magic: Clash of Heroes jamás es injusto.
Su enfoque en ser un juego de puzles se hace evidente cuando perdemos una batalla durante la historia. Pese a ser un RPG estrenado originalmente en 2009, no nos transporta a un 'checkpoint' anterior ni nos castiga demasiado. Todo lo que sucede es que volvemos a situarnos delante del enemigo y toca decidir si queremos volver a enfrentarlo. Hemos colocado mal las piezas del puzle y nuestro único castigo es tener que desmontarlo y volver a empezar, o seguir haciendo puzles más sencillos hasta que hayamos depurado nuestra habilidad. En muy pocos juegos el escaso castigo por morir tiene tanto sentido como en este.
En Might & Magic había material para un modo en línea muy depurado, pero los desarrolladores eligieron una experiencia relajada y el único PvP disponible es en multijugador local.
A todas estas variables, hay que añadir las diferencias entre personajes. No se trata solo de que cada uno de los cinco que controlaremos en la aventura –más en el modo batalla– tengan diferentes unidades, si no que responde a diferentes arquetipos. Es muy fácil de entender si habéis jugado a juegos de cartas, pues ideas como la del clérigo ofensivo de Hearthstone o el infame guerrero de control o el ‘face hunter’ están presentes en el juego. Además de los RPG, soy un obsesionado de los títulos multijugador y tengo bastante claro que aquí material para hacer un sistema PvP de lo más resuelto. Por suerte o por desgracia, se queda en una experiencia más relajada que, eso sí, nos permite echar batallas locales con nuestros amigos.
Quizá el único punto negativo del juego está en dos aspectos que no han envejecido bien. Las unidades especiales mueren permanentemente al caer en combate y hemos de ir a una tienda a reponerlas. No tendremos grandes problemas en hacerlo y para eso están los recursos del juego, pero es un poco latoso que la economía del RPG se asocie a este sistema. Tampoco tendremos libertad para movernos por el escenario, ya que tendremos que hacerlo a través de un sistema de casillas que no nos dejan explorar tanto como nos gustaría. Es cierto que a esto último es fácil acostumbrarse, pero se hace muy extraño en pleno 2023.
Al pensar en Might & Magic: Clash of Heroes me pasan dos cosas. La menos importante es que me dan unas ganas terribles de ir a jugar porque he podido dedicarle muchas menos horas de las que me gustaría. La que viene al caso para cerrar este artículo es que no entiendo como un juego tan original, divertido e interesante ha quedado relegado a un olvido injusto. Esto no es un análisis –aunque ya le dimos el Recomendado en su día– pero mucho tendría que sorprenderme lo que me queda por delante para que el título no merezca de nuevo un gigantesco sello de recomendación.
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