Análisis de Nioh 2. Entre la katana y la pared

Análisis de Nioh 2. Entre la katana y la pared
Facebook Twitter Flipboard E-mail

En esta precuela de la grata sorpresa que nos deparó el Team Ninja en 2017, controlaremos a un protagonista mitad humano, mitad yokai, que acompañará al legendario Nobunaga Oda en su campaña de unificación. Algunos cambios, y demasiados elementos familiares, son los que nos esperan en Nioh 2.

El enemigo estándar de Nioh 2 se llama Gaki. Es una especie de pequeño monstruo carroñero cuya característica especial es que puede morderte o devorar a un compañero para crecer de tamaño. No creo que sea capaz de contar la cantidad de Gakis que habré matado a lo largo del juego, pero por suerte tenemos las estadísticas. Estas me dicen que en enemigos comunes la media de muertes por tipo son entre 80-100. La de Gakis se dispara a las más de 500. Están por todos lados, de principio a fin. Y este abuso de elementos conocidos va adueñándose del jugador. A lo largo de todas las regiones que componen la campaña, el Team Ninja ha dispuesto una cantidad de elementos repetitivos que, ciertamente, llega a fatigar. Esa es la sensación con la que me quedo tras jugar a Nioh 2. Me he divertido mucho, no hay duda. Pero también estoy algo fatigado.

En general, el Soulslike es así, sobre todo cuando lo juegas intensamente. Las batallas y la tensión se acumulan. Los jefes finales te piden un descanso antes de seguir con la travesía, pero siempre tienes la satisfacción de que, tras ellos, el mundo se transforma y hay que adaptarse a los nuevos patrones y desafíos que te esperan en la siguiente zona. Con Nioh 2, el problema es que el juego nunca llega a transformarse del todo. Puedes acabarlo prácticamente utilizando el mismo combo y la misma táctica de siempre y, poco a poco, la temida sensación de repetición se acrecienta, promovido por la cantidad de contenido rescatado de la obra original que tiene esta… secuela.

Las nuevas formas y habilidades yokai incitan a cambiar de estilo en los combates

«Un momento, yo ya he estado aquí». Me ocurrió al llegar a una misión en una casa de baños. Hasta entonces, había visto bastante contenido reciclado. Prácticamente todos los enemigos del primer juego vuelven, e incluso he llegado a ver jefes finales del Nioh original. Pero cuando también descubrí que había algunos escenarios repetidos fue cuando me paré a pensar hasta qué punto Nioh 2 había rescatado demasiado. No tengo problema, realmente, en que las secuelas lleven una idea explorada a otro nivel, pero creo que aquí se ha superado una línea un tanto dudosa que lo acerca más al concepto que tenemos de expansión que de una segunda parte.

Si tienes eso en cuenta, no hay problema en seguir disfrutando de las fantásticas mecánicas que ofrece Nioh, y que ahora se han llevado un poco más allá con la aparición de los núcleos de Yokai. Es una idea que me recuerda a algunos de los clásicos Castlevania de IGA, en los que absorbemos la esencia de los monstruos y nos permiten realizar ataques especiales. No hay duda de que son indispensables. Uno de los primeros jefes finales, el Enenra, es un rival especialmente duro, que me mandó al santuario unas cuantas veces. El jefe está diseñado para que entiendas, aunque hayas jugado al primer Nioh, la importancia superlativa que tiene aquí la barra de energía de los enemigos y cómo estas habilidades pueden reducirla exponencialmente o llevarle a un aturdimiento, ideal para hacer verdadero daño. Las habilidades son tan distintas como los propios yokai, realizando ataques físicos, a distancia o mágicos según su condición.

Entre la katana y la pared


Las habilidades yokai que debutan ayudan mucho a insuflar diversidad a los enfrentamientos.
Las habilidades yokai que debutan ayudan mucho a insuflar diversidad a los enfrentamientos.

Entre los núcleos y el nuevo contragolpe, poco más hay que decir del combate, ya que son sus únicas novedades destacadas. No sé si son suficientes, pero están muy bien diseñadas. Las habilidades yokai dan un toque fresco a tu combo, pero es el «parry» el que pone a prueba tu sangre fría. Encontrar el momento exacto para ejecutarlo se convierte en una cuestión de aprendizaje, ensayo y error que te lleva a ese estado de concentración dulce que tienen estos juegos. Las tres formas yokai en las que nos podemos convertir poseen distintos contragolpes. Algunos son más rápidos, otros más lentos y otros se realizan sin movimiento. Me quedo con la forma del guerrero, quizá la más estándar y que te permite sincronizar mejor el momento. Clavar unos cuantos de estos contraataques te da, sin duda, esa confirmación de que en Team Ninja siguen teniendo buenas ideas que te habría gustado ver más. Pero ten cuidado, porque el parry no es del todo seguro, y muchas veces nos meteremos en problemas innecesarios por utilizarlo y, en otras ocasiones, la cámara nos jugará malas pasadas. Como si no fuera suficiente con sufrirla en algunos combates finales.

Nuestra nueva arma favorita: la guja

Si contamos la aparición de las tonfas y el odachi con los DLC del juego original, únicamente encontramos dos armas nuevas: la guja y las hachuelas. Ya que el sistema de combate de Nioh 2 utiliza prácticamente las mismas animaciones y combos, me forcé a abandonar mis técnicas aprendidas con la katana y las katanas dobles. Las hachuelas son fuertes, pero nada tienen que ver con las katanas. Son lentas y dominar su cadencia me ha resultado difícil. Sin embargo, la guja es una maravilla. Los combos prácticamente infinitos son rápidos, poderosos y se cambia de posición a la velocidad de la luz. Además, su nivel se sube junto a la magia Omnyo, perfecto para especializarse también en esta vocación. Junto a la nueva condición de algunas armas vivas, que al cargarse hacen daño extra, generan ataques devastadores.

Los nuevos enemigos son rápidos y duros. La Nure-Onna tiene agarres letales y la capacidad de paralizarte con la mirada
Los nuevos enemigos son rápidos y duros. La Nure-Onna tiene agarres letales y la capacidad de paralizarte con la mirada

La ambición de Nobunaga

Puede que en estos juegos la creación de personaje no parezca lo más importante. Al fin y al cabo, en los Souls siempre terminas enfundado en un armadura o traje que suele cubrir todo tu aspecto. Pero Nioh tenía esa clásica opción del RPG de dejar de mostrar tu casco, y hay suficientes cinemáticas como para que tu protagonista se luzca, por lo que he agradecido enormemente la decisión de cambiar a William, el personaje predefinido del primer juego, por uno creado por nosotros mismos. Y es que este creador es verdaderamente completo. La cantidad de opciones hacen personajes muy distintos entre sí y ya se están viendo en Internet, gracias a las betas y demos, verdaderas proezas a la hora de recrear personajes icónicos de algunas franquicias.

La historia sigue siendo difícil de seguir, a falta de un hilo narrativo bien estructurado

Pero aunque el creador está muy bien, nada parece haber cambiado en cuanto a una historia que sigue haciendo aguas por todos lados. Como en su primera parte, la trama de Nioh 2 es parca, confusa y mal ejecutada. Sí, puedes ver la recreación —en forma demoníaca— de algunas batallas icónicas del Japón Feudal. Sí, el juego sigue la campaña de Nobunaga Oda y su trágico desenlace, pero incluso en este momento clave, el jugador es incapaz de ver en pantalla un hilo narrativo que conecte los puntos. Siempre parece que estuviéramos viendo historias sueltas con algún enlace en común que solo conocen quienes hayan leído un par de libros al respecto. Puede que Nioh 2 respete el contexto histórico del país nipón, pero como se dice en las novelas del género, la Historia tiene que estar siempre al servicio de la historia, y no al revés. Es decir, los acontecimientos históricos que estás utilizando deben servir al relato. Aquí, no obstante, seguimos encontrando la misma concatenación de sucesos que despistan al jugador no porque no sean llamativos, sino por una estructura débil, sin mucho interés por presentar los conflictos del momento histórico que vivimos y nuestros objetivos.

Entre la katana y la pared


Nuestra nueva arma favorita es la guja, pero habrá otras disponibles.
Nuestra nueva arma favorita es la guja, pero habrá otras disponibles.

De nuevo, estos objetivos se dividen en principales y secundarios en una serie de niveles separados entre sí. 20 misiones para la campaña y un buen puñado de opcionales engrosan el contador de horas por encima del primer videojuego, algo que no es difícil teniendo en cuenta todo el material que se vuelve a aprovechar. Así que supongo que Nioh 2 es precisamente eso, una «Nueva Partida +» para aquellos con sed de más tras haber dado unas cuantas vueltas al original. Para este jugador, la obra de Team Ninja cumple. Sus escenarios tienen cierta esencia, y sigue apeteciendo recorrerlos palmo a palmo para encontrar todos sus secretos y atajos. El endgame promete volver a embarcarnos gracias a su sistema de botín, mientras que en los últimos compases las misiones secundarias se van abriendo todavía más que en el primer Nioh, volcándose en esa virtud de buscar mejor equipamiento para nuestro personaje.

Con todo, es gracias a sus nuevos enemigos donde he encontrado más recompensa. Dominar cada uno de sus patrones realmente pone a prueba tu concentración. Pierde algo de magia, eso sí, cuando te das cuenta de que su truco radica en mezclar unos con otros en diferentes «hordas», sobre todo en las misiones secundarias, pero al menos el Team Ninja ha desplegado una imaginación desbordante creando enemigos que, más que nunca, son capaces de cambiar las tornas. Los jefes finales también gozan de una buena variedad de pautas que dominar. Me han decepcionado los enemigos humanos, sobre todo en comparación con los del primer juego, que eran capaces de sacarte de tus casillas, pero el nuevo despliegue de yokais está conseguido. Eso sí, aunque he muerto innumerables veces, no he notado tanta presión como en el original, ya que, al fin y al cabo, la experiencia acumulada del primer juego influye mucho en la seguridad con la que te enfrentas a cada combate.

Entre la katana y la pared

Mitad humano, mitad demonio

Puede que en Nioh 2 seas un personaje con habilidades demoníacas, pero no hay duda de que cuentas con más ayuda que de costumbre. A las clásicas tumbas rojas se le suman ahora otras azules que permiten convocar personajes controlados por la inteligencia artificial por medio de unas copas. Aunque piden un buen número de ellas, lo cierto es que no es difícil conseguir una buena cantidad gracias al bazar kodama, que te permite intercambiar arroz por distintos objetos. Incluso aunque no seas muy amigo de estas ayudas —está claro que son útiles, pero no imprescindibles— Nioh 2 es un juego mucho más cooperativo. En algunos momentos de la aventura principal o de las misiones secundarias se unirán a ti personajes relevantes que te acompañarán, por lo que si eres de esos jugadores que prefieren ir siempre solos, en algunos momentos te será imposible. El multijugador también se ha expandido. A los dos jugadores que podían cooperar se le une un tercero que invocar para formar grupo, pero manteniendo las mismas reglas y compartiendo esa barra de vida común que se va diezmando a medida que cualquiera de los jugadores sufre una muerte. En esta ocasión, es posible recuperar una porción de vida dispersando la niebla que forma el reino yokai.

Entre la katana y la pared


El editor de protagonista permite diseños realmente variados.
El editor de protagonista permite diseños realmente variados.

Visualmente, tampoco he notado muchos cambios. Sus niveles aprovechan muchos de los materiales ya utilizados para construir sus entornos naturales y sus intrincados castillos. Los 60 frames por segundo se comportan sólidos en el cien por cien de ocasiones y hacen que este sea el modo más apropiado para disfrutar de su acción, aunque también tenga otros modos que favorezcan la resolución. Al igual que el primer juego, muchos de sus escenarios se han basado en localizaciones reales, que sorprenden sobre todo cuando conoces el lugar original —a mi me pasó en el primer Nioh con la isla de Miyajima— pero tampoco he encontrado ningún escenario que sobresalga por encima del resto. Con algunos niveles icónicos en el primer juego como La Huida de Iga, aquí no hay muchas zonas que se salgan del patrón, aunque hay que reconocer que contiene más trampas y secretos y es más fácil caer en ellos.

Por mucho que me haya divertido recorriendo sus niveles, sigo sin desprenderme de la sensación de fatiga que me ha dejado la obra de Team Ninja. Sencillamente, hay demasiados elementos familiares y pocas sorpresas en él. Sus novedades son interesantes, aunque insuficientes. Los momentos en que nos adentramos en el reino yokai son tensos, pero la magia se echa a perder al llenar la pantalla de efectos y degradaciones en el color que incomodan, más que otra cosa. Pasada la mitad de la aventura, el agotamiento comenzaba a acumularse. Recuerdo en particular un jefe final, una yokai gata a lomos de un carro, que ofrecía un combate intenso e interesante. En cuanto empecé a dominar su patrón y restaba un cuarto de vida, aparecen —sorpresa— dos Gakis. Sí, ese enemigo estándar que había matado 500 veces. Fue ahí cuando me di cuenta de que el estudio no ha terminado de pulir Nioh 2 tanto como el original. La batalla no se hacía más intensa porque el jefe cambiase sus ataques, solo se hacía más difícil o molesta por añadir dos enemigos básicos injustificadamente.

Entre la katana y la pared

Creo que eso es un buen resumen. Que Nioh 2 se siente apresurado. Como si el estudio se diese cuenta de que, acabando la generación, no daba tiempo a crear una obra tan ambiciosa como fue aquella que desde 2017 ha logrado vender tres millones de unidades. Quizá para la siguiente generación tengamos algo que, ojo, no tiene por qué ser revolucionario, pero sí que busque desafiar al jugador de formas inesperadas. Nioh era un gran juego cuando se sentía misterioso. Cuando no sabías qué te esperaba a la vuelta de la esquina o tras esa niebla demoníaca. Con esta secuela, todos sabemos ya, desde su inicio, el monstruo que se oculta detrás de la cortina.

Bueno

Sin sello
Entre la katana y la pared

Nioh 2

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Nioh 2 es un juego divertido y tremendamente similar a la obra original. No solo en su sistema, sino reutilizando muchos elementos de su interfaz, equipo y enemigos —e incluso jefes y escenarios—. Si no ves problema en esto, tienes algo muy parecido a aquellos DLC que llegaron después, pero con una duración mucho mayor y con algunos añadidos reseñables, como las habilidades yokai y los contragolpes, que hacen variar un poco el combate. Sin embargo, incluso disfrutando de la fórmula, he sentido misión a misión una fatiga que iba creciendo, a medida que la falta de sorpresas y los elementos ya conocidos se iban acumulando.

Comprar Nioh 2
  • La esencia de Nioh sigue siendo igual de divertida.
  • Las habilidades yokai dan un nuevo ritmo al combate.
  • El contragolpe crea enfrentamientos más intensos.
  • Algunas batallas contra jefes finales yokais muy desafiantes.
  • Demasiado familiar. Pocas novedades con respecto al primer juego.
  • Se recicla casi todo el equipo, interfaz y enemigos del original. Incluso algunos jefes y escenarios.
  • Los jefes finales humanos, un tanto decepcionantes.
  • Abusa mucho de las hordas de enemigos.
  • La historia es confusa e incoherente.
Jugadores: 1-3
Idioma: Textos en español y voces en japonés e inglés
Duración: Más de 100 horas
Comentarios cerrados