Podemos decir sin temor a equivocarnos que Pokémon tiene el honor de ser no sólo una saga tremendamente rentable a nivel comercial, sino también una de las marcas más famosas de todo el planeta. Hoy en día, es difícil encontrar a alguien que no reconozca las particulares orejas de Pikachu o el aspecto de una Poké Ball, lo que evidencia la enorme popularidad de la franquicia de Nintendo tanto en niños como en adultos. Sin embargo, y como sucede con cualquier producto que haya recorrido la senda del éxito, la historia de los monstruos de bolsillo no está exenta de curiosidades de diversa índole. Tales como una anécdota de hace 24 años en la que intervino el mismísimo Vaticano.
La saga de Nintendo, en el punto de mira
Para hablar de esta extraña pero real relación entre la Santa Sede y Pokémon, primero debemos poner un poco de contexto a la situación. Allá por el año 2000, la franquicia de Nintendo estaba experimentando un fenómeno común entre los videojuegos digitales de gran popularidad: recibía críticas por parte de miles de padres. De hecho, los adultos no se quejaban únicamente de las "maquinitas" que alegraron nuestra infancia, sino también del Trading Card Game que ya estaba causando furor en la época. A fin de cuentas, el hecho de invertir dinero en cartas relacionadas con el juego de monstruos de bolsillo provocó que varias personas arquearan una ceja.
Pokémon fue criticado por alejar a los niños de los valores cristianos y distraerlos de sus formaciones educativas o religiosas.
Y, como no podía ser de otra manera, esta tendencia también se extendió entre muchos creyentes. En este sentido, y según recuerdan en la web de la iglesia católica St. Joachim, algunos grupos de padres observaban el trabajo de Game Freak y la Gran N como un invento del demonio porque alejaba a los niños de los valores cristianos. Además, la marca de Pikachu también fue criticada por promover el materialismo y el consumo entre los más pequeños, así como por distraer a los jóvenes jugadores de sus formaciones educativas o religiosas.
En resumidas cuentas, hablamos de un pensamiento que se ha extendido a decenas de videojuegos populares. Los jugadores conocemos la cantinela de sobra: cuando un título o saga empieza a explotar en popularidad entre los más pequeños, crecen las preocupaciones sobre una hipotética consecuencia en el comportamiento del usuario. Y, si bien es cierto que muchas de estas quejas suelen ser fruto de la violencia en las aventuras digitales, ni siquiera algo inocente como Pokémon se libró de las críticas. Por suerte, la marca de la Gran N tuvo una especie de ayuda divina gracias a una inesperada pero curiosa aprobación oficial del Vaticano.
La bendición de la Santa Sede
De acuerdo con el medio New York Post, que informó de la decisión de la Santa Sede en su momento, la bendición del Vaticano llegó a través de su canal de televisión oficial: Sat2000. En uno de los programas retransmitidos en el año 2000, la entidad religiosa valoró positivamente la saga Pokémon por estar "llena de imaginación inventiva" y, ante las preocupaciones de la comunidad cristiana, añadió que el juego no tenía "ningún efecto secundario moral y dañino". Lo que, en definitiva, se observó como la aceptación oficial de los monstruos de bolsillo.
El canal de TV del Vaticano concluyó en que Pokémon no tenía "ningún efecto secundario moral y dañino".
De hecho, hay quien dice que la Santa Sede fue más allá con el asunto mandando un mensaje a todos los jugadores del mundo. Según Galih Narendra en un artículo de Medium, el mismísimo papa Juan Pablo II llevó a cabo una audiencia especial en la que expresó las siguientes palabras: "Hoy, me gustaría extender una bendición especial a todos los Pokémon y sus entrenadores. Que traigan alegría y felicidad a las vidas de nuestros jóvenes". Por desgracia, no hemos podido encontrar un extracto oficial o vídeo que corrobore estas declaraciones, por lo que la bendición del papa queda como una anécdota de dudosa veracidad.
Lo que sí se puede confirmar, sin embargo, son las palabras retransmitidas a través del canal Sat2000. Evidentemente, la aprobación del Vaticano no supuso un antes y un después en lo referente a las críticas hacia Pokémon y el resto de videojuegos, pues esta batalla todavía se está librando a día de hoy, pero la decisión de la Santa Sede no deja de ser una de las tantas particularidades que encontramos en la historia de los monstruos de bolsillo. Por ende, podemos decir que Pikachu cuenta con el beneplácito de una de las entidades religiosas más importantes del mundo.
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