Menudo año fue 1997 para el JRPG. En Japón se publicó Final Fantasy VII y también otro juego menos conocido por nosotros pero repleto de ideas arriesgadas, tanto en su narrativa como en sus combates. Analizamos SaGa Frontier Remastered, el conocido como precursor de Octopath Traveler.
Mientras la saga Final Fantasy avanzaba hacia historias lineales y dramáticas, SaGa tomaba un rumbo totalmente diferente: apostaba por lo inesperado, lo no lineal, lo azaroso y por mundos lo más abiertos posibles dentro de sus posibilidades. SaGa Frontier fue un videojuego tremendamente arriesgado y avanzado a su tiempo que, a día de hoy, se sigue sintiendo como tal. Es imposible no pensar en él como el abuelo de Octopath Traveler. Al empezar a jugar elegimos a uno de entre siete personajes, más otro en esta edición. Cada personaje tiene su propia historia y cada una es diferente a la del otro. Por poner un ejemplo de dos de mis favoritas: Blue es un mago que tiene que matar a su hermano gemelo para conseguir más poder, mientras que Red contempla cómo su padre muere antes sus ojos, se convierte en un superhéroe y se va de viaje en busca de su asesino. Escogemos a uno al comienzo del juego y nos pasamos su historia del tirón. La acabamos y empezamos con la del otro. Lo que tienen en común todas ellas es la ambientación y el mundo de ciencia ficción y fantasía que comparten.
Las historias de unos y de otros son más o menos guiadas en función de cuál escojamos, pero la nota general es que siempre tenemos muchísimo espacio para explorar, movernos a nuestras anchas y encontrar nuestro camino. Esta propuesta, si la comparamos con otros juegos de Square Enix, resulta muy potente si la ponemos en el contexto 1997. Como tantos títulos de la desarrolladora, SaGa comparte ideas con un Final Fantasy, con Final Fantasy II. En este JRPG no subimos de nivel, sino que adquirimos habilidades y crecemos en función de lo que hagamos en cada combate; pero no de la forma convencional, ya que los nuevos ataques que aprendemos son al azar. Así que si combinamos la libertad de decidir a dónde ir y cómo configurar nuestra historia, la libertad de elegir personajes y la aleatoriedad de aprender unos ataques o no, SaGa se acaba revelando como un juego de rol repleto de sorpresas, pero también de frustraciones.
Para generar la sensación de que cualquier cosa puede pasar, descuida muchísimo la escritura de sus textos, no se concretan para que te apetezca seguir explorando el mundo con otro personaje y averiguar la información que falta siguiendo otra ruta. Pero ni las historias como tal ni las conversaciones son especialmente interesantes, recayendo la gracia de todo en descubrir hacia dónde tenemos que ir, en qué orden y qué decisiones decidimos tomar. Sus combates por turnos no aleatorios también se hacen muy confusos. No siempre sabremos cómo hacer crecer correctamente a nuestro personaje, y es común llegar a jefes finales muy duros sin esa habilidad que necesitamos para hacerles daño porque no la hemos aprendido y, cuidado, porque los ataques más poderosos dependen de que hayamos conseguido previamente una serie de habilidades concretas en un orden. Es por ello por lo que el juego es tan interesante como desesperante.
SaGa Frontier es un juego muy arriesgado e interesante
SaGa Frontier, para fomentar que te pierdas en su mundo, es muy opaco. Especialmente con algunas historias como la de Blue, te costará mucho saber lo que hay que hacer. Y al juego no le importa hacerte llegar al fondo de una mazmorra pero sin dejarte continuar por ella porque no has hablado con alguien en la otra punta del cosmos.Tiene esa crueldad tan de juego de rol clásico. Es por todo ello por lo que, honestamente, a SaGa Frontier le habría venido bien una reconstrucción más profunda que una remasterización. Jugado a día de hoy, se siente como un juego experimental, repleto de ideas potentisimas en su día pero que ya se han superado. Si no adoptas esta perspectiva con este juego, lo dejarás sin ser capaz de terminar ni la primera de sus historias.
Eso sí, el revisionado que se ha hecho del juego es competente. La remasterización añade una octava historia que jugar. También introduce nuevas escenas de vídeo, acelera el ritmo de la exploración y los combates, y permite huir de ellos. Además, en el menú podréis encontrar pistas para poder comprender mejor sus intrincados sistemas de juego. La remasterización en sí le da un buen lavado de cara al apartado gráfico, es correcta y se agradece. Hace que los personajes luzcan bien y que los escenarios se interpreten mejor, pero el juego se sigue viendo bastante antiguo. La banda sonora tampoco acompaña y el juego viene en inglés, haciendo que comprenderlo todo sea aún más difícil. ¿Todo esto quiere decir que el juego sea malo o un fracaso? No, solo que es un juego muy de su tiempo. Cuando lo jugué en su momento, el título me rompió los esquemas y mi forma de entender lo que era un juego de rol japonés. Su desarrollo no lineal, y lo crípticos que eran sus sistemas, lo acercaban más a Ultima IV que a las facilidades de un Dragon Quest de consola, y esa es su gracia y lo sigue siendo.
SaGa Frontier Remastered se disfruta si lo juegas llevando tu mente a 1997. Te gustará si aquellos escenarios prerrenderizados, el riesgo que se cosechaba por aquel entonces y algo tan raro como gozar de no-linealidad en un título de Square Enix te entusiasma (hola Chrono Cross, bendito seas). Yo me lo he pasado bien precisamente por eso: porque adoro esta época, pero la forma de desarrollar su trama y de mejorar su combate te frustrarán si no conoces el juego de antemano. Porque SaGa Frontier no es un agradable Final Fantasy VII o un apasionante Chrono Trigger, es un videojuego que toma riesgos mayúsculos en su estructura y, veinte años después, esos riesgos se pueden ver como errores o problemas. De todas formas, para los que améis esta época, que sepáis que la labor de remasterizado es suficiente y funcional, que los añadidos se celebran y que esta es la mejor manera de jugar a SaGa Frontier a día de hoy. Para los nuevos, os recomiendo que os sumerjáis en sus historias con una guía en la mano. Es un juego interesante pero duro. Paciencia.
SaGa Frontier es y sigue siendo un JRPG a estudiar, muy interesante, valiente y con ideas innovadoras. Pero, a día de hoy, su libertad, la opacidad de sus reglas de juego, de su combate y la falta de profundidad de su escritura, pueden llegar a frustrar al que viene aquí buscando un Final Fantasy. La remasterización es correcta para el que ya conozca el juego, añadiendo contenido muy interesante: nuevos eventos, escenas y un personaje, pero se le puede hacer muy cuesta arriba al recién llegado. Por ello, SaGa Frontier es perfecto para los jugadores que amen el valor que tenía Square Enix en esa época, pero no para los que quieren un JRPG épico repleto de drama, sentimiento y espadas gigantes. Como dijo Timón en El Rey León: viscoso pero sabroso. A su manera.
Comprar SaGa Frontier Remastered- SaGa Frontier Remastered es un JRPG atípico
- Tienes que elegir un protagonista y vivir toda su historia, luego jugar la de otro
- Esta edición facilita la exploración, los combates y la comprensión de sus reglas de juego
- Se añade una nueva historia, eventos y contenido que no estaba en el original
- Es perfecto para volver a jugar el juego, pero es durillo para los recién llegados
