Ha llovido mucho, pero hace 14 años llegó al mercado The Elder Scrolls V: Skyrim, convirtiéndose no solo en uno de los mejores RPG occidentales de fantasía que hemos podido jugar, sino también en un juego imperecedero. Hemos visto muchas versiones del título de Bethesda a lo largo de los años, pero curiosamente, a pesar de ser la quinta entrega de una saga de culto y de tener a los jugadores expectantes, detrás de su estreno hubo un clima de escepticismo que pocos olvidan: Bethesda decidió lanzarlo apenas dos días después de Call of Duty: Modern Warfare 3, uno de los pesos pesados de la industria en aquel momento.
En una extensa entrevista con DBLTAP, Pete Hines, quien trabajó más de 25 años en Bethesda antes de retirarse del cargo de vicepresidente de Bethesda Softworks, repasó algunos de los momentos clave de su carrera. Entre ellos destacó el arriesgado estreno de Skyrim, considerado hoy un clásico, pero que en su momento muchos creían condenado al fracaso frente al fenómeno de Call of Duty, más aún tratándose del final de la subsaga Modern Warfare y el adiós a Price, Soap y Makarov.
Según Hines, numerosas voces dentro y fuera de la compañía aseguraban que competir con Activision en la misma ventana de lanzamiento era un error. "Todo el mundo decía que Skyrim no podía sobrevivir frente a Call of Duty. Me decían: 'Nadie va a comprar vuestro juego', porque todos jugarían a Call of Duty. Pero yo insistía: ellos son una gran marca, sí, pero no un mejor juego. Iríamos contra ellos, gastaríamos en marketing y aun así ganaríamos", recordó el exejecutivo.
Antes de The Elder Scrolls V: Skyrim, Bethesda enfrentó decisiones igual de importantes
El directivo explicó que esta confianza no era nueva en Bethesda, que ya había tomado decisiones arriesgadas en el pasado. Recordó cómo en 2002 se cuestionó llevar Morrowind a Xbox o el lanzamiento de Oblivion en mayo, meses poco habituales para grandes estrenos, y cómo ambos movimientos terminaron funcionando. Para Hines, la clave estaba en confiar en la calidad del producto por encima de las tendencias del mercado.
Los números, con el tiempo, le dieron la razón. Mientras Modern Warfare 3 alcanzó unos 30 millones de copias vendidas en noviembre, Skyrim logró despachar siete millones en su primera semana y hoy acumula más de 60 millones de unidades sumando todas sus reediciones. Además, Skyrim sigue siendo jugado por miles de usuarios a día de hoy gracias a sus expansiones y a la escena de mods que lo mantiene vivo.
Hines concluyó que el objetivo nunca fue derrotar a Call of Duty en el día de lanzamiento, sino apostar por un juego que sobreviviera al paso del tiempo. Y así fue: mientras Activision ya trabajaba en Black Ops II, Skyrim seguía creciendo con nuevo contenido y una comunidad apasionada. Una decisión que, vista en retrospectiva, cimentó el estatus legendario del RPG de Bethesda.
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