Los dos Uncharted de PlayStation 4 llegan en una colección indivisible que nos permite disfrutar de ellos como nunca lo hemos hecho. Eso, como veremos, no significa que Iron Galaxy no pudiera haber hecho que este tesoro brillase con más intensidad.
Es curioso cómo está siendo el traslado de los grandes juegos de Sony en PlayStation 4 a su nueva máquina. Merece la pena hablar de cada uno por separado, pues mantienen distintas filosofías. Unos llegan con un tratamiento muy mejorado y actualizado, como fue el caso de Marvel's Spider-Man. A otros, se les añade un sencillo parche que les hace funcionar a un framerate mayor o con una resolución dinámica mejorada, como God of War o The Last of Us Parte II. En el caso de Ghost of Tsushima, se añadió el contenido de la isla Iki, previo pago de actualización. Y para Uncharted, se ha decidido unificar Uncharted 4 y Uncharted: El Legado Perdido en un pack indivisible también con una actualización de pago.
Esto genera, de hecho, una curiosa situación que hemos tenido que verificar con Sony para estar seguros de que, efectivamente, es así. Si solo posees uno de los dos juegos en PS4, físicos o digitales, podrás acceder a los dos en PS5 pagando solo la actualización. Como digo, en esta Uncharted Colección Legado de los Ladrones no hay forma de adquirir un juego sin el otro. Así que, para los afortunados que solo dispusieron de un juego, las noticias son buenas.
Para el resto que ya poseía ambos juegos, lo son menos. Lo cierto es que la "remasterización" (así viene anunciado en la caja física del juego) es una muy básica y con un escaso tratamiento que hacen preguntarse si no habría sido mejor conformarse con una actualización gratuita. El juego dispone de tres modos: Calidad a 4K y 30 fps; Rendimiento a 1440p y 60 fps; y Rendimiento+, a 1080p y 120 frames por segundo para quien disponga de una pantalla compatible.
Pese a las tres opciones gráficas, la más interesante sigue siendo la de rendimiento, que nos permite jugar a Uncharted por primera vez a 60 frames por segundo, beneficiándose de una mejor respuesta en el control sobre todo para los momentos de acción. Mientras que la opción de Calidad es muy similar, la verdad es que el modo Rendimiento+ sacrifica demasiado detalle y definición en la imagen para ofrecer una experiencia que quizá no necesite de tanta fluidez, teniendo en cuenta que esta Colección Legado de los Ladrones no dispone del modo multijugador de Uncharted 4.
Y, por mucho que Uncharted 4, por ejemplo, un juego que llegó en 2016, se siga viendo excepcionalmente bien, lo cierto es que creo que la potencia extra del hardware de PlayStation 5 habría permitido una mayor resolución en el modo Rendimiento. 1440p es la resolución que ya disfrutamos en PS4 Pro; depurando el código, se habría conseguido cuando menos una resolución dinámica que aumente este objetivo a, como mínimo, 1800p. Puede parecer una nimiedad, pero lo cierto es que la diferencia es algo notoria. La calidad de imagen no es tan nítida como vemos en otras remasterizaciones y actualizaciones citadas anteriormente.
Otro aspecto que se habría podido retocar son algunas texturas algo borrosas y que podrían almacenar una mayor definición así como el tratamiento de la luz. Una mejora en la iluminación, incluso opciones de trazado de rayos, habrían sido bienvenidas. Pero la ausencia de todo este conjunto la convierte en una remasterización muy básica, donde el equipo de Iron Galaxy encargado de este port parece que no se ha complicado la vida en hacer brillar a estos juegos al máximo de lo que podrían ofrecer.
Se ha adaptado el sonido 3D y se hace un uso mínimo del DualSense
Más allá de lo técnico, hay poco que contar. Se ha adaptado el sonido 3D y se hace un uso mínimo del DualSense. Los gatillos del mando ofrecen algo de resistencia cuando pisamos el acelerador y el freno del 4x4 o disparamos un arma, pero la fantástica vibración que es posible conseguir con este mando no se ha programado para el juego. Y, lamentablemente, no se puede hablar de más mejoras porque no las tiene, convirtiendo esta colección en una buena forma de jugar si nunca lo has hecho o una buena forma de conseguir ambos títulos si solo tenías uno de ellos. Para quien ya jugara ambos títulos en PlayStation 4, la actualización se antoja una opción algo más opcional y lujosa, pero lo cierto es que, después de revisitar los dos juegos, tengo que admitir que cualquier excusa es buena para volver al mundo de Uncharted 4; sin duda, uno de los grandes de la anterior generación y que me ha hecho recordar e incluso valorar mejor lo que consiguió. Y ello también merece un repaso.
Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón
Es curioso lo que me ocurre con la franquicia Uncharted. A menudo, si la despiezo e intento analizar cada una de sus partes, no es mi tipo de juego más allá de su atmósfera de aventura y excelente apartado visual. Su estilo plataformero es algo automático para mi gusto; su exploración limitada con un camino muy prefijado que no estimula la agencia del jugador; sus partes de shooter no son mis favoritas tampoco: hay algo en ellas que no logran que me tome en serio el desafío; incluso las secciones de sigilo (género que me encanta) no me animan a hacer jugadas perfectas. Y, sin embargo, cuando pienso en Uncharted 4, me parece uno de los mejores juegos de la anterior generación, que logra atraparme desde el primer minuto.
Creo que en estos juegos la historia es el pegamento que sostiene toda la experiencia y por eso su cuarta parte es mi favorita; funciona como un reloj. En esta segunda vez que juego, me ha parecido aún más redonda. Los personajes están bien desarrollados. Los temas que quiere tratar el juego (la desconfianza, la familia, la obsesión, la nostalgia) están explorados con tal maestría que, si prestas atención, te darás cuenta de que hasta la superficial historia de fondo de piratas se entrelaza con estos conceptos para enfatizarlos.
Nathan Drake añora la aventura y el juego lo muestra en esa imagen que es ya historia del medio en la que el héroe mira un cuadro en la pared sabiendo que su vida ha cambiado, y que eso no es necesariamente algo malo. Por lo menos en mi experiencia, Uncharted 4 sabe trabajar sus mensajes y ahondar en los conflictos internos de sus personajes en una capa, más allá de la literalidad, que no se suele ver mucho en las superproducciones (sí en la obra de Naughty Dog); y, en este caso, nos habla abiertamente de lo que supone el camino de la madurez y el sacrificio. Quizá porque esta partida la haya jugado siendo padre, que aún me ha calado más el mensaje.
Uncharted 4 sabe conjugar la montaña rusa con el más y mejor; y el videojuego íntimo
Supongo que hasta podría decir que juegos como Uncharted 4 son los culpables de que no sea capaz de disfrutar la acción tradicional en otros medios como el cine tanto como lo hacía antaño. Si una escena es pura acción palomitera sin consecuencias, prefiero ser partícipe de ella aunque, como dijera en un principio, estos momentos sean algo automáticos y no dependan tanto de la pericia del jugador. Sigue habiendo un cierto misticismo en pulsar el botón del salto en el último momento, en un nivel en el que todo se desmorona, en colgarse in extremis del gancho, en la enésima vez que la plataforma de la que cuelgas se rompe, o cuando la pantalla se llena de un imposible cruce de balas enemigas. Uncharted 4 sabe conjugar la montaña rusa con el más y mejor; y también con el videojuego íntimo hasta llevarte a un epílogo que me sigue entusiasmando.
Así que sí, me es fácil olvidarme de despiezar este juego y ver cada parte por separado, porque el conjunto, en su campo, es casi inmejorable. Es verdad que alrededor del 75-80% de la aventura, algunos jugadores pueden terminar algo fatigados hasta la recta final. La generación pasada marcó también incluso para la todopoderosa Naughty Dog una especie de necesidad de demostrar que los juegos tienen buenas duraciones, cuando el debate moderno está demostrando que una buena duración no tiene por qué significar más horas, sino lo que pida cada juego. Pero con todo, es fácil volver a Uncharted 4 una vez más y difícil pensar cómo puede mejorarse su fórmula en el futuro.
Uncharted: El Legado Perdido
De hecho, dentro de ese futuro, uno de los experimentos fue el diseñar niveles algo más abiertos. La idea que ya vimos en la Madagascar de Uncharted 4 se repitió y extendió aquí en El Legado Perdido. Pese a que como experimento es interesante, creo que la fórmula Uncharted necesitaría un cambio estructural más grande para poder abrazar estos entornos más abiertos. De lo contrario, creo que pierde ritmo. Para mí, El Legado Perdido es un buen juego, muy entretenido y con una gran dosis de ese espectáculo del que hace gala la serie, pero donde no todo funciona con la misma gran coordinación e interés que destila la cuarta entrega.
Pese a que es interesante ver la dinámica de Chloe Frazer y Nadine Ross, sus parajes son alucinantes en una India que ofrece entornos de ensueño, he notado en esta segunda partida más imperfecciones que lo hacen más cercano a la trilogía original. Para empezar, su historia no está tan bien construida; pese a que tanto Chloe como Nadine tienen su pasado con el que lidiar, este no tiene tanta fuerza ni importancia como ocurre con Nathan Drake, con el que está siempre presente.
El diseño de los niveles, pese a que Naughty Dog siempre decora bien cada escenario bajo una capa de espectáculo, es algo más sencillo. Las maneras de escalar, las rutas que elegimos al hacerlo, suelen ser más directas y en ocasiones esa perfecta forma de sugerir el camino con resaltes de color, iluminación y ángulos de cámara no está tan cuidada. Pese a que el conjunto funciona, creo que la dirección de Shawn Escayg no logró contar tanto en cada escena como la perpetrada por Bruce Straley y Neil Druckmann, por mucho que supusiera un verdadero quebradero de cabeza y un desarrollo tortuoso, como narra el libro de Jason Shreier. La grandeza nace de pequeños comienzos, ¿no es verdad?
Tampoco es que importe mucho. El Legado Perdido se juega como lo que es: una expansión ligera con otros personajes, otra búsqueda de tesoro y un poco más de espectáculo para quien quedara con ganas de más, mientras que permitió al estudio experimentar con fórmulas y con desarrollos paralelos. Dentro de esta colección que recopila ambos juegos está aún más justificado. Al fin y al cabo, ese listón a superar es el que debemos de fijarnos cuando llegue Uncharted 5.
Debemos ser claros: Uncharted Colección Legado de los Ladrones es una remasterización algo básica con pocas mejoras más allá de los 60 frames por segundo y el sonido 3D. La mejor noticia es que puedes hacerte con ambos juegos en PS5 si solo tenías uno en PS4, pagando la actualización, pero se podía haber trabajado más para que el mundo de Uncharted brille con la nueva generación ya que es un título que más de cinco años después sigue viéndose increíble. Y eso es lo bueno: es una oportunidad para reivindicar uno de los grandes y mejores juegos de la pasada generación como es Uncharted 4. Aunque en años posteriores llegasen obras más complejas, hay algo en el ritmo, la sencillez y la riqueza narrativa de esta obra que no tiene nada que envidiar al resto. Pocos juegos que llevan implícita la palabra AVENTURA pueden decir lo mismo.
Comprar Uncharted: Legacy of Thieves Collection- Una remasterización muy sencilla. Modo calidad a 4K30, Rendimiento a 1440p60 y Rendimiento+ a 1080p120.
- No hay retoque de texturas, iluminación ni ningún otro aspecto del juego.
- Se ha adaptado el Sonido 3D y las mejoras del DualSense se reducen a una implementación básica de los gatillos..
- Si posees solo uno de los juegos en PS4, puedes beneficiarte de la actualización y conseguir ambos en PS5.
- Los juegos siguen siendo brillantes, especialmente Uncharted 4 que supuso un logro técnico y una aventura aún más espectacular con una historia muy bien planificada.
