Es un shooter MMO con zombies que ha colaborado con Will Smith para crear lo que parecía la versión de videojuego de Soy Leyenda. Además venía con un lanzamiento tanto en dispositivos móviles como en PC, una combinación de plataformas que suele declarar intenciones ambiciosas por parte de los desarrolladores. Nadie podía estar más subido que yo al barco de Undawn. Sin embargo, es difícil decir que haya aguantado un solo asalto con la realidad. Lo he jugado durante unas cuantas horas y cualquier ilusión que tuviera por este título ha dejado de existir. Algo de lo que, eso sí, ya avisaban quienes lo habían probado antes que yo.
Una gran ambición que se perdió por el camino
Undawn ha sido valorado en Steam en más de 1.600 ocasiones sin ser capaz de alcanzar un 50% de críticas positivas. Simplemente leyendo las opiniones de los usuarios se encuentran los principales problemas del título. La versión de PC es como jugar a través de un emulador. No hay apenas un salto de calidad gráfica con respecto a la experiencia en iOS y Android –donde también lo hemos probado– y el esquema de control es un absoluto desastre. Toda la buena pinta que tenía quedó arruinada por culpa de problemas que juegos como Genshin Impact ya habían resuelto hace casi tres años.
Entre las opciones que podemos encontrar navegando por el menú de ajustes en la versión de ordenadores está la de configurar el ahorro de batería o gestionar dónde aparecerán unos botones en pantalla que no existen Todo esto combinado con un sistema muy poco discreto que llena el HUD de avisos. En la siguiente imagen vais a ver ocho elementos destacados en la zona superior derecha. Todos ellos llevan a diferentes sistemas de recompensas gratuitas o de pago que nos presionan para interactuar con un sistema de monetización que, tras varias horas de juego, ni siquiera he terminado de entender.
La versión para PC de Undawn es un desastre total.
Las cosas mejoran cuando dejamos de lado la versión de PC. Undawn es un juego con una buena propuesta que combina shooter, MMO y supervivencia en mundo abierto con algunas mecánicas ligeras propias de la experiencia que esperaríamos de un juego lanzado en iOS o Android. El guion es flojo y está ahí para cumplir con el mínimo esperado mientras avanzamos en una historia con un sistema de progresión de personaje constante heredado de otros títulos estilo gacha con mejoras de nivel, subida de armas y unas cuantas mecánicas más que nos darán esa sensación de que somos más poderosos a cada rato.
Es una fórmula tradicional en este tipo de títulos, casi elaborada en laboratorios para crear juegos entretenidos. Sin embargo, se pierde por momentos en un diseño que no acaba de estar bien encajado y deja la sensación de que todavía le faltaban unos cuantos meses de desarrollo. Algunos para pulir elementos de juego –no vendría mal una mejora en el comportamiento de la inteligencia artificial o un cambio en la rapidez con la que se presentan todas sus mecánicas– y otros para terminar de elaborar un port para PC que apenas podemos considerar funcional debido a sus muchas carencias.
Undawn tiene mucho contenido, pero nunca se deja disfrutar del todo.
Ni siquiera salva todo esto la presencia de un Will Smith que en realidad tiene un papel poco más que anecdótico en toda la historia. Sin embargo, refuerza la idea principal. Se ve que este era un juego con ambición que, en algún punto del camino, no pudo vivir a la altura de las expectativas. Quizá pueda salvarse con actualizaciones, ya que ha generado cierto tirón mediático con hasta 8.000 usuarios simultáneos en la versión de PC a los que todavía habría que añadir aquellos que disfrutan del título en móviles a lo largo de todo el mundo, pero ahora mismo es muy difícil de recomendar.
Lo cierto es que los fallos de Undawn son una decepción, pero hay una lectura positiva. En otros tiempos algunas de las funciones del título nos hubieran parecido ciencia ficción en dispositivos móviles. Tiene un mundo cohesionado, contenido a raudales y se adapta a una sesión tan larga como quiera el jugador. Era lo que siempre pedíamos, algo a la altura de lo que estamos acostumbrado a jugar en consolas. Sin embargo, ha llegado un punto en el que eso ya no es lo único que necesitamos para poder disfrutar del lanzamiento de un nuevo juego en iOS y Android. La falta de pulido en algunos aspectos y el simple desacierto en otros hacen que, pese al embalaje premium, las cosas no terminen de funcionar.
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